La operación de paz de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo ha fracasado en su intento de desarmar a los combatientes ruandeses hutu, según ha afirmado un grupo de expertos de la ONU.
Según un informe de 93 páginas presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, filtrado a la prensa en miércoles, día 24 de noviembre, esto ha exacerbado el conflicto en el norte del país.
El informe dice que a pesar de la misión en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, FDLR, sigue reclutando y armando a combatientes. “Este informe concluye que las operaciones militares contra el FDLR han fracasado en su objetivo de desmantelar las estructuras políticas y militares de la organización en el territorio del este de la República Democrática del Congo”, afirma el informe.
La fuerza de la ONU de 25.000 soldados ha estado apoyando la ofensiva militar congoleña, lanzada en marzo, como parte de un acuerdo para mejorar las relaciones con la vecina Ruanda, su enemigo durante la guerra entre 1998 y 2003.
Los cinco miembros del panel de expertos enviados a la RDC para compilar los datos en los que se basa del informe han descubierto que la ofensiva congoleña ha tenido efectos devastadores sobre la población local.
“Decenas de pueblos han sido atacados y saqueados, miles de casas han sido quemadas y varios cientos de miles de personas han sido desplazadas para escapar de la violencia generada por estas operaciones militares”, asegura el informe.
Comercio de minerales
El teniente coronel Jean Paul Dietrich, portavoz de la misión de la ONU, ha declarado que los cascos azules estaban “bastante contentos” con los resultados de la operación militar, pero reconoció que “la situación humanitaria no parece tan buena”.
“Pudimos neutralizar entre el 35 y el 50 % de los combatientes del FDLR y también podemos decir que han sido expulsados de la mayoría de sus centros económicos”, señaló a Al Jazeera desde Kinshasa.
Sin embargo, el informe de la ONU ha concluido que aunque más de 1.200 de los estimados entre 6.000 y 8.000 combatientes del FDLR se han rendido desde que comenzó la ofensiva, el grupo ha logrado reponer sus filas con hutus tanto ruandeses como congoleños.
El grupo también continúa beneficiándose de las riquezas generadas por los vastos recursos minerales de la zona.
Las compañías multinacionales siguen comprando minerales de las minas de la jungla, controladas y operadas por el FDLR, mientras que los intermediarios sacan de contrabando millones de dólares en oro a Dubái cada año.
Las cifras oficiales congoleñas muestran que sólo una cuantos kilos de oro son exportados legalmente cada año, pero el senado del propio país calcula que en realidad son 40 toneladas al año, por valor de alrededor de 1.240 millones de dólares, salen del país.
“El grupo de la ONU calcula que el FDLR podría obtener al menos varios cientos de miles de dólares y hasta varios millones al año con este comercio”, asegura el informe.
El FDLR se formó en los campos de refugiados del este de la RDC, que albergan principalmente hutus que huyeron del genocidio de 1994, en Ruanda. Pero ahora, una red de apoyo en África, Europa y Norteamérica financia y comanda a los combatientes.
Los expertos investigaron 240 llamadas entre Ignace Murwanashyaka, un líder del FDLR, asentado en Alemania, y los combatientes en la RDC, que también estaban en contacto con 25 países de Europa y América.
Región inestable
Guy Momat, un periodista congoleño y fundador de “Stop the Congo War UK” (Detengamos la guerra en Congo, Reino Unido) asegura que se han producido algunas mejoras en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, desde el año pasado. “En noviembre de 2008 la situación era peor que ahora. La ciudad de Goma estuvo casi a punto de caer bajo control de las fuerzas de Laurent Nkunda [la guerrilla tutsi Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, CNDP, de la que la ONU elaboró otro informe denunciando que estaba financiada, entrenada y armada por el gobierno de Ruanda y que también se beneficia del comercio ilegal de minerales del Congo] y pueden imaginarse cuáles hubieran sido las consecuencias, pero ahora la gente ha recuperado sus lugares”, explica.
“Durante los últimos 12 años esa parte del Congo no ha sido estable, como observador yo creo que llevará tiempo llevar una paz duradera a la región”, añade.
A cambio de las promesas de la RDC de combatir a los rebeldes hutu, algunos de los cuales son sospechosos del genocidio de 1994, Ruanda arrestó a Nkunda, y los combatientes del CNDP de Nkunda fueron integrados en el ejército regular de la RDC.
Las operaciones más agresivas contra el FDLR han sido lanzadas por las unidades del ejército conformadas por ex miembros del CNDP, de mayoría tutsi, algunas de las cuales supuestamente están todavía bajo el mando del general Bosco Ntaganda, buscado por crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional.
El general Bosco Ntaganda fue impuesto tanto por Kinshasa como por Kigali como el jefe militar de facto del CNDP, con instrucciones específicas de dirigir y controlar los ex elementos del CNDP integrados en el ejército”, asegura el reciente informe de la ONU.
Bajo el liderazgo de Ntaganda, las unidades integradas en el ejército del CNDP son acusadas por el grupo de expertos de abusos generalizados, entre los que se incluyen asesinatos, violaciones, torturas, trabajos forzados, saqueos y extorsión.
(Al Jazeera, 26-11-09)
