Los creacionistas al asalto de las instituciones en África.

4/07/2014 | Crónicas y reportajes

En 1995, la administración estadounidense elaboró una lista de grupos terroristas, denominada “Foreign Terrorist Organizations” (organizaciones terroristas extranjeras). En esta lista, que cuenta en 2014 con 47 organizaciones, aparecen, entre otras, Al-Qaeda, Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Al Shabaab, Ansar al-Islam, Brigadas de los mártires de Al-Aqsa, etc.

¿Qué es lo que tienen en común éstas con las siguientes organizaciones? Pentecostalistas, rosacruces, francmasones, iglesias evangélicas, mormones, cienciólogos, el Ku Klux Klan, los nazis de Hitler, los fascistas de Mussolini, etc., ¿cuál es la relación entre ellos y una lista de 122 congregaciones católicas publicadas en la web del Estado de la Ciudad del Vaticano?, por ejemplo:

– Comunidad Papa Juan XXII;

– Salesianos;

– Misioneros de la Caridad Política;

– Comunidad de Emmanuel;

– Comunidad San Egidio;

– Comunidad de la Beatitud;

– Opus Dei;

– Farmacéuticos católicos;

– Universidades católicas;

– Acción católica;

– Comunidad y Liberación;

– Órbita salesiana;

– Enseñanza católica;

– San Vicente de Paúl;

– Juristas católicos;

– Profesores católicos;

Lo que tienen en común todas estas organizaciones con aquéllas, es que todas son “creacionistas”. Es decir que todas ellas creen que existe un dios único que habría creado nuestro planeta en 6 días y habría descansado el séptimo hace alrededor de 6.000 a 10.000 años en Mesopotamia, es decir, lejos de África.

Todas estas organizaciones están pues, por definición contra África, contra el lugar de África como origen de la Humanidad, hace 100.000 años como afirma la ciencia. Si Dios creó el mundo hace de 6.000 a 10.000 años, entonces la China antigua desde hace 8000 años ¿nunca habría existido? ¿Y los dinosaurios que vivieron hace 3 millones de años y que nunca se toparón con el hombre? ¿Acaso, según los creacionistas, nunca existieron? ¿Entonces de donde vienen sus restos fósiles?

Pero es aún más grave. Vamos a ver con el ejemplo de Camerún cómo consiguieron infiltrarse a todos los niveles de las instituciones estatales y cómo desde allí, llevan a cabo una guerra sin cuartel contra la espiritualidad africana. Pero antes, observad lo que hacen en Occidente para ocupar todo el terreno.

En los Estados Unidos.

El 1 de junio de 2012, estalla una bomba informativa en el mundo científicio en los Estados Unidos. Se trata de la publicación de un sondeo elaborado por el Instituto Gallup (1) , que afirma que el 78% de los estadounidenses creen en la versión creacionista de la evolución del mundo y rechazan la versión oficial de la ciencia.

Según estos estadounidenses, el hombre tiene una costilla menos que la mujer, ya que cedió una para fabricarla. Esto es la consecuencia del activismo de los creacionistas, sobre todo en el medio escolar y en el estudiantil, en general, al aprovechar el hecho de que en los Estados Unidos, existe un sistema escolar muy descentralizado, con unos 17.000 distritos escolares donde los responsables son votados por los habitantes, y con este sufragio popular se sienten libres de hacer lo que quieren y tal y como ellos lo entienden. De este modo, en muchos de estos distritos escolares, la ciencia se ha dejado totalmente de lado. En su lugar, se ha elegido la Biblia como base de conocimiento del mundo antiguo, del pasado, del presente y del futuro.

La historia arranca en 1925 en la ciudad de Dayton, en el Estado de Tennesse. Allí, tuvo lugar lo que vino en llamarse en aquél tiempo, el “proceso del mono” (2) , para referirse al proceso judicial contra John Scope, un profesor de 24 años que había rehusado enseñar la Biblia, optando por explicar ciencias a sus alumnos. Seis Estados del sur de los Estados Unidos ya habían adoptado leyes para imponer la enseñanza del pensamiento bíblico, en lugar de la ciencia en las escuelas; es decir, para enseñar el creacionismo en lugar del evolucionismo. Este proceso que apasionó a todo el país, fue, en efecto, el primer proceso judicial, en ser retransmitido por radio.

La sentencia estaba dictada de antemano, porque en los Estados Unidos sureños esclavistas estaba prohibido enseñar que África era la cuna de la Humanidad, y Scope había enseñado a sus alumnos la biología tal como recomendaron los científicos del mundo entero. Para aquéllos los africanos eran animales sin alma, ¿cómo se podía enseñar, entonces, que los africanos eran el origen de la especie humana?

Para los creacionistas, la Biblia decía que los negros eran malditos y por lo tanto, la ciencia mentía cuando les situaba en el origen de la Humanidad. El juez, simplemente aplicó la ley al dictar sentencia y Scope fue condenado. La cólera de la comunidad científica mundial promovió la anulación de la condena de Scope, alegando un vicio de forma. Pero el mal ya estaba hecho. Estado tras Estado, los Estados Unidos fueron adentrándose en la oscuridad del creacionismo, un movimiento para el que el mundo no necesitó evolucionar, ni tampoco requirió de la ciencia para mejorar en modo alguno, ya que tras la creación del mundo en 6 días, hace menos de 10.000 años, se hicieron todas las cosas.

Tras la Segunda Guerra Mundial, vino la guerra fría con la Unión Soviética, comunista y por definición, evolucionista. Había dos visiones del mundo contrapuestas: los Estados Unidos con el culto del individuo y de Dios, y la Unión Soviética, con el culto al Estado y a la ciencia como instrumento para cambiar el mundo.

El 4 de octubre de 1957, sucedió un acontecimiento completamente imprevisto en favor de la URSS que iba a sacudir las certezas de los creacionistas estadounidenses. Los soviétivos lanzaban el primer satélite artificial de la Historia, llamado Sputnik (satélite, en ruso). Mientras que durante 40 años, los estadounidenses habían mantenido que Dios habitaba en el cielo y que no había que molestarle, he aquí, que su peor enemigo, no sólo iba a ser pionero de la exploración espacial, sino que también sería el que le proporcionara las informaciones de lo que debía ser el lugar de su paraíso después de la muerte. El Sputnik, de un peso de 83 kg y situado a 1.000 km aproximadamente, por encima de nuestras cabezas, daba una la vuelta a la Tierra en 96 minutos.

Los estadounidenses se dieron tres meses para responder a los soviéticos, pero éstos, insistieron y para poner todavía más nerviosos a los estadounidenses, reaparecieron apenas un mes después, en concreto el 3 de noviembre, cuando lanzaron un segundo satélite, el Sputnik 2, con una ser vivo a bordo por primera vez; la perra Laika.

Los estadounidenses se impacientaron y el 6 de diciembre de 1957, la Armada de los Estados Unidos lanzó el Vanguard TV3, el primer satélite estadounidense, pero fue un gran fracaso y habrá que esperar al 1 de febrero de 1958 para contemplar la exitosa puesta en órbita del satélite Explorer 1, que pesaba 13,96kg, (8.3 kg correspondían a las baterías) y contaba una autonomía de vuelo de 114 minutos.

Bien, y todo esto ¿para qué? El mal estaba hecho, ya que los soviéticos habían tomado la delantera. El 15 de mayo de 1958, fue el turno del Sputnik 3, cargado de instrumentos científicos, iba a ser colocado en la órbita geostacionaria para estudiar la altura de la atmósfera terrestre. Pasaron los días y dos años más tarde, se lanzó con éxito del Sputnik 4, para preparar los primeros vuelos tripulados. Los estadounidenses quedaron alucinados. Los soviéticos iban a enviar otros siete satélites, entre los que se encontraba el Sputnik 8, que era una sonda Venera-1, lanzado con éxito el 12 de febrero de 1961 hacía el planeta Venus. El 9 de marzo de 1961, el Sputnik-9 y el 25 de marzo de 1961, el Sputnik 10, que se llevaron al espacio, cada uno, a un muñeco con forma humana y a un perro para que giraran alrededor de la Tierra. Ambos volvieron sanos y salvos. Aún en 2014, a título informativo, los europeos todavía no han sido capaces de enviar un ser vivo al espacio y traerle de vuelta. Y el Shuttle (trasbordador, en inglés) de los estadounidenses se encuentra parado, por falta de dinero.

Así pues en la década de los sesenta del siglo XX, fueron los soviéticos los que trajeron la ciencia a las escuelas estadounidenses. Para los institutos de educación secundaria, eso significaba mucho. El creacionismo se dejó de lado y el evolucionismo se instaló de forma duradera en el sistema estadounidense. Los libros escolares de ciencia fueron incluso escritos por el Consejo de Programas de Ciencias Biológicas.

Aquélla victoria tan notoria de los soviéticos en su conquista del espacio, allí donde los estadounidenses esperaban ver a Dios, irritó e hizo daño al mundo científico estadounidense, debido al retraso acumulado, a causa del celo de los creacionistas. Así pues, van a servirse del odio contra el enemigo comunista para copar el ámbito académico en colegios e institutos. Y cuando se creía que los creacionistas habían sido vencidos para siempre, ellos siempre volvían a descubrir al país, los fundamentos para alcanzar una segunda vida.

A partir de entonces, ya no estarán contra la ciencia, pero sostendrán que el papel de la ciencia es verificar lo que está escrito en la Biblia. Según ellos, la ciencia se encarga, en efecto, de probar que nuestro mundo es muy complejo y que el interés real reside en comprender, más bien el cómo, y no el qué, que está bastante claro. Acuñarán un nuevo concepto, el “diseño inteligente”, según el cuál, el mundo es demasiado complejo como para no haber sido construido por un dios.

De este modo, hemos vuelto al punto de partida. Y esta vez, no quieren confinar el creacionismo a los Estados Unidos, sino que pretender diseminarse por toda Europa, considerada como el templo de la cultura científica, y de Europa, saltar a África, en concreto.

Suposo la explosión de las iglesias denominadas del despertar, iglesias evangélicas renovadas, que querían conquistar el mundo. Las poblaciones africanas en los Estados Unidos y en Europa iban a ser sus primeros objetivos y una vez conseguido su propósito, estas comunidades servirían de catalizadores en el continente africano, donde no encuentrarán oposición alguna al respecto.

Vamos a ver en las siguientes líneas, como Europa organiza la resistencia al creacionismo y África se rinde sin combatir.

El Consejo de Europa.

Para contrarrestar la ofensiva de los creacionistas venidos de los Estados Unidos, (testigos de Jehovah, adventistas del séptimo día, mormones, cienciólogos, etc.), la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, que cuenta con 47 países miembros, adoptó el 4 de octubre de 2007, la Resolución 1580, que lleva por título: “Los peligros del creacionismo en la educación”, que condena el creacionismo y se opone a su enseñanza en los colegios.

Anne Brasseur, antigua ministra de Educación de Luxemburgo, en el informe que presentó en la Asamblea desde el principio de los trabajos, el 17 de septiembre de 2007, citó a un tal Guillaume Lecointre, profesor de zoología en el Museo Nacional de Historia Natural de París, que sostenía que “la ciencia es el conjunto de las operaciones que producen el conocimiento objetivo. Una afirmación en el mundo sólo puede ser calificada de objetiva, si ha sido verificada por un observador independiente. Esta verificación depende de tres factores: el escepticismo, la racionalidad y la lógica, y en conclusión del materialismo metodológico. Estos diferentes pilares aseguran la objetividad de un resultado científico”.

Y en la conclusión del informe final adoptado por los parlamentarios de los 47 países miembros del Consejo de Europa, se podía leer que “adoptar una postura negacionista con respecto a tesis científicamente probadas, consituye un freno en la educación y en el desarrollo intelectual y personal de miles de niños y niñas. La ciencia es un actor preponderante que participa muy amplia y activamente en este proceso de evolución y de tranformación de las sociedades (…). Los creacionismtas son, de hecho, partidarios de un profundo retroceso, lo que, a largo plazo, puede reverlarse particularmente perjudicial para el conjunto de nuestras sociedades. Lo que está en juego es, así pues, considerable. (…) Hoy, con el creacionismo, estamos en presencia de un aumento potencial de modos de pensamiento que, para imponer mejor algunos dogmas religiosos, atacan a la esencia misma de los conocimientos que hemos acumulado pacientemente sobre la naturaleza, la evolución, nuestros orígenes, nuestro lugar en el universo, etc. Esto constituye indiscutiblemente un grave atentado contra los Derechos Humanos”.

El 1 de febrero de 2008, en un artítulo titulado “Europa y el creacionismo”, Philippe Le Vigouroux, informaba de los detalles sobre este seminario del Consejo de Europa, yendo aún más lejos, al señalar a los políticos de varios países europeos que esperan atraer los votos de las familias débiles de espíritu, especialmente en Italia en 2004, en Holanda en 2005 y en Polonia en el otoño de 2006. Concede “La Palma de Oro” a la hipocresía a Grecia, que para evitar enseñar el evolucionismo en la escuela y para no enfadar a la comunidad científica, sus políticos realizaron hicieron un hallazgo que consistía en incluir al evolucionismo en el programa escolar, pero relegado al último capítulo, de manera que los alumnos de la educación secundaria, como es sabido, jamás llegarán a él, ya que un tercio del programa escolar, en Grecia nunca se termina.

Francia.

El 17 de noviembre de 2008 el diario francés Le Monde, publicó un alarmante artículo de Catherine Vincent, que llevaba por título “El creacionismo extiende su influencia en Europa”, informando de una Francia dividida por la contienda contra el creacionismo. En él, la autora da cuenta de un seminario celebrado los días 13 y 14 de noviembre de 2008 en París, organizado por el Ministerio de Educación Nacional, el Colegio de Francia y la Ciudad de las Ciencia y de la Industria, reuniendo un centenar de investigadores en ciencias de la evolución, filósofos, profesores, inspectores de colegios y de institutos, con el fin de debatir sobre peligro que implica del avance del creacionismo en el medio educativo en Francia y las consecuencias de la dificultad que entraña el enseñar el evolucionismo en los colegios.

He aquí las palabras de Catherine Vincent: “El ataque más frontal de los creacionistas data de principios de 2007. En numerosos países de Europa, los estudiantes de colegios, institutos y universidades recibieron, sin haberlo pedido, una lujosa obra ilustrada, el Atlas de la Creación, que fue editado e imprimido en Turquía, y que pretendía demostrar que la evolución no era una doctrina científica, sino tan sólo, fruto de la propaganda antirreligiosa. Su autor, Harun Yahya -su verdadero nombre es Adnan Oktar-, dirige una organización de financiación poco transparente, cuyo principal objetivo es promover el conocimiento del Corán”.

En su blog Café y Ciencia, Arnold Munnich escribe: “Cuando el creacionista evoca “otro nivel de realidad” al que no tenemos acceso, me hace pensar en un primitivo que podría considerar los rayos ultravioletas o los infrarrojos como algo relevante perteneciente a otro nivel de realidad, al que no tiene acceso con sus sentidos. Por ello, perdono fácilmente a los primitivos y saludo al primero de ellos que pensó que habría de haber un medio para tener acceso al conocimiento de la causa de las quemaduras provocadas por el sol. Admiro la determinación de todos los que se han devanado los sesos para comprender las cosas. Mi reconocimiento a aquéllos que lo han conseguido. Entre el primero que se dijo ¿cómo?, y el que afirmó “¡así, de este modo”!, veo el florecimiento de la civilización. (…) No perdonaré jamás a aquéllos que han tenido que recurrir a seres imaginarios para responder a la pregunta “¿cómo?”.

El recurso a un ser imaginario creador de todo, por medio del cuál, todo se explica, es una capitulación intelectual, una confesión de impotencia, no sólo personal, ni únicamente trasladada a sus contemporáneos, sino, sobre todo legada a las generaciones futuras. Porque si en un momento dado, somos incapaces de saber cómo funciona algo, el creacionismo decide, que no lo sabremos nunca, en fin, bueno, casi nunca, porque para edulcorar la realidad ya existe una larga serie de invenciones del paraíso, donde el justo se bañará en la felicidad y eventualmente en el conocimiento absoluto (…).

Si la ciencia y la religión tienen alguna cosa que compartir, es su público. Los peligros que los creacionistas representan están vinculados a su necesidad de controlar las creencias de las gentes para no perder el aval sobre sus vidas. Limitar su curiosidad y dejar pasar por pequeñas bromas, aquellas cuestiones, que la ciencia demuestra, tras siglos de mantener chorradas, por palabra divina. Reforzar la impresión de cientificidad de las inmediaciones espiritualistas y pretender que la ciencia las justifique, para recuperar a algunos de los que, incluso aún se ríen sistema geocéntrico. En los ambos casos, hay que trabajar para mejorar los cimientos de la ignorancia.

Antes de empezar a educar a las futuras generaciones para que mejoren el sistema escolar que prepare a los futuros jóvenes ante lo irracional, hay que denunciar, quizá, los chanchullos que embaucan a aquéllos que no podrán beneficiarse de una escolarización basada en la ciencia y que han dejado relegada. Hay que oponerse a los intentos de atentar contra la ciencia y combatir las diferentes formas de terrorismo que los religiosos emplean, ya sean físicas o intelectuales”.

Bélgica.

En 2007, se publicó una es una investigación de la Universidad Pública de Gante, que revelaba que el 20% de la población flamenca creía que Adán y Eva fueron los primeros humanos en la Tierra, un resultado que dió la voz de alarma frente al activismo de los creacionistas estadounidenses en Bélgica. A finales del mismo año se celebró un seminario que reunió a varios universitarios, en el que se subrayó el peligro de las ideas creacionistas en el futuro de la ciencia en Bélgica.

En 2009, es el Departamento de Filosofía de la citada universidad, que lleva 4 años oponiéndose al creacionismo, el que pueso a disposición de Johan Braeckaman, profesor de Ecología humana, la suma de 200.000 € para volver otorgar a la ciencia, en detrimento de Dios, un lugar central en las escuelas flamencas, ya que lo contrario dejaría a Flandes en una situación de inferioridad cultural y científica, en relación a la región limítrofe de Valonia. Según las palabras de Johan Braeckaman, hechas públicas por el corresponsal en Bruselas de diario Le Monde, Jean-Pierre Stroobants, en su crónica del 7 de febrero de 2008, “dudar de la evolución tiene consecuencias en el plan científico, pero también, para la concepción de las relaciones hombre-mujer (…), la integración de las personas de origen musulman en la sociedad belga puede verse complicada a causa de una interpretación literal del Corán”.

Para la Historia creacionista, la mujer es inferior al hombre, ya que Eva no fue creada más que para colmar el vacío existente en la vida de Adán y a partir de su costilla.

Italia.

Aquí la situación es aún más catastrófica, debido a la presencia del Vaticano. Los estudiantes italianos son desalentados para elegir el itinerario científico en el instituto. El país, por consiguiente, cuenta con menos ingenieros de los que le haría falta. Incluso los antiguos miembros del viejo partido comunista italiano se volvieron creacionistas. Los partidos políticos de derechas, para atraer los votos de los católicos, hacen algo más grave aún si cabe. En febrero de 2004, la ministra italiana de Educación de Silvio Berlusconi, Letizia Morati firmó un decreto para excluir de las escuelas italianas, la enseñanza del evolucionismo y remplazarla por el creacionismo.

Enseguida, en 2005 se anuló el decreto tras la oleada de protestas venidas de todo el mundo científico, pero también de los padres de los alumnos, cuyos hijos habían sido excluidos de un futuro en el sector científico.

En 2009, se llega al colmo de la incomprensión, cuando la agencia de prensa científica de Québec, Agence Science-Presse, que es la institución pública que se encarga de financiar la producción científica y además aporta la mayor suma de dinero a las investigaciones científicas en Italia, patrocinó la publicación de un libro titulado, “Evolutionism: The Decline of an Hypothesis” (Evolucionismo: El declive de una hipótesis), realizado por el historiador creacionista italiano, Roberto de Mattei.

En este libro, se aprende, en particular que “las capas geológicas fueron el resultado del Diluvio universal y que los dinosaurios compartieron la Tierra con los humanos”, y peor aún, se afirma que el evolucionismo no es la ciencia, sino que más bien está contra la ciencia, y que la verdad científica está en la Biblia y en Jésus. Además de ésta institución, el libro también fue financiado por el Conseil Nacional de Recherche (CNR). Esto fue demasiado. Es como si una institución de lucha contra el cáncer financiara la publicación de libros que dijeran que el cáncer es una farsa. Entonces, algo no funcionaría.

El Reino Unido.

Quedará en la memoria que el Reino Unido de Tony Blair fue el mejor aliado de los Estados Unidos de América, sobre todo en sus guerras en Irak y Afganistán. Lo que no se sabe, o hasta entonces, era poco conocido, que con la llegada a la Casa Blanca de los neocons, su teoría del Eje del Bien y del Mal y su propaganda creacionista, en Gran Bretaña, los intelectuales y los científicos serán los que organicen la resistencia.

Fue en 2006 cuando los británicos, al final decidieron no rendirse sin combatir. El Estado, a través de la Royal Society, (Academia Nacional de Ciencias de Gran Bretaña) declaró una guerra sin cuartel al creacionismo que iba poniendo paulatinamente sus pies en las escuelas, institutos y universides británicas, donde cada vez menos, los niños se interesan por la ciencia. Se llevaron a cabo varias iniciativas, en particular, una conferencia en la University College London (UCL), sobre el tema “Porqué la teoría de la evolución tiene razón y el creacionismo está equivocado”.

Habría que destacar la conferencia de un tal Steve Jones, un genetista. Incluso la BBC fue llamada a participar en aquél seminario, tras un tiempo en que la cadena de televisión pública, aceleró el ritmo de la producción de series televisivas científicas y documentales, que aún hoy, son emitidos a precio de oro por las televisiones del mundo entero, para hablar de ciencia.

Incluso la prensa reforzó esta iniciativa. Casi todos los diarios biriánicos tendrán desde entonces hasta ahora, una rúbrica dedicada a la ciencia y dirigida por profesores anticreacionistas. Por ejemplo, el Daily Telegraph confió su sección científica, titulada “Del lado de los laboratorios” a nuestro amigo Steve Jones, un arisco detractor de los creacionistas.

He aquí lo que declara el mencionado profesor en 2009, en una entrevista en la revista escolar, “Ciencia en la escuela”, que llevaba por título “La amenaza del creacionismo”. Decía: “Aquéllos que tienen una convicción basada en la fe, creen que la vida aparece de manera mágica, sin explicación científica, en un momento situado en un pasado relativamente reciente, contrario al consenso científico que se apoya en la biología de la evolución (…) el creacionismo está equivocado ya que nada de lo que proclama, se sostiene con lo que sabemos en ciencia, pero la gente espera – y cree – que tiene la respuesta a demasiadas grandes cuestiones. Quieren respuestas que no entren en el campo científico, como «¿Dios existe?», o «¿Qué significa ser un humano? ». Añadía: “Este debate no es nuevo. Las ideas evolucionistas, como la filiación y la transformación de las especies existieron desde al menos el siglo VI de nuestra Era, pero no fue hasta el siglo XVIII, cuando los conocimientos científicos se fortalecieron al desarrollarse estas ideas que pusieron en tela de juicio la concepción de un mundo natural creado por la voluntad de Dios. Fue la publicación, en 1859, del libro del naturalista inglés Charles Darwin, “Del origen de las especies”, la que estableció la descendencia con transformación como la explicación científica dominante de la diversificación de las formas naturales (…) no estoy en contra de la enseñanza del creacionismo en la escuela, en sí mismo, pero debería ser enseñado en los cursos de teología. Quien quiere divulgar las ideas de ignorantes, no debe hacerlo en un curso de biología. (…) el creacionismo es “la anti-ciencia”. No debatiré nunca con un creacionista. Piensan que 2 + 2 = 5; o que en última instancia, o cómo señal de compromiso, 4.1. Estoy persuadido de que 2 + 2 = 4. No hay nada que discutir. Si no quieren aceptar los hechos físicos reales, no podemos discutir. Me burlo de lo que aquéllos creen, a menos que tengan algunas evidencias científicas al respecto, lo cuál, no es el caso. (…). Que un científico crea en el creacionismo es un misterio para mí. En Europa, no se reproducen las mismas actitudes creacionistas observadas en los Estados Unidos, sin embargo, existe una panoplia de argumentos más sofisticados; nos referimos al «creacionismo nivel superior», esto es, el «diseño inteligente», que dice que ante la complejidad de los organismos, necesariamente alguien ha tenido que concebirlos. Pero Darwin mostró que la evolución es una máquina capaz de construir incluso las cosas más imposibles.”

Otro científico británico dio la voz de socorro en este combate contra el avance del creacionismo en Gran Bretaña, se trata del biólogo británico y miembro de la Royal Society, Richard Dawkins, nacido en Nairobi (Kenia) en 1941. Su libro más famoso contra Dios y los creacionistas fue publicado en 2006 bajo el título, “The God Delusion” (La falsa ilusión de Dios), publicado en Francia con el título, “Para terminar con Dios”, traducido en 30 lenguas en el mundo y vendiéndose millones de copias.

Éste fue el hombre que en 2010 urdió un plan, a semejanza del elaborado para la detención de Augusto Pinochet, para inculpar al Papa Benedicto XVI por crímenes contra la humanidad y hacerle detener durante su visita a Gran Bretaña. Se contentaría, finalmente, con publicar el 15 de septiembre de 2010, una carta abierta en el diario The Guardian, suscrita por otros 54 intelectuales, oponiéndose a la visita del Sumo Pontífice a Gran Bretaña.

En una entrevista que dio a la PBS (Public Broadcasting Service, la cadena de televisión pública estadounidense) el 12 de abril de 2008, Richar Dawkins declaró: “La fe como creencia que no está fundada en pruebas es uno de los mayores males terrestres. Es un virus difícil de erradicar. No creer en Dios es una extensión lógica de la comprensión de la evolución, mientras que la religión es intrínsecamente incompatible con la ciencia”.

En otras palabras, según este científico, la sola garantía de que el cerebro humano se desarrolle para inventar el mundo de mañana viene del hecho de no creer que todo está escrito, que es inmutable y que en lugar de trabajar para inventar el mundo de mañana, incluso, hay que pasar el tiempo haciendo oración para agradecer a algún “relojero” la confección del mundo. He aquí el porqué, según él, la religión es un virus, una enfermedad que perjudica a la ciencia. El 7 de noviembre de 2009, en el diario británico The Guardian, declaró: “El creacionismo es un disparate, fruto de la mentira de un espíritu pobre”.

África.

Respondiendo a la pregunta: “¿Por qué el creacionismo es un complot contra África?”, he aquí lo que escribe el joven pensador camerunés, Djat Ngongang: “Es el hombre el que creó a Dios y no al revés. Rechazar creer en Dios, es rehusar la facilidad que implica creer en su existencia. Basta con utilizar la ficción deísta para explicar, justificar y perdonarlo todo. Si Dios me pide matar, entonces no se me puede condenar. Si Dios me envia a robar, debes perdonarme, ya que es él, el que debe castigarme. Si es Dios el que creó todo, entonces ¿para qué sirve esforzarse? Utilizar a Dios permite explicar lo inexplicable, huir de tus responsabilidades. Así que ante cualquier debate se debe elegir entre la ficción y la realidad, entre el el creacionismo y el evolucionismo”.

A.- En Camerún.

En este país, los creacionistas son muy activos tras la era colonial y no se cansan nunca. Se aseguran de colocar gratuitamente en todas las habitaciones de los hoteles cameruneses una Biblia. En la televisión pública CRTV, copan todo el tiempo de emisión con programas de un cariz creacionista, tales como horóscopos, misas, el santoral diario, etc. Hoy en día, no existe ningún científico camerunés que sea presentador de ningún programa de televisión o radio. En el colegio todo parece hacerse con el fin de desalentar a los niños y las niñas para que no se decanten por los itinerarios educativos de carácter científico. Mientras que en Europa, en los institutos, los 2/3 del itinerario académico es científico, en Camerún, éste, apenas representa el 10%.

La asimilación de la espiritualidad africana a la brujería es combatida.

La brujería en África constituye una práctica que ha contribuido al éxito de los creacionistas. La caza de brujas de la Europa del siglo XVII, tiene justa réplica en África, denigrando la espiritualidad africana y aquéllos que la practican, siendo todos sospechosos de brujería.

¿A quién se acusa de brujería en Camerún? A toda persona no creacionista. Es decir, que en este país, los creacionistas lograron infiltrarse en el aparato del Estado para llevan una guerra despiadada contra su enemigo de siempre en el continente, la espiritualidad africana, acusada de satanismo, y de todos los espíritus maléficos posibles. Han inventado incluso nombres como “famla”(3) o “kong” (4) para suscitar el miedo de la población y evitar que acerquen sus tradiciones a sus pueblos. La consecuencia es desastrosa. La primera causa del éxodo rural, en una buena parte de Camerún, no está en absoluto motivada por la búsqueda de una vida mejor, sino por la existencia de brujería, identificada con el mal. Por lo tanto huyen de aquéllos lugares donde se practica. Por esta razón, los creacionistas encontraron en ello un remedio muy seguro. Ofrecían exorcismos que curaban de los hechizos. Y así les va, a juzgar por el número de intelectuales cameruneses que creen en los hechiceros, hasta los magistrados, abogados y jueces de los tribunales cameruneses, creen en estos rituales. ¿Créeis que bromeo? Pues no. Todo lo que digo es cierto.

El artículo 251 del Código penal camerunés, pena con 2 a 10 años de prisión y una multa de 5.000 a 100.000 francos CFA “la práctica de la brujería, magia o adivinación, susceptibles de suponer un atentado contra la tranquilidad pública o de comportar un atentado contra las personas”. Y esta multa puede alcanzar sumas astronómicas, si hay un homicidio de por medio.

Está científicamente probado que la brujería no existe y que ningún ser humano puede hacer mal a otro de una manera oculta, si no, cómo se explica el éxito que tienen en los homicidios del mundo entero, las armas de fuego y las armas blancas.

Durante el coloquio que la Universidad de Bangui (República Centroafricana) organizó los días 1 y 2 de agosto de 2008, sobre el tema “Brujería y Justicia en la Repúlica Centroafricana”, en su ponencia titulada “La brujería a juicio”, el antropólogo Martinelli Bruno, de la Universidad Aix-Marseille dijo que “el recrudecimiento de la brujería en África como tema de explicación de las desgracias de los tiempos presentes, y particulamente de los tiempos modernos, es recurrente después de la época colonial. Es un patrón de interpretación para las crisis sociales de la modernidad, en todos los aspectos de las divisiones sociales: índices de edad, generación, género, producción y apropiación de recursos, autoridad y poder (…). El proceso de estigmatización de la brujería se inició por la demonización que de las creencias y prácticas mágico-religiosas tradicionales africanas, llevaron a cabo las iglesias misioneras. Un enfoque que viene a reeditar sin saberlo la Historia europea de la persecución de las prácticas de brujería en mundo campesino de los siglos XV a XVII. Más recientemente, el reencuentro entre la demonología, inspirada de algunas iglesias fundamentalistas estadounidenses, transplantadas a África y una brujería africana adaptada al contexto urbano moderno, tienden a hacer de Satán, el principio fundamental de la perversidad, el personaje más importante en la nueva escena de las creencias africanas. Los nuevos misioneros y los profetas pretender responder a los problemas de los individuos o de las familias circunscribiendo sus males en una dramaturgia universal del Mal, que pasa por el combate espiritual contra Satán y sus comparsas, los brujos”.

En otras palabras, este antropólogo italiano reconocía que el concepto de brujería en África sólo sirvió a la religión colonial, al cristianismo primero y hoy en día, a las iglesias de nuevo cuño o iglesias del despertar, para estigmatizar a la religión rival, la espiritualidad africana, relegada al nivel de las cosas negativas, de Satán.

Así, con una espiritualidad africana, sinónimo de brujería, que utiliza la magia negra, y una espiritualidad europea, sinónimo de exorcismo, que utiliza la magia blanca, se constata la evidencia de que ésta ultima se ha convertido en un refugio, con el fin de oponerse a la magia de los africanos e impedir hacer el mal que la caracteriza, a mayor gloria de los nuevos conversos al cristianismo.

B.- Nigeria.

Cuando Boko Haram secuestró a 200 niñas, la acusación principal para justificar su crimen fue el que las menores seguían una educación occidental. Cuando se profundiza al nivel de detalle para saber lo que esto quiere decir, se da con una respuesta que puede sorprender, pero que nos revela que Boko Haram reivindica, ni más ni menos, el ser un movimiento creacionista militante para prohibir la enseñanza de la ciencia en la escuela.

En Occidente, la ciencia es llamada evolucionismo. Aquí, en Nigeria, la ciencia está asociada a Occidente. En otras palabras, aquéllos que combaten a Boko Haram no saben que obtienen ganancias del mismo fondo de comercio que éstos.

Nigeria es una tierra bendita de Dios, con dos corrientes creacionistas, una promueve la Biblia y otra, el Corán. En este país, los predicadores pueden hacerse pasar por médicos impunemente y pretender curar todas las enfermedades del mundo, sin ser molestados por ningún magistrado. Es el creacionismo en acción. La Biblia puede resolverlo todo.

Los intelectuales y los artistas nigerianos comparten este modo de concebir la existencia. Como la mayor parte de cineastas permiten que los creacionistas estadounidenses financien sus películas, a cambio incluir en el guión la palabra “Dios”, como si de un estribillo se tratase, que que aparece en todos los minutos 5 de cada película o serie realizada en Nigeria o por los nigerianos. Estos son los intelectuales y los científicos que llevan la voz cantante en Hollywood, por lo que si comparamos la situación con los Estados Unidos, el caso es que Dios no será citado en una película, más que cuando se trate el tema de las religiones, y no, como en el caso de las películas nigerias, que los actores se vuelven hacia Dios para obtener una respuesta afirmativa o negativa a sus preguntas.

¿Qué lecciones se extraen para África de esta situación?

El creacionismo es ante todo un complot contra África. Negar al continente africano su condición de ser la cuna de la Humanidad hace 100.000 años aproximadamente, para ir a inventar otro origen bíblico en Mesopotamia hace 10.000 años, no sólo es un disparate científico sino también histórico. Lo que hace plantearse la siguiente pregunta: ¿Los africanos son idiotas o sólo se compadecen a sí mismo? Cuando se ve las batallas que los científicos libran en Europa para hacer triunfar las verdades científicas, uno tiene ganas de preguntarse donde han ido los científicos africanos.

En África, se ha convertido en una moda el proclamar que se es un país que se convertirá en emergente en 2020, 2030, 2040 etc. Pero, ¿cómo todos estos países piensan llegar a serlo si dejan corromper sus instituciones estatales? ¿Con qué programa de investigación científica piensan llegar a ser países emergentes? Incluso Brasil hace tiempo, tomado como rehén por los creacionistas estadounidenses, hubo de combatir este oscurantismo religioso a través de un presidente valiente; Cardoso, que priorizó la ciencia y la tecnología para hacer emerger Brasil.

En India, donde el hinduista no come carne, el Estado prioriza la ciencia para hacer de este país el primer exportador de carne de vacuno por delante de Brasil, que hasta ahora el mayor exportador mundial con 220 millones de cabezas de ganado. Hasta en este país son los científicos quienes están al mando.

China es el templo del evolucionismo. La ciencia pasa por delante del partido comunista, incluso después de Mao. En todos los dominios, la investigación científica se ha recuperado. En virtud de este empeño científico, China destronó en 2014 del lugar que ocuparon los Estados Unidos durante 142 como primera potencia mundial, según el FMI.

África no sabría ser una excepción científica. Seguir utilizando la televisión para embrutecer a su propia población con el creacionismo, contribuye a empujar a los países africanos hacia un futuro muy inestable, plagado de conflictos sociales a causa de una franja importante de la población que quedará inadaptada y sin preparación para encajar los duros golpes que la vida propina sin piedad, donde ninguna oración podrá ayudar quién quiera que sea, a pagar las facturas de los alquileres, la electricidad, la escolaridad de sus hijos, etc.

En las calles de Kinshasa, Douala, Lagos hay niños y niñas llamados de la calle, expulsados de las familias porque han sido marcados con el signo de Satán, por los pastores de las iglesias renovadas. ¿A qué esperan los Estados africanos para arrebatar a estos charlatanes la capacidad gde perjudicarles?

Conclusión.

Cuando en 2012, los chinos regalaron a los africanos la nueva sede de la Unión Africana, que costó 220 millones de dólares, se cuenta en Pekín, que los jefes de Estado africanos pretendieron y obtuvieron de China el que se inscribiera en la fachada del edificio principal, a lado de la estatua de Kwame Nkrumahm (5) , una cita sacada de la Biblia. Pues bien, en realidad, la construcción del edificio, se debía al sudor de un país que había utilizado la ciencia para luchar, para obtener dinero para su construcción. Sin embargo, los creacionistas africanos sorprendían a sus homólogos chinos con tal pretensión, tomándoles por unos completos idiotas.

Pero en África también se está organizando una resistencia contra los creacionistas. Con la formación RINVINDAF (6), es la primera vez en el continente africano que se rechaza a personas para acceder a una formación, bajo el pretexto de que son creacionistas. Esto a menudo ha suscitado la incomprensión por parte de todos aquéllos candidatos que han sido rechazados por este motivo, y por ello nos tachan de secta. La verdad se encuentra en la película de Sergio Léone “Por un puñado de dólares”, cuando el actor principal Clean Eastwood dice a Jean-Maria Volonté: «Cuando dos hombres se topan, uno con un fusil y otro con una pistola, el de la pistola es hombre muerto». En la competencia industrial entre las naciones, la palabra clave es la ciencia. Y cuando un industrial evolucionista se encuentra en el mercado a un industrial creacionista, éste es hombre muerto.

Es lo que explica que los países árabes petroleros a pesar de sus enormes inversiones, nunca hayan desarrollado un verdadero tejido industrial. Del mismo modo, cuando un industrial creacionista nigeriano o camerunés se encuentre en el mercado con un industrial evolucionista brasileño, indio, coreano o chino, el creacionista nigeriano o camerunés puede considerarse hombre muerto. Así pues, de nada vale formar a las personas si no se puede hacer una apuesta exitosa de futuro. Al igual que África fue obligada a postrarse ante otras naciones que utilizaron la ciencia contra el continente, ahora, África, también gracias a la ciencia se pondrá de pie.

Me complace concluir con el texto de la petición que el movimiento de los Brights (7) hizo llegar a todos los científicos del mundo para alertar del peligro de los creacionistas en la escuela. Decía así: “Cierto número de centros educativos y de comunidades religiosas tienen la tentación de introducir la teoría del “diseño inteligente” en los programas de ciencias de los escuelas públicos estadounidenses.

Es posible que los promotores de esta teoría piensen sinceramente que tienen credibilidad científica. Pero algunos, quizá, aspiran a introducir por este medio, creencias religiosas en los programas de enseñanza de ciencias. Sean cuáles fueren las intenciones de sus impulsores, la teoría del “diseño inteligente” está en contradicción con la definición de ciencia y debe ser rechazada y por lo tanto, no debe tener cabida en un programa de educativo de ciencias.

Por decir las cosas simplemente, el diseño inteligente no es ciencia. La ciencia mantiene una relación experimental con la realidad. La característica más importante del método científico es que las hipótesis a propósito del mundo natural pueden ser comprobadas, ser objeto de experiencias reproducibles y ser verificadas. Al contrario que los conocimientos científicos de la teoría de la evolución de la vida en la Tierra, las explicaciones del diseño inteligente postulan hipótesis que no pueden ser ni observadas ni validadas. Al afirmar la necesidad de la existencia de un creador para dar cuenta del origen y del desarrollo de la vida, el diseño inteligente rompe con la ciencia en tanto que disciplina.

No hay mejor herramienta para comprender nuestro mundo que el método científico con sus rigurosos procesos de confirmación. Ninguna nación puede esperar mantenerse adecuadamente si sus ciudadanos están entretenidos en la confusión o desinformados en lo que concierne a la ciencia. El movimiento del diseño inteligente impide dar a los estudiantes la educación adecuada para nuestro mundo, donde las ciencias ocupan un lugar ineludible. El diseño inteligente constituye una amenaza seria contra la integridad de la enseñanza de las ciencias, tal y como los científicos deben concebirla.

Jean Pougala. Douala (Camerún), 22 de junio de 2014.

Fuente Cameroonvoice.com

(1) Instituto estadounidense de investigación de la opinión pública.

(2) En 1960 se adaptó al cine con el nombre, “Inherint the Wind”, la “Herencia del viento”, dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Spencer Tracy.

(3) El Famlà, también denominado Kèssueh, es un conjunto de personas que se reúnen para realizar invocaciones místicas a las fuerzas sobrenaturales con el fin de adquirir, aumentar o mantener, poder, dinero, prosperidad, longevidad, etc. Es practicado por los pueblos del oeste de Camerún, de la región de Bamiléké, de mayoría bantú.

(4) Traducción de hechizo o magia negra en la lengua fang, de la familia bantú.

(5) Presidente de Ghana, líder panafricanista que luchó por la independencia de su país.

(6) Es el acrónimo en francés de Re-inventer aux Industriels Africains de demain (Reinventar a los industriales africanos del mañana). Se trata de un programa de formación para industriales y dirigentes de origen africano que se puso en macha en Ginebra.

(7) “Luminosos”. Es un movimiento social que propugna un mundo alejado de concepciones sobrenaturales o místicas, basándose en una visión naturalista del mundo.

Traducción y Notas- Antonio Vázquez

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