Las verdades de Silvestre Amoussou sobre el cine de Benín, por Afribuku

13/02/2014 | Bitácora africana

Autor invitado: Eustache Agboton (Benín)

Sylvestre Amoussou (1964) vive en París desde hace más de treinta años. El cineasta beninés ha aceptado entrevistarse con el portal cultural Benincultures.Durante la entrevista, el director comenta la situación general del cine beninés y africano. También hace balance de su segundo largometraje, Un pas en avant – Les dessous de la corruption (Un paso adelante – Los fondos de la corrupción). Amoussou ha aprovechado la ocasión para anunciar el rodaje inminente de su tercer largo, L’orage africain : un continent sous influence (La tormenta africana: un continente bajo influencia).

¿A qué se dedica en la actualidad Sylvestre Amoussou?

Acabo de terminar el guión de mi próxima película. Y estoy preparando el rodaje.

¿Puede hablarnos de ese proyecto?

La película se titula L’orage africain : un continent sous influence. Este tercer largometraje finaliza la trilogía comenzada con mi primera obra Africa Paradis – et si l’immigration changeait de camp (Africa Paradis – y si la inmigración cambiase de área) y prolongada con mi segundo largo Un pas en avant – Les dessous de la corruption (Un paso adelante – Los fondos de la corrupción).

¿Y continúa trabajando dentro de la parodia?

No, este proyecto no será una parodia. Al igual que yo mismo, habrá podido percatarse ciertamente de que desde hace algunos años se habla siempre del continente africano como un continente de riquezas de las cuales el pueblo no se beneficia. En esta película, quiero relatar las causas que provocan que los africanos no obtengan beneficio ninguno de aquello que les pertenece.

Hacer negocios en un país que está sumido en el caos es mucho más fácil y lucrativo que lidiar con un país en paz. ¿Cuáles son las causas de todo ello?

Entre otras se da la propia irresponsabilidad de los africanos. Pero también y, sobre todo, la injerencia de países occidentales con el apoyo de algunos de nuestros dirigentes.

¿De nuevo los occidentales? ¿Son al fin y al cabo la causa de todos los males de los africanos?

Quiero subrayar que los “dirigentes” occidentales son efectivamente en parte responsables. Puede ver todos los problemas que suceden hoy en día en Mali, en África Central… Hacer negocios en un país donde reina el caos es mucho más fácil y lucrativo que en un país en paz. Es del interés de occidente que nuestros países permanezcan desestructurados, que no posean su propia moneda, que no sean democráticos. Es necesario dividir para reinar.

Volviendo a su último largometraje. Después de unos meses de su estreno, usted se quejaba de que las salas de cine y los medios de comunicación franceses no querían difundirlo. ¿Cuál es la situación actualmente?

La película estuvo casi dos meses y medio en cartelera. Pero evidentemente, el problema que se plantea y que prevalece es que en Francia no existen muchas salas que acepten películas africanas que no sigan la visión miserabilista de África. Para estar bien visto en Francia hay que hacer películas que presenten África como el continente de todos los males y, sobre todo, obras en las que la imagen del negro sea negativa. Sin embargo, yo lo he afirmado en varias ocasiones, nunca haré una obra complaciente para satisfacer sólo a algunos. Prefiero mostrar otras facetas, mostrar que la gente en África pelea mucho para que el continente resuelva obstáculos de todo tipo.

¿Ha sido la película rentable a nivel financiero?

En realidad, una película sólo puede ser rentable a largo plazo. Un Pas en avant, les dessous de la corruption aportará beneficios con el tiempo, puesto que no tenemos salas de cine en nuestros países. Me he peleado para que el pre-estreno tenga lugar en el Palacio de Congresos y en el Espace Tchif. Pero actualmente estoy llevando a cabo otra estrategia con jóvenes directores y en los próximos años nosotros mismos llevaremos las películas al continente con el objetivo de descubrir patrocinadores. Porque no siempre vamos a mendigar en Europa. Esto nos permitirá dirigir nuestras películas hacia nuestro público, distribuirlas mejor y despertar conciencias.

Nuestro rol reside en fabricar imágenes, pero si no hay una política real para trasladar todo eso al público, acabaremos por no beneficiarnos. Y es una pena. Entonces, afirma que realiza sus películas para despertar las conciencias de la población.

Sí, es nuestro primer objetivo. Una película como Africa Paradis sería necesaria en los planes de educación nacional. Un Pas en avant, les dessous de la corruption todavía está de actualidad. Las informaciones recientes procedentes de nuestro país lo demuestran. Benín ha suspendido en el MCA (Millenium Challenge Account) debido a la corrupción que hay en el país. Así pues, esta película puede participar en la educación de la gente, suscitar debates, incluso en los colegios, institutos y universidades. Una obra como esta debería ser tomada en consideración por nuestro gobierno, habría que ofrecerla a la población e instaurar el debate. Puede conducir a una toma de conciencia mostrando a todas las capas de la sociedad que la corrupción frena el desarrollo. Nuestro rol es el de fabricar imágenes, pero si no hay compromiso político para hacérselo llevar al público, nadie sacará provecho de todo ello. Y es una lástima.
© Tchoko-Tchoko Productions / Un pas en avant – les dessous de la corruption

Pero considerando que no hay salas de cine en nuestro país, ¿cómo piensa usted alcanzar a ese público?

¡Lo intentaremos! A pesar de todo, hay algunas salas en nuestros países. Al mismo tiempo, incitamos a los políticos a que las creen. Cuando estaba en Cotonú durante el rodaje de Un Pas en avant -les dessous de la corruption hablé sobre toda esta cuestión con el Ministro de Cultura de aquella época. Volví a Cotonú recientemente y me hicieron comprender que se están realizando reformas en salas como el Ciné Concorde. Aún estamos esperando la conclusión de las obras. Es preciso saber que también hay espacios privados para permitir a la población que tenga acceso a nuestras producciones. Además existen los Institutos Franceses, aunque personalmente no estoy siempre dispuesto a proyectar allí mis películas, puesto que es un espacio que está al servicio de la imagen de Francia. Es esencial que un pueblo se apropie de su propia imagen.

Teniendo en cuenta que el gobierno beninés ha contribuido a la financiación de la película asignándole 20.000.000 de francos CFA, esperábamos que cierta repercusión en Benín. Pero parece que no ha sido el caso…

En efecto, agradezco el apoyo de los fondos de ayudas a la cultura. Aunque el cine cuesta muy caro y esta suma era ante todo simbólica. De igual forma, quisiera puntualizar que el gobierno no apoyó directamente la película Un pas en avant – Les dessous de la corruption. Se me apoyó principalmente porque había proyectado gratuitamente Africa Paradis, mi primer largometraje, en algunas ciudades de Benín como Porto-Novo, Cotonú, Parakou, Lokossa, Djougou, Natitingou… Fue como contrapartida a esta gira que el gobierno, por mediación del ministro de la cultura de entonces (Soumanou Toléba), aceptó respaldar el proyecto siguiente.

Actualmente, ¿cuántas personas han podido ver en Benín Un Pas en avant – Les dessous de la corruption?

Gracias a la colaboración de una estructura de comunicación beninesa, fui a la universidad de Abomey-Calavi en su momento para movilizar a los estudiantes a que viniesen a ver gratuitamente la película en el Espace Tchif. Para que la gente pueda exponerse a una película de este estilo, para que tomen conciencia y poder debatir, es imperioso que se conserven estos lugares. Además, Benín no se limita sólo a Cotonú. Casi no se actúa en otras localidades en lo que respecta a la proyección de películas.

Se hace necesario un verdadero lazo de solidaridad entre los actores del sector con el fin de conseguir una mayor profesionalización. Cuanto más películas se realicen, mayor será el futuro del cine de Benín. Sobre plataformas de difusión, no olvidemos el Festival de Cine de Ouidah Quintessence. ¿Cuál es su opinión sobre este evento y por qué desde 2011 aún no hemos podido ver su última creación?

Quintessence es un festival que tiene razón de ser. Conozco bien a Jean Oudatan y desde hace años ha luchado mucho para poner en marcha esta iniciativa. No hemos dado los mismos pasos pero son complementarios. Lo que ocurre es que nuestras agendas no han podido conciliarse hasta el momento.
Foto de Un pas en avant – Les dessous de la corruption

Estas declaraciones reconfortan a algunas personas que creen que usted es de los que no apoyan las acciones realizadas en Benín para fomentar el cine. Es decir, que no pone su experiencia y su nombre al servicio de la comunidad.

¡En absoluto! Todo lo contrario. Cuando vine a grabar mi última película, los dos primeros asistentes eran benineses. Hablo de Arcade Assogba et Raymond Ayikpé. He sido uno de los primeros en implicarlos a pesar de las reticencias de algunas personas sobre su recorrido. En lo que concierne a los actores, el papel principal femenino es interpretado por Sandra Adjaho. Y ni que decir tiene de los papeles secundarios que le asigné a los benineses. Por lo tanto, apoyo lo que se hace en el país. Es cierto que vivo en Francia desde hace treinta y dos años pero paso temporadas en Benín dos o tres veces por año. Es más, mis películas representan a Benín en el mundo entero y me siento orgulloso de ello.

Usted está entonces al corriente de todo lo que sucede en el sector. ¿Qué piensa entonces del cine beninés y sobre todo de la implicación de los políticos en este ámbito?

La gente tiene que concienciarse de que el cine es una industria y puede generar empleo. El ejemplo de Nigeria es muy constructivo. En la industria cinematográfica, no existen únicamente los actores y los directores. Hay también técnicos diversos. Durante mi último rodaje, invertí bastante dinero en el país con el alquiler de casas, salas y vehículos. Esto supone cierto reflote de una economía paralela. Asimismo, hay que alentar a las escuelas de formación. Podemos tener varios directores en un mismo país sin que nadie haga la película misma que el otro. Simplemente porque cada uno tiene su propia sensibilidad. Algunos harán películas de corte político, otros comedias, romances o dramas. En definitiva, necesitamos una verdadera solidaridad entre los actores del sector para poder profesionalizar el oficio. Cuantas más películas se produzcan, más prometedor será el futuro del cine beninés.

Eustache Agboton es el redactor jefe del portal cultural de referencia de Benín www.benincultures.com

Traducción: Alejandro de los Santos.

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

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