Autor: Carlos Alberdi
La Red de Centros Culturales de España en Iberoamérica y Guinea Ecuatorial no es muy conocida en España. Como dicen los expertos no tiene marca. España es el único país que tiene dos redes de centros culturales. Una es el Instituto Cervantes, que funciona en los países que no hablan español, y otra es esta red, implantada en la América hispanohablante y en Guinea Ecuatorial, que depende de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Los centros Cervantes son célebres en España y no tan conocidos en las capitales en que trabajan. Por el contrario, estos centros culturales españoles en capitales hispanohablantes suelen formar parte de la primera línea cultural de las ciudades en las que desarrollan su labor de cooperación.
Desde hace un mes el colectivo de trabajadores de la Red está conmocionado por la detención en Malabo del dibujante Ramón Esono. Ramón es uno de los nuestros desde que empezó a colaborar con los Centros Culturales de España en Bata y Malabo hace muchos años. Sus comics expresionistas son desde entonces uno de los orgullos de la cultura ecuatoguineana y así se ha reconocido en diferentes ferias del libro internacionales. Durante los últimos años Ramón vivió en Asunción del Paraguay y compartió con nuestros centros del cono sur su peculiaridad ecuatoguineana. La necesidad de renovar su pasaporte le trajo a la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid y allí le dijeron que para poner al día sus papeles tenía que ir a Malabo. El resto es historia y está en los periódicos. Fue detenido mientras almorzaba con el responsable de la Cooperación española en Malabo y acusado por la televisión pública guineana de falsificar moneda. Los que lo conocemos no damos crédito al cinismo de sus perseguidores. A Ramón le han tendido una trampa por haber dibujado ‘La pesadilla de Obi’, una historieta escalofriante sobre los delirios de Teodoro Obiang. La persecución es política.
Los que nos sentimos vinculados a la Red de Centros queremos ver a Ramón libre y que se pueda instalar en El Salvador como era su deseo. Nos gustaría que el Gobierno español hiciera todo lo que pudiera por ello. Sabemos que el Gobierno de Guinea no atiende a razones y la toma de decisiones es completamente caprichosa. Ramón lleva ya un mes en una prisión famosa por lo que todos podemos imaginar. Es importante que la opinión pública española se movilice. No nos olvidemos de Ramón Esono.
(*) Carlos Alberdi es ex director de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID