El 28 de abril, los benineses elegirán a sus diputados. Pero el país de África occidental, considerado desde 1990 como un modelo de democracia en África, atraviesa una crisis política preocupante: por primera vez en treinta años, la oposición no participará en las elecciones.
De los siete partidos políticos que participan en la carrera legislativa, solo dos partidos relacionados con el poder gobernante fueron finalmente autorizados por la Comisión Electoral para presentar sus listas. Ninguno de la oposición.
«Esta es la primera vez que los partidos políticos de la oposición no participarán en la legislación, desde la era de la renovación democrática en 1991» después de décadas de gobierno comunista bajo Mathieu Kerekou, declaró Steve Kpoton, abogado y analista político.
Hace cinco años, para las mismas elecciones, se presentaron veinte listas a los votantes para elegir a los 83 diputados del parlamento.
– Nuevo código electoral –
Pero, este año, el parlamento votó un nuevo código electoral y una nueva carta política a propuesta de los diputados del partido gobernante.
Su implementación ha descartado la participación de los partidos de oposición, que no llenaron todos los documentos administrativos a tiempo.
«Benín no permitirá el nombramiento de 83 diputados de jefe de estado privado en el parlamento», afirmó Eric Houndete, vicepresidente del Parlamento, un líder de la coalición política opuesta al régimen.
Pero a la oposición no se le permitió manifestarse y la policía impidió los movimientos de protesta.
El presidente Patrice Talon, elegido en abril de 2016, pidió calma, en un programa de televisión, emitido a principios de abril y transmitido en las redes sociales para marcar el lanzamiento de la campaña electoral.
«Noté que en Benín hay más de 250 partidos políticos, cada uno de ellos incluye docenas de movimientos políticos, líderes políticos», lamentó el jefe de estado que justifica la reforma del código electoral.
A Patrice Talon le gustaría ver «una tercera y una cuarta fuerza política» en Benín, el tamaño de los dos partidos de su campo en la carrera por las elecciones legislativas: el Bloque Republicano y la Unión Progresista.
«Soy pragmático, soy realista y soy alguien que avanza a pesar de las dificultades», declaró el presidente. «Pero a lo imposible, no estoy obligado»
– La sociedad civil tira la toalla –
Para la sociedad civil, sin embargo, el nuevo código electoral marca un importante «retiro democrático».
«Una elección solo puede ser democrática cuando pone en competencia fuerzas políticas favorables al poder y fuerzas políticas opuestas al poder», se rebeló Social Watch Benin, en un comunicado.
Este importante grupo de organizaciones de la sociedad civil, muy activas en el país, ha decidido «suspender su participación en actividades (…) relacionadas con las elecciones parlamentarias en las condiciones actuales».
Otras organizaciones como » SOS Elecciones creíbles de » han tomado la misma resolución.
«La sociedad civil no puede tolerar este grave ataque a la democracia», declaró a la AFP, el presidente de esta organización, Hubert Acakpo, quien decidió enviar «ningún observador sobre el terreno para supervisar esta elección». .
Sin esperar el resultado de la votación, algunos observadores ya están preocupados por la composición de la próxima Asamblea Nacional de Benin.
Cuestionado por la AFP, el politólogo Steve Kpoton teme que » el parlamento esté totalmente bajo órdenes del poder para revisar la constitución y prorrogar al jefe del estado.
Corneille Nonhemi, un joven activista, quería postularse como candidato para la Unión Social Liberal (USL), el partido de Sebastien Ajavon, un opositor actualmente en el exilio en Francia, procesado por un caso oscuro de tráfico de cocaína.
Él también está seguro de que «el plan de Talon es revisar la constitución como le plazca».
Para este joven empleado de una multinacional, «esta situación sin precedentes tiene como objetivo eliminar todas las posibilidades de censurar al presidente Talon y su gobierno».
El jefe de estado quería consolar a quienes no podían registrarse en las boletas, diciendo que «la vida no se detiene allí».
Pero la democracia, si, y s la oposición está indignada y juran que sin ellos, «no habrá elecciones».
Fuente : Slate Afrique
[Fundación Sur]
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