Con los mercados de Oriente Medio paralizados por la guerra, los comerciantes somalíes dicen que su trabajo está en peligro.
Es miércoles por la mañana en una tienda de té hecha de palos y lonas junto a un mercado al aire libre de ganado en la emergente ciudad de Elasha Biyaha, a 16 km al suroeste de la capital somalí, Mogadiscio.
Un grupo de hombres de mediana edad se sienta en sillas de plástico o de madera, la oreja pegada a una radio que emite el boletín de noticias de las 9 am. Estos hombres son comerciantes de camellos y están siguiendo las últimas noticias de las guerras en el Yemen, Siria e Irak.
Los conflictos en estos lejanos países han afectado negativamente su comercio y su medio de vida. El negocio va ahora muy lento y los comerciantes dicen que casi no hacen dinero.
«El negocio era muy bueno cuando nuestros animales eran llevados al extranjero», declara Musa Hassan a Al Jazeera, rodeado de camellos que rumian bajo el sol de la mañana. Lleva en el negocio más de 20 años.
Cambio de suerte
El país del Cuerno de África exportaba millones de camellos a estos países árabes cada año, pero cuando empezaron los conflictos, las exportaciones se desaceleraron. Luego vino un parón total cuando la guerra en Yemen hizo demasiado arriesgado utilizar el mar de Yemen para exportar los animales.
«Los márgenes de beneficio son mayores cuando los animales se llevan al extranjero. La gente en esos países tiene más dinero y puede permitirse el lujo de pagar más por nuestros camellos», explica Hassan.
En 2014, Somalia exportó un récord de cinco millones de ganado a los países del Golfo, el mayor número de animales vivos exportados desde el país del este de África en más de dos décadas, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO). Eso incluía 77.000 camellos. Este año, sólo 2.000 camellos han dejado el puerto de Mogadiscio, el puerto más grande del país.
De los 14 millones de camellos estimados en el mundo, Somalia, un país de unos 10 millones de personas, cuenta con más de siete millones, el número más alto en el mundo.
La ganadería es la columna vertebral de la economía somalí con más del 65% de la población participando de alguna manera en esta industria, según la FAO. Además, las cifras del Banco Mundial indican que la exportación de ganado y sus productos representa el 80% de las divisas del país.
Al lado del mercado hay un pequeño puesto de venta de bebidas frías a los comerciantes y vendedores ambulantes. Amina Noor, una madre de cinco hijos, lleva trabajando en el mercado desde hace cinco años y ha vivido, en primera persona el cambio que se ha producido.
«Todo se ha vuelto muy lento. Antes venían más animales al mercado. Los comerciantes solían tener más dinero para gastar. Ahora vienen menos al mercado y los animales eran muchos más de los que se ven hoy en día», explica Noor señalando a los rebaños de camellos.
El precio de la carne
Con los mercados de Oriente Medio fuera de su alcance, los comerciantes están probando suerte en los mercados de carne locales en Mogadiscio. A treinta minutos en coche de este mercado de ganado en la zona de Bulo Hubey de la capital somalí, se encuentra uno de esos lugares. Los clientes se reúnen aquí temprano por la mañana para conseguir el corte más fresco.
Pero Abdiweli Mursal, un comerciante de carne en el mercado, explica que no les va mejor que a los comerciantes en el mercado de ganado.
«Antes, el mercado era mejor», cuenta Mursal, refiriéndose al tiempo en el que las exportaciones eran diarias. «La gente tenía más dinero y podía permitirse el lujo de comprar carne. El precio de la carne sigue siendo el mismo. Nuestro negocio está conectado a la economía general del país que no es muy buena», agregó Mursal.
La Cámara de Comercio e Industria de Somalia está de acuerdo, y afirma que las consecuencias económicas de los conflictos en los países de Oriente Medio ya se han hecho sentir en Somalia.
«Los buques que transportaban camellos fueron devueltos desde Yemen a causa del conflicto en curso allí. Este cese en la exportación ha afectado mucho a la gente. Cientos de empleos se han perdido y muchos más se perderán si las exportaciones no se inician de nuevo. Somalia está sufriendo a causa de las guerras en otros lugares”, aseguró Abdi Abshir Dorre, director general de la Cámara de Comercio e Industria de Somalia, a Al Jazeera.
De acuerdo con Dorre, la difícil situación actual de los comerciantes en la industria ganadera es peor que la que vivió durante la sequía de 2011 y 1993.
«Los comerciantes aún tienen gastos que pagar. Los animales necesitan cuidados. Requieren alimentación y vacunas, y todas estas cosas cuestan dinero. La industria ganadera también viene determinada por el valor del dólar frente al chelín somalí. Y el valor del dólar determina todo en el mercado», señaló Dorre.
De vuelta en el mercado de ganado, los comerciantes dicen sentirse impotentes y hablar de estar atrapados en una lucha con la que no tienen nada que ver.
«Soy comerciante. Vendo camellos y es la única cosa que se hacer. No sé cómo ni por qué empezó el conflicto, pero rezo para que termine de manera que nuestro negocio vuelva a remontar.
africa.com
Fundación Sur