La humillación que el dictador ruandés, el general Paul Kagame, acaba de sufrir es un gran mensaje de esperanza para el pueblo ruandés, rehén y víctima de numerosos asesinatos, de represiones atroces y otras violaciones de los derechos humanos.
Habiendo sido elegido, gracias a sus poderosos lobbies y no por sus capacidades de hombre de Estado, para co-presidir con el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, los trabajos del grupo de contacto sobre la aplicación de los objetivos del milenio (OMD), Paul Kagame esperaba utilizar esta tribuna onusiana para blanquear su imagen ajada, tanto en el interior como en el exterior, por sus numerosos crímenes y para anular eventualmente la persecución judicial en curso.
Hay que recordar sobre esta cuestión que el juez español Fernando Andreu Merelles, emitió en febrero de 2008 mandatos de arresto contra 40 colaboradores de Paul Kagame, aunque este último, cuya responsabilidad es ampliamente señalada en todos los informes de investigación, sigue protegido por su inmunidad. Hay que recordar también que el dictador ruandés había acogido estos mandatos de arresto con un gran desprecio, subrayando que en lugar de atacar a sus subalternos los jueces deberían atacarle a él directamente, ya que los oficiales objeto de los mandatos estaban a sus órdenes.
Así es como, añadiendo la injuria al insulto, el dictador sanguinario, que nada había hecho para tranquilizar a las familias de las nueve víctimas españolas, ha querido presentarse en Madrid por la puerta grande, al lado del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, con los honores de un héroe de la lucha contra la pobreza.
El pueblo ruandés se ha enterado con gran alivio de que varias ONG, así como numerosos parlamentarios españoles, han trabajado activamente para hacer fracasar la maniobra orquestada por la diplomacia onusiana, y que finalmente el jefe de gobierno español ha requisado sentarse en torno en la misma mesa que el criminal ruandés; con lo que la reunión que debía celebrarse en la Moncloa, sede del gobierno, ha sido desplazada hacia un hotel.
Se trata sin duda de un desaire hacia Ban Ki-Moon que tomó un riesgo grande al presentar a este gran criminal, responsable concretamente del atentado del 6 de abril de 1994, que costó la vida a dos jefes de Estado y desencadenó un genocidio de más de un millón de personas, como dirigente ejemplar susceptible de defender los objetivos más nobles, como la lucha contra la extrema pobreza en el mundo. Para los demócratas ruandeses y para los defensores de los derechos humanos se trata sobre todo de una señal fuerte que indica que al final de la oscuridad hay luz, que al final de la impunidad habrá justicia.
Este mensaje de esperanza es tanto más reconfortante que en este periodo preelectoral los ruandeses están cada vez más metidos en la tormenta, con una degradación general en materia de derechos humanos. A título de ejemplo hay que recordar que el 14 de julio pasado André Kagwa Rwisereka, vicepresidente del Partido democrático Verde, tras haber recibido amenazas, fue encontrado muerto en el sur del país. El 24 de junio, Jean-Léonard Rugambage, redactor jefe de Umuvugizi, fue abatido frente a su domicilio. El 19 de junio, el teniente general Kayumba Nyamwasa, antiguo jefe de estado mayor del ejército ruandés y antiguo embajador de Ruanda en la India, escapó a una tentativa de asesinato en Johannesburgo donde vive exiliado desde febrero. Desde hace varias semanas, el presidente del PS Imberakuri, Bernard Ntaganda, está en la cárcel por haber puesto en duda la independencia de la comisión electoral. La presidenta del partido FDU-Inkingi, Victoire Ingabire, está en residencia vigilada y no puede visitar a sus hijos que viven en los Países Bajos.
Otros ciudadanos inocentes sufren una represión muy violenta cada vez que desean manifestar su opinión. La libertad de expresión es totalmente inexistente. La directora del periódico Umurabyo, Agnès Uwimana, está en la cárcel desde hace una semana mientras que la publicación de los periódicos más críticos, Umuseso y Umuvugizi, ha sido simplemente prohibida.
Es con este balance sombrío den materia de libertades públicas y de derechos del hombre como Paul Kagame pretende renovar su mandato el 9 de agosto próximo. Se conoce el resultado del escrutinio dado que ningún opositor ha sido autorizado a presentar su candidatura. Por todo ello saludamos de verdad el coraje del pueblo español que no ha cedido ante los lobbies de Paul Kagame y ante la complaciente diplomacia de la ONU y que ha expresado un gran gesto de solidaridad con el pueblo ruandés
¡Viva la amistad entre los pueblos!
Bruselas 19 de julio de 2010
Comunicado de prensa
Faustin Twagiramungu
Antiguo primer ministro de Ruanda
Antiguo candidato a presidente el 25 de agosto de 2003
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