Las soluciones al problema de los refugiados corren el peligro de fracasar sin una reflexión adecuada

6/06/2016 | Opinión

Los derechos de la mujer no fueron ganados por los hombres, los derechos LGBTI no fueron ganados por los heterosexuales, y los derechos de los refugiados no serán ganados por no refugiados.

En el debate en curso sobre la protección de los refugiados, corremos el riesgo de forzar nuevas soluciones sin considerar adecuadamente dónde y por qué hemos tenido éxito o hemos fracasado hasta ahora. La protección de los refugiados tal como la conocemos, ha ido fallando en su articulación durante décadas. Millones de refugiados y sus hijos pueden dar fe con veracidad de que «protección», con frecuencia. ha consistido en «almacenarlos» como cuerpos para ser alimentados y apiñados, bloqueando en el proceso su contribución a la sociedad global. El éxito en la protección de los refugiados reside en profundos cambios políticos y de actitudes. Aquí planteo sólo tres de las preguntas incómodas que debemos hacernos.

refugiados-2.jpg¿Es ACNUR apta para este objectivo?

El régimen de protección está centrado en el Estado. Paradójicamente, mientras que CNUR tiene como finalidad «garantizar la aplicación de 1951 en el espíritu que se pretendía» en lugar de «poner en práctica sus disposiciones«, ella misma es una organización multilateral sirviendo los intereses de los estados miembros

Aunque ACNUR proporciona un importante liderazgo conceptual global sobre asuntos de refugiados, los estados reacios a la supervisión pueden embotar rápidamente sus innovaciones de vanguardia, tales como las políticas de Alternativas a los Campos. Las operativas en los países están frecuentemente presionadas para evitar confrontación con los gobiernos anfitriones que podrían declarar persona non grata a miembros clave del personal. En muchos aspectos, ACNUR en el campo de acción, como es el caso de ACNUDH y otros organismos de la UN, es a la vez juez del estado sancionado y parte de la implementación del estado. En virtud de estas disposiciónes, carecen inevitablemente de dentaduras, ni tan siquiera de dientes.

Además, las instituciones académicas y de la sociedad civil son raramente invitadas para examinar la implementación del estado; los vigilantes de los derechos no son bienvenidos. Los mismos refugiados son poco escuchados. Emily Fernandez tiene razón en resaltar la importancia de los grupos nacionales, pero hay que ir más allá: los derechos de la mujer no fueron ganados por los hombres, los derechos LGBTI no fueron ganados por los heterosexuales, y los derechos de los refugiados no serán ganados por no refugiados.

¿Sabemos de verdad qué es un refugiado?

En Uganda un refugiado en prisión es simplemente un «extranjero»; pocos funcionarios de prisiones conocen la definición legal y los derechos asociados al refugiado. La desaparición actual de refugiados dentro de la denominada «crisis migratoria» en Europa es emblemática, no solamente por una falta similar de conocimiento de los marcos legales, sino también por un vacío de larga duración de datos y la incapacidad para explicar lo que se requiere para una acogida eficaz de refugiados.

La tendencia es reducir el tema de los refugiados a las necesidades de su supervivencia biológica en lugar de rescatar sus capacidades sociales reales o potenciales. La presentación errónea de los refugiados como «migrantes» es particularmente problemática en dos áreas: en primer lugar, los estados y muchas organizaciones humanitarias ignoran sistemáticamente los niveles de trauma de los refugiados. Los refugiados, que dicen con razón que buscan una «vida mejor», son juzgados en general como migrantes que buscan la mejora de la situación económica, en lugar de una vida más segura, libre de miedo que les permita volver a restablecer el potencial social, emocional, político y económico de los que les privan las circunstancias en su patria. En segundo lugar, la mayoría de los países de acogida ignoran igualmente las capacidades que los refugiados traen consigo. No obstante la explicación de ACNUR de que «Einstein era un refugiado», la tendencia general es la reducción de los refugiados a sus necesidades biológicas de supervivencia en lugar de rescatar sus capacidades sociales, reales o potenciales, anteriores y posteriores a su huida.

Las estrategias de autosuficiencia a menudo ignoran las intervenciones específicas requeridas para recuperar la funcionalidad socioeconómica completa, y no consiguen construir sobre las habilidades existentes de los refugiados. En algunos países de acogida de refugiados, la autosuficiencia significa que a las personas con doctorados se les da una pequeña parcela de tierra donde sembrar frijoles. En otros países llegan a conducir taxis. Esta pérdida criminal del potencial de los refugiados adultos se ve agravada por el potencial desechado de sus hijos, muchos de los cuales llegan a la edad adulta en el exilio, pero no tienen lugar o pertenencia en su actual país de residencia. Sin querer, por lo tanto, la protección de los refugiados agrava la fragmentación social y política y la disfunción económica característica de las situaciones de conflicto.

¿Existen de verdad tres soluciones duraderas?

La matriz existente de «soluciones duraderas» (repatriación voluntaria, integración local en el primer país de asilo, el reasentamiento en un tercer país) crea una ilusión reconfortante de múltiples opciones. La realidad es mucho más sombría.

Muchos refugiados no pueden repatriarse, ya sea debido a la naturaleza prolongada de los conflictos que los llevaron a la huida en el primer lugar, o porque hay algunos lugares a los que simplemente no se puede regresar; ¿Cuántos judios alemánes que buscaron exilio en los EE.UU. se podría esperar que regresasen a Alemania después de la guerra? Incluso donde las armas se callan, la recuperación económica después de los conflictos, en general, necesita años. Sin embargo, la recuperación emocional y las oportunidades para combatir la impunidad y conseguir la reconciliación con el pasado necesitan décadas.

La integración local en el primer país de asilo es con frecuencia problemática; a menudo, también físicamente accesible a los causantes de la injusticia del país de origen, no puede garantizar una mínima seguridad. El país anfitrión puede él mismo estar implicado en las dinámicas que causan la huida. Los comentarios de los ciudadanos e incluso de los propios trabajadores humanitarios de que los refugiados no deben disfrutar de más servicios que sus anfitriones borran aún más la especificidad del refugiado y retienen a los refugiados como rehenes de una ausencia de buenas prácticas de desarrollo.

Por lo tanto, para muchos refugiados solo queda, una solución duradera, el reasentamiento. Sin embargo como nos recuerdan los estados en varias ocasiones, esta solución es actualmente un privilegio, no un derecho, y como la mayoría de los privilegios, sólo está al alcance de un pequeño porcentaje de cualquier población de refugiados.

Aun teniendo en cuenta los principios fundamentales de la Convención de 1951 es necesaria una valoración de cómo ha cambiado el mundo en las décadas siguientes y plantea preguntas más incómodas. Para empezar: ¿Cuáles son las consecuencias del establecimiento de una multiplicidad de bloques regionales como la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO), la Comunidad del África Oriental (CAO), la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC), la Unión Europea y otros por el estilo? ¿Cuáles son las implicaciones de la movilidad global para la seguridad de los refugiados? Por eso, ¿por qué cuando los aparatos de huella digital en el aeropuerto de Entebbe en Uganda son del mismo modelo y fabricación que los del aeropuerto JFK en los EE.UU., sigue siendo tan difícil para los refugiados conseguir los documentos establecidos en el Conventión Travel Documents? ¿Por qué, con el desarrollo de
BRICS y las relaciones de Europa y América del Norte, los gobiernos europeos no piensan más estratégicamente sobre los beneficios a largo plazo de acoger refugiados, no sólo como una cuestión de principio, sino también como una garantía políticamente inteligente de futuras alianzas diplomáticas y comerciales?

La reforma legal por sí sola no puede hacer frente a la falta de protección. Estos fracasos requieren un profundo replanteamiento acerca de la naturaleza de la supervisión y la rendición de cuentas del estado; un papel mucho más prominente de los propios refugiados, así como de sus aliados de la sociedad civil; una comprensión mucho más profunda de las experiencias específicas de refugiados y sus implicaciones en cómo pueden, o no pueden, integrar y desarrollar su propio potencial. Esto requiere un cambio de política y actitud de ver a los refugiados como daño colateral que necesita ser puesto en orden, a reconocer a los refugiados como un indicador básico de los errores de gestión económica y política nacional e internacional. Ese pertinente interrogante de una solución duradera requiere múltiples soluciones locales y definiciones de hogar para hogares multigeneracionales.

Chris Dolan

Pambazuka Noticias

* Chris Dolan es Director del Proyecto de Ley de Refugiados de la Universidad de Makerere en Kampala, Uganda. Puede encontrarlo en @DrChrisDolan twitter. Este artículo apareció previamente en Open Democracy.

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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