En un mundo donde la migración muchas veces significa perder parte de la identidad, la comunidad etíope en Washington D.C. demuestra que es posible mantener vivas las tradiciones, incluso lejos de la tierra que las vio nacer. El reportaje «Ethiopians in Washington DC keep ancient language and Orthodox traditions alive» de Africanews nos muestra cómo, a través de la lengua ge’ez y los ritos ortodoxos, estos migrantes no solo preservan su herencia sino que la comparten con las nuevas generaciones.
Es emocionante ver cómo, en medio de una sociedad tan distinta a la suya, encuentran espacios para celebrar su fe, su música y su historia. Esto no es solo nostalgia, es resistencia cultural. En un tiempo donde lo global amenaza con homogenizarlo todo, ellos eligen recordar de dónde vienen. Y eso, en sí mismo, es un acto de amor por su cultura y su patria.
Su ejemplo nos recuerda que la identidad no se pierde al cruzar fronteras, sino que se transforma y se enriquece. Ojalá más comunidades migrantes tuvieran la oportunidad (y el apoyo) para mantener viva su cultura así, con orgullo y sin miedo.
Javier Moisés Rentería Hurtado
[CIDAF-UCM]
