Los vendedores de Kalonga, en el distrito norte de Malaui, pidieron al comisario del distrito que indicara a todos los chinos que se dedican a su mismo negocio, que se marcharan del distrito. La petición, formada por más de 33 representantes de los vendedores, dice que los inversores chinos se han extralimitado haciéndose con negocios de pequeña escala que los nativos pueden hacer competentemente.
“Un montón de vendedores han cerrado sus negocios porque la gente acude en masa a las tiendas de los chinos que venden los mismos productos a precios muy bajos. Al final, no tenemos nada para comer ni ayudar a nuestras familias, queremos que se vayan de los mercados del distrito inmediatamente”, delcara Jilly Simwaka, uno de los que firmó la petición.
Los lazos diplomáticos entre el gobierno de Malaui y China comenzaron el 28 de diciembre de 2007.
El comisario del distrito de Lalonga, Steve Chima, dice que es imposible para él actuar del modo que le piden los comerciantes, porque eso está fuera de su control. “Esperaré a ver qué decide el ejecutivo, ya que este asunto es muy delicado y tiene que ver con las relaciones bilaterales.
El embajador chino en Malaui, Pan Hejun fue citado en los medios recientemente diciendo que había pedido al gobierno que arrestase a todos los inversores chinos que estén llevando negocios de pequeña escala en el país. “Aparte de eso, también estamos llevando a cabo nuestras propias investigaciones para asegurarnos de que los chinos no están suplantando a la gente indígena. Tomaremos acciones no especificadas contra cualquiera que sea descubierto haciendo esto”, dijo el embajador chino.
Sin embargo, según el estudio de inversiones chinas en África, el caso de Malaui, del congreso de Malaui y los sindicatos, el número de inversores chinos en el país ha estado en aumento durante los últimos cinco años, antes del nacimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Malaui.
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Malaui y la China continental ha visto relativamente más gente de la China continental que ha migrado a Malaui que nunca antes, tanto para los negocios privados como los gubernamentales.
Sin embargo, los trabajos que se han estado creando gracias a los inversores chinos son trabajos en su mayoría informales, que pueden ser descritos como mano de obra barata. Al igual que el resto de los inversores extranjeros, China, en gran medida, viola las leyes laborales y sale impune de ello.
El aumento de importaciones de China, desde el año 2000, ha dado como resultado el influjo de productos de consumo de bajo coste. Este fenómeno, a largo plazo, potencialmente, puede acabar con la incipiente industria en Malaui.
Chancy Namadzunda, desde Lilongwe, Malaui.
(Africa News, 14-02-12)