El Gobierno del Acuerdo Nacional de Libia (GNA en sus siglas en inglés ) anunció el lunes 14 de enero que boicoteará la cumbre económica árabe de este fin de semana programada en Beirut después de que los partidarios del movimiento Amal atacaran su bandera nacional.

«Nos hemos visto obligados a boicotear esta cumbre y negarnos a participar en su trabajo» porque el Líbano no pudo garantizar «el clima apropiado», declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Libia en un comunicado.

La GNA señaló que el gobierno libanés no había logrado evitar el ataque a la bandera de Libia.

El domingo 13 de enero, los partidarios de Amal quitaron las banderas libias colocadas a lo largo de la avenida costera de Beirut, como parte de los preparativos de la Liga Árabe para dar la bienvenida a los países que asisten a la cumbre.

Los partidarios reemplazaron esas banderas con la bandera verde de su movimiento.

El movimiento objeta que el Líbano establece vínculos con Libia debido a la desaparición en 1978 del fundador del movimiento, Imam Mousa al-Sadr, y dos de sus compañeros durante una visita oficial al país.

La cumbre continuará a pesar de una disputa interna provocada por el presidente del parlamento, Nabih Berri, quien encabeza Amal, después de que expresó su objeción a invitar a Libia tras una llamada previa a posponer el evento por la ausencia de Siria.

En El Cairo, el jefe de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, expresó «profunda preocupación» por la quema de la bandera libia en Beirut.

Pidió al Líbano que «garantice el pleno respeto de las delegaciones de los estados miembros de la Liga Árabe que deben participar en las reuniones de la cumbre».

La presidencia libanesa expresó su decepción por la quema de las banderas libias, en declaraciones a Asharq Al-Awsat.

El ministro de Relaciones Exteriores de Líbano, Jebran Bassil, declaró que era lamentable que Libia no participara en la cumbre.

En una carta a su homólogo libio, expresó su rechazo a todos los actos que han perjudicado a Libia y su asistencia a la reunión.

«Tal comportamiento no refleja mi postura o la del Líbano», subrayó.

Además, subrayó su entusiasmo por los lazos con Libia, e insistió en la necesidad de «devolverlos al buen camino al tiempo que se reserva el deber nacional de Beirut de descubrir el destino de Imam al-Sadr y sus compañeros».

El problema que ha estropeado las relaciones libio libanesas durante más de cuatro décadas debe resolverse, exigió.

Los organizadores de la Cumbre en Beirut declararon a Asharq Al-Awsat que «la elección de un país para asistir a la reunión o no es una decisión soberana».

«Hemos tomado todas las medidas de seguridad necesarias para garantizar la seguridad de las delegaciones participantes», agregaron.

Fuente: Asharq Al-Awsat

[Fundación Sur]

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