Libertad en el Mundo 2015, África subsahariana

25/02/2015 | Crónicas y reportajes

Los Estados frágiles se enfrentan a los desafíos por ébola y militantes islamistas

El África subsahariana volvió a experimentar una volatilidad extrema en 2014. Las noticias del continente estuvieron dominadas por el brote de ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona, y por un fuerte aumento de la violencia por parte de los militantes islamistas de Boko Haram en Nigeria y Al-Shabaab en Kenia. En cambio, otros países, particularmente en África del Este, sufrieron recesos democráticos durante el año, ya que los gobiernos represivos limitan más aún el espacio para las opiniones críticas.

En Uganda, una serie de recientes leyes que apuntaron a la oposición, la sociedad civil, la comunidad LGBT y las mujeres, condujo a graves violaciones de los derechos y el aumento de la represión sobre la disidencia. El gobierno de Burundi tomó aún más medidas sobre la ya cercada oposición antes de las elecciones de 2015, y los críticos de las autoridades de Ruanda se enfrentaron a una creciente vigilancia y acoso por Internet.

Los conflictos civiles provocados por el mal gobierno continuaron en 2014 haciendo estragos en Sudán del Sur y República Centroafricana. En Sudán del Sur, la guerra alimentó la violencia étnica generalizada y el desplazamiento, y las facciones rivales no lograron poner en común un acuerdo de paz que permita al país celebrar las elecciones previstas en 2015. A pesar de que República Centroafricana formó un gobierno de transición en enero a raíz de un golpe en marzo de 2013, los ataques de los musulmanes y las milicias cristianas llevaron a un aumento en los enfrentamientos entre comunidades y a la muerte de miles de civiles, obligando a más de 800.000 personas a huir de sus hogares.

En Burkina Faso, el presidente Blaise Compaoré fue obligado a renunciar en medio de protestas populares por pretender cambiar la constitución y extender su reinado de 27 años en 2015. Esto llevó a la disolución del gobierno y el parlamento por los militares, quienes se hicieron cargo del país.

Se observaron mejoras en Madagascar y Guinea-Bissau, que celebraron sus primeras elecciones a finales de 2013 y 2014 después de golpes de Estado en años anteriores. No es seguro si se consolidarán estas ganancias.

Ganancias o disminuciones notables:

La valoración de los derechos políticos de Burkina Faso se redujo del 5 al 6 (1) como consecuencia de la disolución del Gobierno y el Parlamento por los militares, quienes se hicieron cargo del país después de que el presidente Blaise Compaoré fuera obligado a renunciar en medio de protestas populares en su intento de presentar su candidatura a las elecciones de 2015.

La valoración de los derechos políticos de Burundi se redujo de 5 a 6, y su estado se redujo de Parcialmente Libre a No Libre, debido a una ofensiva gubernamental coordinada sobre los miembros del partido de la oposición y los críticos, con decenas de arrestos y duras condenas impuestas a los activistas políticos y a los defensores de los derechos humanos.

Gambia marcó una tendencia a la baja debido a una enmienda al código penal que aumentó la pena por «homosexualidad agravada» a cadena perpetua en la cárcel, lo que lleva a nuevas detenciones de presuntos personas LGBT y un intensificado clima de temor.

La valoración de los derechos políticos de Guinea-Bissau mejora de 6 a 5, y su estado mejoró de No Libre a Parcialmente Libre, debido a que en las elecciones de 2014 ?el primero desde el golpe de 2012? fueron consideradas libres y justas por observadores internacionales y nacionales, y la oposición fue capaz de competir y aumentar su participación en el gobierno.

Lesotho marcó una tendencia a la baja debido a un fallido golpe militar en agosto, que sacudió las instituciones políticas del país y dejó tensiones duraderas. Igualmente pasó con Liberia debido a la imposición del gobierno de desacertadas cuarentenas que restringen la libertad de movimiento y el empleo en algunas de las zonas más necesitadas del país, así como una serie de nuevas restricciones a las libertades de prensa y de reunión.

La valoración de los derechos políticos de Madagascar mejoró 5-4 debido a una transición pacífica tras la recuperación de un golpe anterior y el asentamiento de un nuevo parlamento que incluyó una significativa representación de la oposición.

La valoración de las libertades civiles de Nigeria disminuyó 4-5 por un fuerte deterioro de las condiciones de los residentes de las zonas afectadas por la insurgencia de Boko Haram, incluyendo el desplazamiento de masas y un aumento dramático de la violencia perpetrada tanto por los militantes como por las fuerzas de seguridad.

La valoración de las libertades civiles de Ruanda pasó a 5-6 debido al estrechamiento del espacio para la expresión y discusión de puntos de vista que son críticos del gobierno, sobre todo en Internet, en medio de aumento de las sospechas de la vigilancia gubernamental de las comunicaciones privadas.

La valoración de los derechos políticos de Sudán del Sur se redujo de 6 a 7 debido a la intensificación de la guerra civil, que descarriló el calendario electoral y contó con graves violaciones de los derechos humanos por parte de los combatientes, incluyendo ataques deliberados contra grupos étnicos rivales por razones políticas.

Swazilandia marcó una tendencia a la baja debido a una represión intensificada en materia de libertad de expresión, incluyendo el encarcelamiento de un periodista y un abogado por criticar al jefe de justicia del país.

La valoración de las libertades civiles de Uganda se redujo de 4 a 5 y su estado se redujo de Parcialmente Libre a No Libre, debido al aumento de violaciones de los derechos individuales y de las libertades de expresión, reunión y asociación, en particular hacia los seguidores de la oposición, grupos de la sociedad civil, mujeres, y la comunidad LGBT.

Freedom House

Freedom House es una organización no gubernamental con sede en Washington DC y con oficinas en cerca de una docena de países. Conduce investigaciones y promociona la democracia, la libertad política y los derechos humanos. Se describe como “una voz clara para la democracia y libertad por el mundo.”

Freedom House recibe la mayor parte, aproximadamente un 80% de su financiación del gobierno de los Estados Unidos, por medio de la USAID, y el State Department. La organización gana fondos del gobierno de los Estados Unidos como parte de un proceso competitivo. Freedom House también recibe financiación de la Fundación Bradley, la Fundación Smith Richardson, el Gobierno Holandés, la Fundación Nicholas B. Ottaway, la Fundación John D. and Catherine T. MacArthur Foundation, la Fundación John S. and James L. Knight, la Fundación John Hurford, y una lista de otros.

En el 2001 los ingresos de la Freedom House fueron de $11m, incrementaron a $26m en el 2006. Gran parte del crecimiento se dio dado a que del 2004 al 2005 en el presupuesto del Gobierno americano a la Freedom House aumento de $12m to $20m. La financiación federal disminuyó a $10m en el 2007, pero aun así representaba 80% del presupuesto del Freedom House. La preponderancia de la financiación del gobierno federal fue considerada «unusual, especialmente cuando se considera que la organización está involucrada en señalar y monitorear los derechos humanos, democracia y libertad en el mundo basados en el principio de garantizar la independencia y una financiación creíble de los gobiernos» por Diego Giannonea. (Fuente: Wikipedia).

(1) La puntuación de cada país se basa en dos en calificaciones numéricas de 1 a 7 de sus derechos políticos y las libertades civiles, donde 1 representa el más libre y 7 el menos libre.

[Traducción, Alejandro de la Fuente]

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