La Asociación de directores de periódicos y el sindicato tunecino de dirigentes de medios han expresado su malestar con haber sido “excluidos de la elaboración del proyecto de decreto ley, relativo a la organización del sector audiovisual preparado por la Instancia Nacional para la reforma de la Información y la Comunicación”. Igualmente, han denunciado la creación, prevista por este proyecto, de una “Alta Instancia independiente de la comunicación audiovisual con prerrogativas represivas que la autorizan a cerrar una radio o una televisión”.
En una declaración común, publicada el día 19 de septiembre, las dos estructuras consideran que este proyecto constituye una medida de “privación de libertades” que encadena a las empresas y destruye los objetivos de la revolución”.
Los directivos y ejecutivos de medios tunecinos han apelado a la Autoridad Nacional Independiente para Reformar la Información y la Comunicación, INRIC, que renuncie a este proyecto y que elabore un nuevo proyecto en el que participen las diferentes partes, expresando su total determinación a defender sus derechos por todos los medios previstos por la ley.
También han apelado a abrir un dosier de información serio para examinar los problemas, principalmente el empleo, los salarios y las relaciones con el poder.
Los responsables de los medios han hecho un llamamiento a los periodistas, a través de sus sindicatos, “para coordinarse juntos con el fin de defender la profesión contra las amenazas que puedan afectarla”.
También han exhortado al gobierno, a los partidos políticos y a la sociedad civil, a “asumir enteramente sus responsabilidades y a expresar su postura con respecto a estos proyectos arbitrarios y atentatorios con la libertad de información y de su futuro en Túnez”.
La Asociación de directores de periódicos y el sindicato tunecino de dirigentes de medios ha señalado también su “profundo desagrado por el daño a la imagen de los jefes de empresas de prensa, ante la opinión pública, en razón de las declaraciones denigrantes deliberadamente hechas por la INRIC”, considerando esta actitud como perjudicial para la empresas de prensa y para su personal.
(La Presse, Túnez, 20-09-11)