Una vez finalizada la COP 27 (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) celebrada recientemente en Sharm el Sheikh (Egipto), las organizaciones que formamos parte de la red “Enlázate por la Justicia” deseamos manifestar con tristeza que los avances que nos deja la COP27 son lamentablemente escasos a pesar de que todos percibimos con mayor nitidez que la urgencia de abordar la crisis climática es apremiante.
Desde el principio teníamos la sensación de que los acuerdos no iban a ser muchos, debido a las ausencias de India, China y Rusia, países muy poblados y de los más contaminantes. Y de nuevo los cerca de 200 países presentes en la COP27 se han olvidado de que cumplir los objetivos del “Acuerdo de París” es una responsabilidad moral de cada uno de ellos y no un mercadeo para alcanzar objetivos geopolíticos u obtener beneficios de parte, sean estos económicos, tecnológicos o de cualquier índole.
Es decepcionante encontrar un año más, que hay una enorme distancia entre la urgencia climática, como nos avisa la ciencia, y sus consecuencias de pobreza, degradación y muerte y las negociaciones tecnocráticas de las cumbres climáticas, en las que priman los intereses económicos.
Esta cumbre ha estado a punto de cerrarse sin acuerdo por las tensiones de bloques entre estados desarrollados y países vulnerables a lo que hay que añadir la presencia de más de 6.000 lobbistas por eso es relevante el acuerdo para el establecimiento de la financiación de daños y pérdidas (loss and damage), aunque de momento sea un fondo vacío de recursos, procedimientos y modalidades de financiación. Tras lo anterior y como organizaciones católicas dedicadas a la cooperación al desarrollo:
- Vemos con cierta esperanza que de esta cumbre haya salido la promesa de reformar el sistema económico mundial para hacerlo más participativo y justo.
- Nos alegra la promesa de acabar con el «lavado verde»/greenwhasing que crea tanta confusión.
- Lamentamos la oportunidad perdida en la COP27 para establecer límites y reducciones al uso de los combustibles fósiles, así como para poner plazos de cumplimiento y alertamos de que aunque está en peligro el umbral de 1,5C, pareciera que las partes ya hubieran renunciado a lograrlo.
- Lamentamos que, una vez más, los intereses económicos hayan estado en el centro de las decisiones y no las personas que cada vez, en mayor número, se van a ver desplazadas a emigrar por causas climáticas.
- Exigimos que se retorne a la senda de la desinversión en combustibles fósiles y que no se considere el gas como una energía de transición.
- Nos congratulamos de la presencia por primera vez de la Santa Sede, no como observadora, sino como Estado miembro firmante de la Convención y del Acuerdo de París y esperamos que en las sucesivas incremente su delegación incluyendo en ella a jóvenes activistas ambientales y organizaciones católicas especializadas.
- Nos comprometemos a seguir trabajando por el cambio de nuestros estilos de vida dependientes de las energías fósiles para sostener su hiperconsumismo e hiperconfort, proponiendo estilos de vida sencillos, sobrios y más cercanos a la armonía con la naturaleza y con el resto de las personas.
Fuente: Red Enlázate por la Justicia @EnlazatePJ – Manos Unidas @ManosUnidasONGD
[CIDAF-UCM]