Loco de atar, por Rafael Muñoz Abad

22/09/2016 | Bitácora africana

A mí me da igual jugarme el pellejo por ahí pues los inconscientes ya
nacimos sin solución racional y la exponencial que nos gobierna suele ser
azote de quien alguna vez domarnos quiso…Y gobernado a impulsos, una
mañana me compré un billete de avión para El Aaiún con la “recomendable”
idea de recorrer en carretera los mil kilómetros que me separaban de la
frontera con Mauritania. Yo sólo y los demonios de mi cabeza. ¿El objetivo
del perturbado?: ver a un Santo y entrar en las bibliotecas medievales de
Chinguetti en el corazón más íntimo de la Maura; así estaba el tema.

En mi árabe de google translator, lo cual me equilibra con mis
alumnos, anoté en un papel unas palabras para el Chej de la encrucijada;
pero primero había que intentar ganar dicha localidad.

mauritania_chingetti.jpg

Amo Mauritania y la precariedad de sus soledades. El silencio
prudente de su gente vestida en añil y la desolación de su páramo; ese gran
cuarto vacío de la arena donde el Sahara ante ti se presenta. Tirado en
Chinguetti, séptima sala santa del Islam que sutilmente va siendo
enterrada por la arena, me asomo a una duna antesala del océano naranja
que a varias lunas en dromedario morirá a las orillas del Mar rojo.

[Yo] ya he visto las puertas del infierno en forma de un anochecer
carmesí de polvo de ferrita y arena desde la barandilla de una boa de hierro
engullida por un bofetón de calor. Después de más de quince horas de nanas
y zarandeos en la vagoneta del interminable tren de mineral que une la
costa con las minas de Zouerat y otras muchas de imaginar carreteras en la
arena, llegué a Atar loco de atar. Encrucijada del vacío, Atar es un
polvoriento cruce de caminos en el que vive el Chej. Uno de los más celebres
santeros del Islam que igualmente recibe al Rey de España que al
caminante anónimo. Ciego, rechazó operarse de cataratas pues se ve mejor
con las manos del alma.

No les diré si vi al Chej de Atar, pero sí que me senté a ver
pergaminos en Chinguetti donde sentí que a duras penas había empezado a
entender Mauritania y a dormir bajo sus “hoteles” de mil estrellas; ¿quién
será el loco blanco que sueña en el techo del albergue?; necesito volver ya…

CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL.

cuadernosdeafrica@gmail.com

@Springbok1973

Autor

  • Muñoz Abad, Rafael

    Doctor en Marina Civil.

    Cuando por primera vez llegué a Ciudad del Cabo supe que era el sitio y se cerró así el círculo abierto una tarde de los setenta frente a un desgastado atlas de Reader´s Digest. El por qué está de más y todo pasó a un segundo plano. África suele elegir de la misma manera que un gato o los libros nos escogen; no entra en tus cálculos. Con un doctorado en evolución e historia de la navegación me gano la vida como profesor asociado de la Universidad de la Laguna y desde el año 2003 trabajando como controlador. Piloto de la marina mercante, con frecuencia echo de falta la mar y su soledad en sus guardias de inalcanzable horizonte azul. De trabajar para Salvamento Marítimo aprendí a respetar el coraje de los que en un cayuco, dejando atrás semanas de zarandeo en ese otro océano de arena que es el Sahel, ven por primera vez la mar en Dakar o Nuadibú rumbo a El Dorado de los papeles europeos y su incierto destino. Angola, Costa de Marfil, Ghana, Mauritania, Senegal…pero sobre todo Sudáfrica y Namibia, son las que llenan mis acuarelas africanas. En su momento en forma de estudios y trabajo y después por mero vagabundeo, la conexión emocional con África austral es demasiado no mundana para intentar osar explicarla. El africanista nace y no se hace aunque pueda intentarlo y, si bien no sé nada de África, sí que aprendí más sentado en un café de Luanda viendo la gente pasar que bajo las decenas de libros que cogen polvo en mi biblioteca… sé dónde me voy a morir pero también lo saben la brisa de El Cabo de Buena Esperanza o el silencio del Namib.

    @Springbok1973

    @CEAULL

Más artículos de Muñoz Abad, Rafael
Africana nº 220: África Hoy

Africana nº 220: África Hoy

  El informe que presentamos pretende ser la foto real de África hoy. Un reto complicado. El autor del mismo, el P. Bartolomé Burgos,...