Los atascos en Bamako quebradero de cabeza para el estado maliense

23/06/2016 | Crónicas y reportajes

atasco.jpg La congestión de las carreteras en Bamako durante la jornada laboral es, quizás, el primer problema que corroe al estado maliense. Seguro que algunas personas no prestan ninguna atención a las consecuencias negativas de los atascos en los principales bulevares de la capital. Si hacemos los siguientes cálculos: 10.000 funcionarios bloqueados durante 10 minutos por un atasco tendremos 10.000 minutos perdidos para el ciudadano y para el Estado. Los atascos, sin duda, empobrecen al estado. Es necesario pensar en esto por el bien de la hacienda pública.

¿Cuáles son sus causas atascos de tráfico? ¿Son evitables?

Bamako, capital de Malí, es una de las ciudades de África famosa por su explosión demográfica. Hace menos de una década, la cifra de censo de la población del Distrito ascendió a más de 2 millones de personas. Un crecimiento a gran escala que genera muchas dificultades en muchas áreas de la vida cotidiana y en este caso en particular en el tráfico.

Los atascos gigantescos en las carreteras de la capital se están convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para las personas y el Estado. Los ciudadanos viven cada día con el miedo a salir y meterse durante interminables minutos en los atascos de tráfico. De hecho, ninguna de las principales rutas del Distrito escapa a este fenómeno. ¿Cómo podemos aceptar que los trabajadores lleguen cada día tarde a su lugar de trabajo?
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Dada la magnitud del fenómeno, es evidente que las más altas autoridades están intentando un cambio de mentalidad. Sensibilizar a la población para que adopten, más que nunca, una mentalidad ciudadana se ha convertido en un imperativo para las autoridades que tienen la responsabilidad de guiar el destino del país.

La principal causa de la congestión se debe a que todo el mundo sale a la misma hora para llegar a un lugar a la misma hora. Las calles están llenas de vehículos. Las grúas aparecen cada dos minutos, los semáforos no impiden que se bloqueen los cruces y los agentes de tráfico no saben qué hacer.

Además hay que tener en cuenta el aumento del número de vehículos en las carreteras, muchos de ellos en mal estado y causa de accidentes. Tampoco debemos olvidar el comportamiento irresponsable de algunos ciudadanos usando el teléfono mientras circulan sin excluir la obtención del carné de conducir por caminos poco ortodoxos.

¿Las consecuencias?

En primer lugar la pérdida de horas de trabajo con sus costes económicos para una nación que trata de recuperar su equilibrio después de una crisis socio-política que la ha sacudido durante muchos años.

En segundo lugar, la alta exposición a la contaminación de los tubos de escape que es también una grave amenaza no sólo para el medio ambiente, sino que también plantea problemas reales de salud.

Por último, la tensión física y mental.

En suma, la fluidez en materia de circulación, especialmente durante el Ramadán, pasa por la aplicación de la disciplina a todos los niveles de la vida social.

malijet.com

Fundación Sur

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