Límites y alcance de las misiones de la ONU en RDC

16/09/2013 | Crónicas y reportajes

Desde 2002, las Naciones Unidas están implicadas en la solución de las crisis congoleñas. Han puesto en pie dos misiones. La primera, Misión de la Organización de las Naciones Unidas en el Congo (MONUC), la segunda, Misión de la organización de las Naciones Unidas para la estabilización del Congo (MONUSCO). Esta presencia de la ONU en el Congo suscita varias interrogantes en la opinión congoleña, tanto en cuanto a su misión como a su capacidad de resolver la crisis. ¿Va a contribuir a la balcanización o implosión de la RDC, como ha sido el caso en la ex-Yugoslavia o en Sudán? Para responder habrá que analizar la presencia de la ONU en el Congo desde la Operación de las Naciones unidas en el Congo (ONUC) a la MONUSCO, pasando por la MONUC. Su presencia no es de hoy, en 1960, días después de la independencia, en plena guerra fría, se produjo la ONUC.

ONUC

La Operación de las Naciones Unidas en el Congo se creó el 14 de septiembre de 1960 por resolución (S/4387) del Consejo de Seguridad, cuando las tropas belgas intervinieron en territorio congoleño diez días después de la independencia; agresión que hizo que el gobierno congoleño solicitara la intervención de la ONU. El único objetivo de esta operación era ayudar al gobierno a restaurar la paz y la seguridad en el conjunto del territorio. Tras la retirada de las tropas belgas, la ONUC trató de poner orden en la provincia de Katanga. Moïse Tshombe, ayudado por el gobierno belga proclama la independencia de Katanga el 11 de julio de 1960. La ONUC pone fin a la secesión; la integridad territorial del Estado congoleño queda preservada. Sin embargo la operación de la ONU va a costar la vida a dos personalidades relevantes: Patrice Emery Lumumba, Primer Ministro, y Dag Hammarskjöld, Secretario general de la ONU. Lumumba, detenido y transferido a Katanga por Mobutu, fue asesinado el 17 de enero de 1061, “bajo las barbas de los cascos azules”. En las memorias de ex-patrón de la CIA en Leopolville, Larry Delvin, se revelan las relaciones entre la ONUC, la CIA y la Fuerza Pública (ejército congoleño), demostración de que la operación de las Naciones Unidas no era neutral.

En cuanto a Dag Hammarskjöld, falleció en un accidente aéreo en Ndola, en Zambia el 17 de noviembre de 1961. Fuentes creíbles hablan que fue un avión de caza del Estado independiente de Katanga, pilotado por un mercenario belga, disparó contra el avión del Secretario general de la ONU a pocos kilómetros del aeropuerto de Elisabethville (Lubumbashi).

Lumumba y Hammarskjöld fueron víctimas de la guerra fría. El 30 de junio de 1994, tras la estabilización de la situación política, las fuerzas de la ONUC abandonaron el territorio congoleño; la operación costó 400.130.793 $.

El 24 de noviembre de 1965, el general Mobutu dio un golpe de Estado; su dictadura duró 32 años. Será expulsado del poder por la rebelión, creada y apoyada por Ruanda, Uganda y con el visto bueno de Bill Clinton (EEUU) y Tony Blaire (Gran Bretaña), de la Alianza de Fuerzas Democráticas de Liberación (AFDL).

MONUC

El 2 de agosto de 1998 estalla una crisis entre Laurent Désiré Kabila y sus padrinos ruandeses y ugandeses. Por querer liberarse de esta doble tutela, el presidente Laurent Désiré Kabila va a confrontarse a rebeliones creadas y sostenidas por el ruandés Paul Kagame y el ugandés Museveni. Se trata del RCD (Agrupamiento de Congoleños por la Democracia), apoyado por Kigali y el MLC (Movimiento de Liberación del Congo) por Kampala. Estos dos grupos lograron ocupar casi la mitad del territorio congoleño.

El 10 de julio de 1999, el gobierno congoleño y estos rebeldes, presionados por americanos y británicos, firmaron un acuerdo en Lusaka (Zambia; un acuerdo que preveía el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz. Se creó la MONUC, por resolución 1258 del 6 de agosto del Consejo de Seguridad.

Después de las elecciones de 2006, otra resolución, 1756 del 31 de diciembre de 2007, modificó el mandato de la MONUC, añadiéndole la misión de acompañar la reforma del sector de la seguridad y la puesta en marcha de un programa de desarme, desmovilización y reinserción (DDR), así como la misión de apoyar al Estado congoleño en la consolidación de las instituciones democráticas. De agosto 1999 a diciembre de 2007, los resultados de la MONUC fueron, por un lado notablemente positivos: se preservó la integridad territorial del Congo y las elecciones presidenciales y legislativas de 2006 y la puesta en pie de instituciones republicanas se desarrollaron en un clima de calma. Por otro lado, la presencia de la MONUC resultó un fracaso. Sévérine Autesserre, en el estudio “The Trouble with the Congo, Local violence and the failure of international peacebuilding”, publicado en 2010 en Cambridge Studies in Internacional Relations, subraya que la intervención internacional no alcanzó los dos objetivos fijados: construir la paz e instalar la democracia en el Congo. El origen de este fracaso estaría en los intereses contradictorios de los que contribuían al sostenimiento de la misión. El Congo se convirtió en un campo de batalla en el que cada país quiso mantener o extender su influencia, paralizando el funcionamiento de la MONUC. Existen también otros elementos que explican el fracaso, entre ellos el hecho de que miembros del personal militar o civil de la MONUC se han dedicado al tráfico de materias primas, incluso a vender armas y municiones a los rebeldes. Está también la incapacidad demostrada para parar la acción de los rebeldes. Del 2 al 9 de junio, las tropas de Laurent Nkunda y Jules Mutebusi ocuparon Bukavu ante las narices de los cascos azules.

Una gran mancha marcará para siempre la presencia de la MONUC en el Congo: el asesinato el 16 de enero de 2001, coincidiendo casi con la fecha del aniversario del asesinato de Lumumba, en Kinshasa del Presidente Laurent Désiré Kabila.

El Consejo de seguridad, tras constatar el fracaso de su misión en el Congo, a saber, la construcción de la paz y de la democracia, puso en pie la MONUSCO con nuevas tareas. El coste de las operaciones de la misión onusiana en RDC se eleva a 1.300 millones de dólares por año. Los efectivos de la misión son 18.351 personas, de las que 17.175 soldados.

MONUSCO

El 28 de mayo de 2010, por la resolución 1925, se crea la MONUSCO y se modifica el mandato, dada la persistente inestabilidad del Congo. Se fijan los objetivos de protección de los civiles, la estabilidad y consolidación de la paz. El balance es, sin embargo, catastrófico: muertos, millones de desplazados, miles de mujeres violadas. Se constata que la reacción internacional no es proporcional a la tragedia; por eso, son numerosos los que la acusan de insensibilidad ante el genocidio de los congoleños. Curiosamente, la RDC es presentada en occidente como la fuente de las crisis de la región de los Grandes Lagos, cuando es la víctima. ¿No vamos hacia un nuevo fracaso de la MONUSCO?

Basta con analizar la toma de la ciudad de Goma por parte de los rebeldes del M23 y la resolución 2098 del Consejo de Seguridad que ha creado la brigada de intervención de la MONUSCO. La caída de Goma ha demostrado, así lo creen algunos observadores, el fracaso de las Naciones Unidas. Apoyados por tropas ruandesas, los rebeldes pusieron en fuga a las fuerzas de la MONUSCO que se replegaron hacia Kivi Sur, cuando días antes el comandante había declarado que Goma no caería en manos del M23. Fueron las presiones de americanos y británicos las que hicieron que los rebeldes se retiraran a 20 km de la ciudad. El M23 instaló una administración propia en el terreno ocupado y el capítulo VII de la Carta de la ONU fue totalmente ignorado.

Ante el fiasco de las fuerzas de la MONUSCO, la resolución 2098 del Consejo de Seguridad crea la brigada de intervención, a la que se asigna la misión de combatir todas las rebeliones en el este de la RDC, entre ellas el M23 calificada por la resolución como fuerza negativa. Sin embargo, desde el momento mismo de la creación de esta brigada, se han producido declaraciones contradictorias de los responsables de la ONU y de la comunidad internacional que siembran la confusión.

Para el Secretario general Ban Ki-moon, la brigada, que refuerza a la MONUSCO, tiene un mandato ofensivo, para combatir y desarmar los grupos armados, el primero de ellos, el M23. Por otro lado, Hervé Ladsous, secretario general adjunto para operaciones de mantenimiento de la paz estima que “la brigada de intervención es un instrumento de imposición de la paz, ya que se trata de neutralizar a los grupos armados e impedir su expansión”. Mary Robinson, enviada especial de la ONU para los Grandes Lagos, declara que la brigada constituye una fuerza de prevención y estima que la solución de la crisis es política y no militar. Visión compartida por la embajadora sueca en RDC Mette Sunnergren. La Unión Africana va incluso más lejos al saludar “el compromiso del gobierno de la RDC a la hora de tener en cuenta cualquier reivindicación legítima del M23”.

Esta confusión alcanza su cenit cuando las autoridades de la ONU piden a las congoleñas que negocien con el M23, cuando este movimiento rebelde es designado (por la misma ONU) como una fuerza negativa a la que hay que combatir, de conformidad con la resolución 2098. Así pues, puede predecirse que la misión de la MONUSCO está destinada al fracaso.

¿Qué puede pasar?

Primera consideración: misiones ambiguas. Desde el inicio, los objetivos de la ONU en RDC han sido ambiguos. Jean-Claude Willame, refiriéndose a los acuerdos de Lusaka, demuestra que existían dos opciones para la ONU. Francia planeaba restablecer la paz mediante una operación creíble, dentro del marco del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, mientras los americanos deseaban que el mandato se limitara a una misión de observación. Estamos en el año 2000, con dos países –Ruanda y Uganda- agresores que deben retirarse del territorio congoleño y se despliega una fuerza de observación, un tipo de dispositivo similar al existente en la isla de Chipre, donde la comunidad internacional tuvo que aceptar un estado de hecho, el de la ocupación turca de una parte de la isla.

Segunda consideración: la MONUSCO se convierte en un problema para la RDC en lugar de ser una solución. Una hipótesis es que la MONUSCO se marche y deje en manos de congoleños y africanos la resolución de sus problemas. La marcha de las Naciones Unidas decidida en su día por las autoridades angoleñas permitió la neutralización del UNITA y hoy Angola se reconstruye. Otra hipótesis consiste en la permanencia de la MONUSCO hasta el final de los conflictos. La historia nos muestra que, salvo en Yugoslavia y Sudán, la ONU no ha sido capaz de poner fin a los conflictos armados, con la particularidad de que el éxito en Yugoslavia y Sudán ha significado la implosión de esos dos países. Si los congoleños no se mantienen alerta, su país corre el riesgo de volar por los aires. Ya declaró el antiguo subsecretario de Estado para asuntos africanos que “la única manera de proceder consiste en adoptar una solución sutil que tenga el apoyo de la comunidad internacional” y esta solución-milagro apunta hacia lo realizado en Yugoslavia y Sudán. Tercera hipótesis: Los congoleños deciden, ante la prolongación del mandato de la MONUSCO, implicarse y fijar la fecha de la marcha de las tropas de las Naciones Unidas de su territorio. Debe plantearse un debate en el parlament y en la opinión pública.

Tercera consideración: Los Estados Unidos poseen la llave de la crisis en los Grandes Lagos. Como primer contribuyente para cubrir los gastos de las operaciones, constituyen la potencia que puede pesar en la resolución de la crisis. Tenemos el ejemplo de Sierra Leona. La sola intervención de USA no basta, sin embargo. Es preciso que intervengan nuevos actores y nuevos liderazgos en la sub-región para alcanzar una paz duradera.

FREDDY MULUMBA KABUAYI

(Le Potentiel Online, 12/09/2013)

Traducción/resumen: Ramón Arozarena.

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