En el período previo al Día Mundial del Donante de Sangre, el 14 de junio, los líderes mundiales de la salud se reunieron recientemente en Kinshasa, República Democrática del Congo, para reafirmar que la transfusión de sangre es un elemento importante para ayudar a lograr los objetivos de salud adoptados en el marco de la Declaración de Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas (MDG’s). Los objetivos incluyen la reducción de la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y combatir el VIH / SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades.
Los líderes del sector instaron a la población del continente africano a reconocer el Día Mundial del Donante de Sangre y a aprender acerca de las propiedades de la sangre para salvar vidas.
Lanzada al mercado por la Organización Mundial de la Salud, el propósito de esta iniciativa anual es aumentar el conocimiento sobre las transfusiones de sangre como una terapia que salva vidas y que afecta a millones de vidas cada año.
Según Stefan Boll, Director General de Abbot, la transfusión de sangre es fundamental para el tratamiento de muchas enfermedades que ponen en peligro la vida. Las mujeres y los niños son los más afectados. Un 99% de las muertes maternas ocurren en los países en vías de desarrollo y más de la mitad en los países del África subsahariana. África es el continente donde se encuentran 15 de los 16 países con una tasa de mortalidad, de menores de cinco años, de por encima de 100 muertos por cada 1.000 bebés nacidos con vida.
La escasez de sangre también puede contribuir a un mayor riesgo de VIH y hepatitis, ya que un stock de sangre inadecuada obliga a depender de donantes no seguros.
Las transfusiones de sangre no segura han contribuido a aumentar el número de infecciones por VIH en el África subsahariana. Las mujeres y los niños representan un número desproporcionado de infecciones por VIH, a través de sangre contaminada, ya que son los principales grupos de pacientes que reciben transfusiones.
Un informe de la OMS en el año 2006 demostró que las transfusiones de sangre inseguras contribuyeron al 100% de riesgo de infección por VIH en comparación con otras formas comunes de exposición al VIH, por ejemplo, entre un 11 y un 32% para la transmisión de madre a hijo y entre un 0,1% y un 10% para contactos sexuales.
Los datos recabados en 30 países africanos indican que, en 2004, se detectaron enfermedades transmisibles por transfusión en 183.000 unidades de sangre (9,8%) que posteriormente fueron descartadas.
Los líderes mundiales pidieron el apoyo de los gobiernos, tanto a nivel técnico como financiero, para el desarrollo de modelos sostenibles, que puedan satisfacer las necesidades de transfusiones de la población.
Los expertos, en la reunión en Kinshasa, hicieron una llamada a los sectores público y privado para la prestación de apoyo para la implementación de nuevas tecnologías para el análisis y procesamiento de sangre para reducir el riesgo de la manipulación manual de las muestras.
El Sr. Boll dijo que existe una necesidad mundial urgente de coordinar esfuerzos para centrarse en el efecto que las transfusiones de sangre segura podrían tener en toda África.
El compromiso de Abbott es llevar su conocimiento global y su experiencia en la investigación de la sangre a África. Con esta colaboración en grupo se podrá ayudar a mejorar la calidad y seguridad de los productos sanguíneos, haciendo de esta terapia una posibilidad real de salvar vidas en África.
Sin embargo, todavía son preocupantes los bajos índices de donación de sangre en África (5 por cada 1.000 habitantes) en comparación con los países desarrollados (47 por cada 1.000 habitantes en los Estados Unidos).
En su encuesta mundial más reciente sobre la seguridad de la sangre y su disponibilidad, se recogieron datos de 40 de los 48 países del África subsahariana. Estos datos indican que 35 (87,5%) de los países reúnen menos de la mitad de la sangre necesaria para satisfacer las necesidades de transfusión de su población. En 2004, sólo se recogieron alrededor de 2,8 millones de unidades de sangre para una población de aproximadamente 720 millones de personas (11% de la población mundial).
En África se producen más casos de anemia severa que en otros países del mundo. Esto es consecuencia del elevado número de pacientes con complicaciones relacionadas con el embarazo, la malaria, las infecciones por gusanos, la malnutrición, etc.
La transfusión de sangre es con frecuencia esencial para el tratamiento de personas con anemia en peligro de muerte, pero la escasez de sangre es un hecho real en toda África. De los 20 países con las tasas más altas de mortalidad materna, 19 están en el África subsahariana, donde el riesgo de muerte materna es de 1 de cada 16, comparado con el 1 de cada 2.800 en los países desarrollados.
La causa más común de muerte materna es la hemorragia severa, que puede matar incluso a una mujer sana en dos horas, si no recibe atención médica, en África, el sangrado severo durante el parto o después del parto representa el 44% de las muertes maternas. Muchas de estas muertes podrían evitarse mediante el acceso a sangre segura.
[Fuente: africasciencenews.org-Fundación Sur]
