Levántate mujer, no tienes nada que perder

26/06/2014 | Opinión

A medida que más mujeres en el este de África iban ascendiendo a posiciones de poder en las salas de juntas de las empresas y en la esfera política, era de esperar que llamaran la atención.

En Kenia, la Constitución exige que al menos un tercio de todos los nombramientos para cargos públicos deba provenir de ambos géneros. A pesar de que esta premisa está lejos de ser una realidad, hay movimientos en esa dirección.

Ruanda, por supuesto, está muy por delante de otros países de África oriental en este sentido. Lo bueno es que toda la región parece estar dando pasos positivos para asegurar la educación de las niñas y la disponibilidad de oportunidades en el futuro.

Todos estos cambios son para aplaudir. Pero en una sociedad que todavía está profundamente impregnada del dominio masculino y de los estereotipos de género, el camino no es de color de rosa para las mujeres.

Por supuesto, el hecho de que un funcionario público sea femenino no debe protegerla de ninguna exigencia. Tampoco debemos aceptar niveles más bajos de rendimiento. El listón debe mantenerse alto y las mujeres que ocupan puestos importantes deben tener las calificaciones requeridas.

Sin embargo, ahora parece que el listón para las mujeres se plantea deliberadamente más alto que el de los hombres. Y ahí es donde radica el problema.

Hace algún tiempo, la primera mujer de Kenia vicepresidente del Tribunal Superior de Justicia, Nancy Baraza, fue destituida de su cargo por, supuestamente, negarse a someterse a un control de seguridad en un centro comercial y a continuación, pellizcar la nariz de la mujer policía y decirle, con arrogancia, que lo que necesitaba era «conocer gente».

Mucho tiempo después, el Gobernador del Condado de Nairobi, Evans Kidero, se encontró en un aprieto cuando golpeó a la Representante del Condado de la ciudad, Rachel Shebesh, cuando ésta llevó a los trabajadores en huelga a asaltar la oficina del propio Kidero, pero, esta vez, las consecuencias no fueron evidentemente las mismas que para Nancy Baraza y el asunto quedó ahí.

De nuevo, en Kenia, la secretaria del Gabinete de Devolución, Ann Waiguru, se encontró en el ojo del huracán cuando el legislador Mithika Linturi recogió cerca de 200 firmas de sus compañeros diputados para destituirla. Los Parlamentarios keniatas acusaban a la Sra. Waiguru de arrogancia. Entre otras acusaciones, dijeron que había trasladado al Director del Servicio Nacional de la Juventud, Jasper Rugut, al Ministerio de Deportes a través de un SMS. Waiguru lo negó y dijo que el traslado se realizó junto con el de otros 10 funcionarios de varios ministerios. Por lo tanto, si ella hubiera cometido un delito, los otros secretarios del gabinete serían igualmente culpables. Pero, ¿quién la escuchaba?

Sólo la oportuna intervención del presidente, Uhuru Kenyatta, y del Vicepresidente, William Ruto, salvaron a la Sra. Waiguru.

Pero estas intrigas no sólo suceden en Kenia, recientemente, la Asamblea Legislativa del África Oriental también fue testigo de como una sección de legisladores solicitó la destitución de la portavoz, Margaret Nantongo Zziwa. La medida sólo se frustró después de que una parte de los legisladores de Tanzania retiraron sus firmas en el último momento.

Sólo las mujeres pueden luchar para poner fin a los dobles raseros. La potenciación de la mujer no se puede reducir a un juego de dar con una mano y quitar con la otra.

Afortunadamente, Zziwa y Waiguru ganaron sus batallas, pero ¿no es hora de que este juego machista llegue ya a su fin?

Fuente: Anne Kiruku, East African News Agency

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