Las fuerzas leales al difunto líder Muamar Gadafi han lanzado una serie de ataques contra varias ciudades, matando a varios combatientes que ayudaron a derrocar el anterior régimen, según fuentes oficiales.
La violencia que se desencadenó el día 23 de enero se produce cuando los nuevos líderes de Libia luchan por acabar con la resistencia que persiste, de las fuerzas pro Gadafi, e intentan unificar un país profundamente dividido, después de ocho meses de guerra civil, y más de 40 años de gobierno autoritario.
Los ataques se expandieron y tuvieron lugar en las ciudades del oeste, Bani Walid, la capital Trípoli y la ciudad del este de Bengazi, la ciudad donde comenzó la revuelta contra Gadafi, hace casi un año. No está claro si los ataques se realizaron de forma coordinada.
La violencia estalló primero en Bani Walid, donde los combatientes pro Gadafi han atormentado durante mucho tiempo a los rebeldes [ahora autoridades] de Libia.
Mahmoud al Warfali, portavoz de la brigada revolucionaria en Bani Walid, dice que al menos cuatro de sus combatientes fueron asesinados en la ciudad del oeste del país, que fue uno de los últimos reductos del antiguo régimen en caer, ante el comando revolucionario.
El portavoz dijo que hasta 150 combatientes pro-Gadafi lucharon en batallas por las calles, usando lanzagranadas y AK 47, quienes lograron izar la bandera verde de la Libia de Gadafi, en la puerta norte de la ciudad.
Promesas de transparencia
“Estos son los que quedan de los que apoyaron a Gadafi, que intentaron tomar la ciudad”, explicó al Warfali, “Ya han intentado hacer esto antes, y gracias a Dios hemos podido combatirles e impedírselo”.
Horas después, tres combatientes resultaron muertos a última hora del lunes, 23 de enero, por disparos de las fuerzas pro-Gadafi, en Benghazi, según el comandante de campo, Abdel Haroun. La ciudad sirvió como refugio para los líderes revolucionarios, durante la guerra civil.
Abdel Rahman al Sohhayar, un comandante del nuevo régimen de Trípoli, dijo que también se han producido tiroteos en varios barrios de la capital, el mismo lunes 23 de enero, por la tarde, obligando a la gente a encerrarse en sus casas y a las tiendas a cerrar antes de su hora. Culpó de los disparos a “células clandestinas” leales a Gadafi, que según él, intentan aprovechar los enfrentamientos en Bani Walid. No se ha informado de víctimas mortales.
Los fuertes ataques son los últimos de una serie de rupturas de la seguridad, tres meses después de la captura y asesinato de Gadafi. Las protestas han surgido en las últimas semanas, con gente demandando que los líderes interinos cumplan sus promesas de transparencia y compensación para los heridos en la guerra civil.
Las promesas del nuevo gobierno de hacer justicia para los muertos durante el levantamiento han sido usurpadas en algunas zonas por los combatientes revolucionarios, que se quedan la distribución para sí mismos.
Moussa al Warfali, residente de Bani Walid, dice que los enfrentamientos surgieron después de que las fuerzas revolucionarias arrestaran a un leal a Gadafi, cuyos camaradas enfadados lanzaron un ataque para liberarlo.
Los enfrentamientos originalmente se centraron en la base de la brigada revolucionaria, y después se expandió a otras partes de la ciudad.
Los enfrentamientos fueron considerados lo suficientemente serios como para enviar a docenas de combatientes revolucionarios desde Trípoli hasta Bani Walid para ayudar, según el comandante Saddam Abdel-Zein.
Los nuevos líderes de Libia
También se informó de disparos en las montañas de Nafusa al oeste, según al Soghayar, que estaba en contacto con combatientes allí. No se dieron más detalles.
El estallido de la violencia provocó que los combatientes revolucionarios, hasta la ciudad del oeste Misrata, para declarar estado de máxima alerta, estableciendo puntos de control y asegurando los puntos de entrada a la ciudad, según el portavoz de la brigada revolucionaria de Misrata, Walid Khashif.
Después de la caída de Trípoli frente a los combatientes anti Gadafi, en agosto, los leales del régimen depuesto, se refugiaron en ciudades como Bani Walid, y se enfrentaron a las fuerzas revolucionarias durante semanas, utilizando las montañas y valles de los alrededores para atacar por sorpresa a los revolucionarios.
Incluso después de la captura y asesinato de Gadafi, en octubre, la ciudad y la región de alrededor han sido un problema para los nuevos líderes de Libia.
En noviembre, 15 soldados fueron asesinados en una emboscada de los leales a Gadafi, justo a las afueras de la ciudad. Los combatientes revolucionarios en Bani Walid se han quejado de que el gobierno interino de Libia, no ha hecho apenas nada para garantizar la seguridad en la ciudad.
(News 24, 24-01-12)
