El gobierno respaldado por Naciones Unidas de Somalia ha reclutado a más de 170 jóvenes keniatas y antiguos militares para ayudar a combatir a los rebeldes en el fracasado estado del cuerno de África, según han denunciado los líderes locales del este de Kenia.
Mohamed Gabow, el alcalde de Garissa, declaró que el enrolamiento de keniatas de etnia somalí está siendo llevado a cabo en una casa de las afueras del pueblo de Bulla Iftin.
“El reclutamiento no es un secreto. Los involucrados no están preocupados. Ellos van por los pueblos anunciando su ejercicio”, dijo Gabow en una entrevista.
Gabow pidió que se realizase una investigación. “Estamos haciendo saltar la señal de alarma. Nuestra comunidad no debe ser utilizada para matar a sus congéneres ni para poner en riesgo la vida de su pueblo”.
El comandante de policía local, Paul Mukoma restó importancia al informe calificándolo de rumor y dijo que no se había puesto ninguna queja oficial.
“Ningún líder local ni ningunos padres han venido a informarnos de tal asunto”, señaló.
Los donantes occidentales acordaron en una reunión en Bruselas, el pasado mes de abril, dar a la administración del presidente de Somalia, Sheikh Sharif Ahmed, casi 214 millones de dólares para ayudarle a poner en marcha una fuerza policial de alrededor de 10.000 personas, y una fuerza de seguridad de unas 5.000.
Pero se ha recibido menos de la mitad de la ayuda prometida, para ayudar a terminar con la guerra en este país que dura ya 18 años, según oficiales de las Naciones Unidas.
Mohamed Khalif, un activista de derechos humanos en Garisa, ha asegurado que más de 300 keniatas se han enrolado para combatir en nombre del gobierno de Ahmed, que mantiene una pertinaz batalla contra los insurgentes islamistas. Pero también añade que sólo la mitad más o menos de ellos han ido a Somalia para combatir, el resto supuestamente ha sucumbido a la presión de su familia y amigos, para no cruzar la frontera y tomar las armas.
Washington acusa a uno de los dos principales grupos rebeldes de Somalia, Al Shabaab, de ser aliado de Al Qaeda en el país.
No se ha podido contactar con ningún funcionario del gobierno de Somalia en Mogadiscio para que diese su versión.
Los residentes de la zona cercana a la frontera con Somalia aseguran que no será muy difícil encontrar más hombres dispuestos a tomar las armas, para las autoridades somalíes, en una región en la que la marginación y la sequía por quinto año consecutivo están obligando a muchos a sufrir de hambre.
Una fuente de seguridad en la zona afirma que los reclutadores ofrecían 30.000 chelines keniatas (unos 400 dólares al mes), mientras que a los que tienen experiencia por haber servido en el ejército de Kenia antes, les ofrecen 40.000 chelines.
“Los jóvenes de esta provincia están desesperados. Están dispuesto a correr cualquier riesgo con tal de ganarse la vida”, comenta Khalif, “algunos se han enrolado en Al Shabaab. Muchos han sido asesinados. Están dirigiéndose hacia su tumba en Somalia”.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 09-10-09)
