Lo bueno de los piratas somalíes

26/01/2010 | Crónicas y reportajes

La gente aquí tiene una cosa que agradecer a los piratas somalíes: una pesca mejor.

En los últimos años, pesqueros comerciales ilegales estacionaban frente a la costa de Somalia y recogían el contenido del océano. Ahora, los pescadores del norte de la costa del país vecino, Kenia, aseguran que los grandes pesqueros no vienen por los piratas.

Según Athman Seif, director de la Asociación de marinos de Malindi, “Ahora hay mucha pesca, un montón de pesca. En realidad, hay más pescado que el que la gente puede consumir, porque los pescadores internacionales han sido ahuyentados por los piratas”.

Una mañana temprano, mientras el sol bañaba su velero árabe de madera con un tono amarillo pálido, cuatro pescadores saltaron de su pequeño barco de 15 pies, cogieron una cesta de paja tejida a mano y se adentraron en tierra. La cesta contenía la abundante cantidad de 175 libras (80 kilogramos) de pez espada, barracuda y pargo del Golfo, el resultado de una noche de 12 horas en el océano. Cada pescador puede llegar a hacer 12 dólares, lo suficiente en esta ciudad para considerarse una noche decente de trabajo.

Los pescadores y deportistas dicen que están cogiendo más peces que nunca. Howard Lawrence-Brown, propietario de Kenya Deep Sea Fishing (Peca en Alta Mar Kenia), asegura que las reservas de pesca en el último año han aumentado “enormemente, en todas las especies”.

Según Lawrence-Brown, “El año pasado tuvimos la mejor temporada de la aguja blanca”. “La única explicación es que no son el objetivo de nadie en alguna parte… Definitivamente no hay ninguna duda al respecto, la falta de la pesca comercial ha marcado una diferencia”.

El Viejo y el Mar

Los pescadores de la región han visto aumentar sus ingresos y su calidad de vida. Se pueden ver en el agua barcos nuevos y equipos mejores.
En Malindi, una ciudad turística de segundo nivel cuyo restaurante de marisco más sabroso se llama “El Viejo y el Mar”, por la novela de Ernest Hemingway, los ingresos de muchas familias se determinan por el número de peces capturados durante una vuelta de medio día en el mar.

Recientemente, un día de trabajo, el pescador Abdi Ali declaraba que ultimamente tiene más dinero para mandar a sus hijos a la escuela secundaria, que en Kenia cuesta dinero. Mientras Ali habla, un hombre que estaba cerca levanta un pescado pargo del Golfo de 2 píes y medio de alto (75 metros) y 9 libras de peso (4 kilos) a los motoristas del paseo marítimo de Malindi, con la esperanza de conseguir una venta.

Según Ali, “Este año la cantidad de pescado que hemos recogido ha sido muy buena. Cogemos entre 150 y 200 kilogramos, incluso 300, dependiendo de cuanto pesquemos”.

Asimismo añadió, “Había peces que habían desaparecido y han vuelto como la barracuda, el orando, el pargo del Golfo y otros tipos”. “Ahora estamos muy contentos de que haya tanto pescado”.

Los pescadores en Somalia también dicen que han aumentado las capturas. Los comerciantes en el mercado de pescado de Mogadiscio están contentos porque más pescado significa precios más bajos, lo que significa que más somalíes pueden permitirse comprar.

Bakar Osman, un pescador de 50 años, cuenta “recuerdo que algunos días solía ir temprano al mar para pescar y volvía sin pescado, sin embargo ahora hay un montón. Se puede coger en cualquier sitio. No sé la razón pero creo que los buques pesqueros extranjeros, que solían saquear nuestro pescado, han sido ahuyentados por los piratas”.

La pesca deportiva

En los últimos dos años los piratas somalíes han aumentado los ataques debido a los millones de dólares que pueden ganar con los rescates. En la actualidad tienen cerca de una docena de buques y más de 200 miembros de tripulación como rehenes. Los pescadores de aquí reconocen el horror de los ataques, algunas veces son acosados ellos mismos por los piratas.

Según Lawrence-Brown, antes de que los piratas salieran en grandes números, los pesqueros de palangre o “long liners”* deambulaban por las costas con sus líneas de kilómetros de largas extendidas. “Matan todo, desde el fondo del océano hasta el barco. Van a 22 nudos de velocidad. Pueden echar las líneas de anzuelos durante 24 horas, recogerlas y salir de allí. El daño en la pesca deportiva es inmensurable”.

Un informe de este año sobre los piratas realizado por la Escuela S Rajaratnam de Estudios Internacionales, de Singapur, dijo que se estima que el valor de las capturas ilegales de la jurisdicción marítima de Somalia está entre 90 y 300 millones de dólares al año, y que los buques de pesca extranjeros vienen de todas las partes del mundo.

El autor del informe, Clive Schofield, un investigador del Centro Australiano de los recursos oceánicos y seguridad de la universidad de Wollongong, calificó de irónico que las naciones que contribuyen con buques de guerra a los esfuerzos contra la piratería, en algunos casos, están directamente relacionados con los pesqueros extranjeros “que roban los recursos marinos de Somalia”.

Invertir en seguridad

El informe dice que “esta situación ha llevado a algunos piratas a justificar sus acciones en base a las actividades de pesca ilegal y extranjera, auto designándose guardacostas y llamando a las demandas de rescata “multas”. “Sin justificar los actos de violencia en el mar, está claro que los somalíes que secuestran transporte marítimo en sus costas no son de hecho los únicos “piratas” que operan en esas aguas”.

La piratería no ha tenido un gran efecto en la industria global de la pesca de Kenia, que no está muy desarrollado en la costa, según Micheni Japhet Ntiba, secretario del ministerio de Kenia del Desarrollo de la Pesca. Kenia ha conseguido cada uno de los últimos años entre 5.000 y 7.000 toneladas métricas de pescado de sus costas del océano Índico, menos de una décima parte de captura anual de Kenia en el Lago Victoria, en el extremo oeste de Kenia.

La piratería es “algo negativo para los pescadores de Kenia. Es negativo para la economía de Kenia. Es negativo para la economía de la zona occidental del Océano Índico”, declara Ntiba. “Lo que creo que es importante para nosotros es invertir en seguridad, para que el gobierno y el sector privado puedan invertir en los recursos marinos de alta mar”.

Sin embargo, los aficionados a la pesca en Kenia insisten en decir que los piratas han tenido un efecto muy positivo en su industria. Angus Paul, cuya familia es propietaria de la compañía de pesca deportiva Kingfisher, declaró que en la temporada pasada sus clientes de deporte de pesca de captura y liberación, cogían un promedio de 12 o 13 peces espada al día, comparado con los dos o tres que cogían por día en años anteriores.

Según Paul, los piratas somalíes son un grupo de terroristas, “pero mientras que puedan mantener alejados a los grandes barcos comerciales, que no pesquen en las aguas, entonces esto beneficia mucho a otra gente más pequeña”.

Publicado en News24, el 12 de enero de 2010.

Traducido por Pilar Maroto Montalvo, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción/Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

Nota de la traductora:

* La pesca con palangre, conocida en ingles como «long line», hace referencia a la longitud de las líneas usadas, hechas de monofilamentos de nylon o poliester, en las que se enganchan múltiples anzuelos. Algunas alcanzan más de 100 km. de largo, a las que se atan más de 20.000 anzuelos.

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