Con el 1-1, el paso de los «Bright Stars» al grupo de clasificación es una incógnita, pero hoy en Juba, después de casi dos años de guerra civil y de luto, también hay ganas de sonreír. «Construir una nación es mucho más difícil que declarar la independencia, pero el deporte, comparando las diferencias, acercando y enriqueciendo, puede ayudar», dijo a la MISNA el padre Raimundo Rocha, un misionero comboniano.
En Juba acaba de terminar el partido Sudán del Sur-Mauritania, el primer partido que juega la selección nacional de fútbol para las eliminatorias para el mundial. Dentro de una semana, en Nuakchot, deberán ganar o empatar con al menos un gol. El partido será difícil, pero no lo dan por perdido. Esta es la convicción de tantos fanático que ayer – y también hoy – llenaron el pequeño estadio de Juba. Ayer el partido fue interrumpido por la lluvia quince minutos antes del final, pero aún así fue una fiesta gracias a Dominic Abui Pretino, autor del primer gol de Sudán del Sur en un partido de clasificación para el mundial. Una pequeña señal de esperanza, en un país donde el conflicto ha causado decenas de miles de víctimas y ha obligado a más de dos millones de personas a huir de sus casas, dijo el padre Raimundo, quien está convencido de que el deporte puede hacer algo muy positivo. «En la selección hay jugadores dinka, nuer y azande, comunidades que desde el 2013 a menudo se encontraron en lados opuestos de la valla, pero ahora en la cancha están todas representadas y tienen el mismo objetivo» dijo el misionero.
Que en los «Bright Stars» haya jugadores de diferentes regiones de Sudán del Sur es uno de los compromisos de la joven federación nacional. Su presidente, Chabur Goc Ali, lo reiteró en la víspera del partido con Mauritania. «Lamentablemente, hasta ahora el campeonato ha sido fuertemente condicionado por la guerra. Seis equipos tuvieron que renunciar porque en las varias áreas, por ejemplo en Malakal, jugar al fútbol ??simplemente se ha vuelto imposible».
MISNA (Fundación Sur)