Es una de las leyes coránicas más aplicadas por los seguidores del islam: Una musulmana sólo puede casarse con un musulmán. El hombre musulmán, sin embargo, puede casarse (casi) con quién quiera. Esta obligación es una de las causas más frecuentes de conversión al Islam por parte de los hombres. En numerosos países de África la ley civil no incluye esta obligación de igual religión musulmana para los contrayentes, pero si las familias, y está en vigor en todos los países árabes.
Túnez ha puesto fin, el 8 de septiembre, a la prohibición hecha a las tunecinas (se presupone que musulmanas) de casarse con hombres de otras religiones. Según el ministro de justicia Ghazi Jeribi, la nueva constitución de 2014 y los acuerdos internacionales firmados por Túnez prevalecen frente a la circular de 1973 que era el principal argumento jurídico civil para que los matrimonios entre musulmanas y hombres de otras confesiones no fuesen posibles en Túnez, ni legales cuando se habían realizado en el extranjero.
La “famosa circular de 1973” ha dado lugar a otras circulares internas todas ellas de menor valor o peso jurídico que los artículos constitucionales y los diferentes acuerdos internacionales ratificados por la república tunecina, sobre la no discriminación por cuestiones de creencia o de género.
Aunque el texto oficial del ministro de justicia menciona a las “tunecinas” y que existe una pequeña minoría judía en el país, en realidad, el fondo y la forma de esta reforma afecta a las “musulmanas” tunecinas (99% de las mujeres del país). Por eso la oposición a este cambio legislativo apela al hecho de que, según versículos coránicos que no admiten discusión (qati’y), la musulmana sólo puede estar casada con un correligionario. La oposición a esta reforma viene de los ambientes islamistas (moderados o radicales), de las clases conservadoras y del pueblo llano apegado a las tradiciones. A nivel internacional numerosas instancias y países musulmanes se han declarado ya contra lo que consideran un ataque frontal a la legislación divina revelada en versículos evidentes e incuestionables. Todos unidos son muchos adversarios para el equilibrio político del país.
El 13 de agosto pasado, en un discurso con motivo de la fiesta nacional de la mujer, el presidente tunecino Beji Caïd Essebsi había mencionado esta cuestión y otra igualmente delicada: la diferencia entre hombres y mujeres en lo respectivo a la herencia (en el islam la mujer recibe la mitad que el hombre, o nada si no es de confesión musulmana). Otra batalla se anuncia para avanzar hacia mayor igualdad y cohesión social. Esta batalla también contará con numerosos enemigos dentro y fuera del país.
Fuentes:
– La Tunisie abolit l’interdiction du mariage des femmes avec des non-musulmans
– La Tunisie abolit l’interdiction du mariage des femmes avec des non-musulmans
José María Cantal Rivas, editor de AfroIslam
[Fundación Sur]
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