La escritora Michela Wrong, publica El libro “Do Not Disturb”. En él revisa su posición inicial sobre Paul Kagamé y el régimen Ruandés.
¿Cuál fue la posición inicial de esta escritora?
Michela Wrong, cubrió el genocidio de Ruanda en 1994, cuando más de 800.000 personas, en su mayoría tutsis étnicos y hutus moderados, fueron asesinadas por milicias hutu. Ella estaba completamente convencida por lo que informaba Ruanda sobre el genocidio. Cuando un diplomático francés le contó cómo, después del genocidio, las fuerzas ruandesas perseguían y asesinaban a inocentes hutus, en su avance por el Congo, pensó “¡Esto es una tontería! Estaba tan en desacuerdo con lo que yo creía que representaba el Ejército Ruandés”.
¿Qué le ha hecho cambiar de opinión?
Al principio no creyó en la persecución y asesinato de hutus inocentes que huían a la RD del Congo, después del genocidio, por parte del ejército ruandés. El asesinato en Kenia de Seth Sendashonga, que se había enfrentado al régimen de Kigali, fue la primera grieta en su percepción. “Me di cuenta de que ya no creía en la mayoría de las ‘verdades’ clave sobre las que Kagame construyó su relato».
¿Qué cuenta ahora en su libro?
En su libro, investigado meticulosamente, con material nuevo sustancial y entrevistas, Michela Wrong afirma la participación de Kagame en abusos en serie contra los derechos humanos, desde sus primeros días en el Frente Patriótico de Ruanda. Patrick Karegeya, el exjefe de inteligencia de Ruanda fue asesinadopor agentes ruandeses por pasar a la oposición. Kagamé niega su participación en los hechos, pero por otra parte afirma que quién traiciona a Ruanda lo paga. De hecho, jugó un papel importante en una campaña sostenida de asesinar a sus rivales en el exilio. Participó en el derrocamiento de dos presidentes congoleños y su país ha saqueado los recursos minerales del Congo. Dado que Ruanda depende en gran medida de la ayuda internacional para casi dos tercios de su presupuesto, el papel de Kagame y Ruanda, cuestiona a los grandes personajes que le apoyan y a los donantes de ayuda internacional.
Bartolomé Burgos
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