Un salario mínimo nacional es una de las principales demandas de los trabajadores no cualificados en Sudáfrica, especialmente en la minería y la agricultura. Sin embargo, para los empleadores del último sector, donde a menudo se denuncian formas de trabajo al borde de la explotación, esto no sería una solución y hasta empeoraría la situación.
El presidente de la asociación del sector AgriSA, Johannes Möller, dijo que “no es muy brillante y hasta inhumano no tener en cuenta la situación en la que viven muchos sudafricanos. Como individuos y como país no podemos permanecer ciegos frente a la pobreza absoluta y hasta los que no tienen para comer” dijo.
Estas palabras, sin embargo, fueron la premisa de un argumento de que un salario mínimo nacional para los trabajadores agrícolas superior al actual “reduciría la capacidad del sector de absorber a los trabajadores no calificados”. De acuerdo con esta hipótesis, hasta se pondría en duda lo que Möller definió como “el noble objetivo del Plan Nacional de Desarrollo” del gobierno, que consiste en crear un millón de nuevos puestos de trabajo en el sector para el año 2030. Para el presidente de AgriSA, la solución sería “una mano de obra más capacitada y un mercado laboral menos rígido”.
Recientemente, los productores agrícolas de Sudáfrica han protagonizado varias polémicas en relación con los salarios, sobre todo en el caso de Doorns, en la Provincia del Cabo Occidental. Entre fines de 2012 y principios de 2013 los trabajadores agrícolas realizaron huelgas y protestas para exigir un aumento del salario mínimo diario de 75 a 150 rands (unos 12 euros). El aumento otorgado fue de 105 rands (poco más de 8 euros)
Fuente MISNA Fundación Sur