Las mujeres de África no se rinden, por Bartolomé Burgos

13/07/2023 | Bitácora africana

Según un informe del PNUD de 2020 la pobreza se ceba en las mujeres, especialmente en hogares encabezados por mujeres. Pero la mujeres africanas encuentran maneras de sobrevivir

mujer_agua_pozo_sahel_aldea_cc0.jpg¿Cómo se las arreglan las mujeres africanas en tales circunstancias?

Depende de países y de lugares. Las mujeres encuentran mil maneras de sacar adelante a sus familias, con cualquier actividad que les aporte ingresos, casi siempre con trabajos informales, pero con la idea de prosperar. En las ciudades suelen vender bebidas y comida que ellas mismas elaboran. En las áreas rurales lo tienen más difícil. Por ejemplo en Guinea-Bisáu muchas mujeres se gana la vida, entre otras tareas, separando la sal marina de la arena, como ya explicamos en el programa anterior. En general tiene que ganarse la vida ellas solas, bien porque han sido abandonadas por sus maridos polígamos, bien porque sus maridos se han ido a trabajar lejos, han fallecido o, aunque trabajen gastan sus salarios sin contribuir a las necesidades de la familia.

¿Cómo separan la sal de la arena?

Guinea Bissau tiene 350 kilómetros de costa; en los estuarios abunda la sal, cuya búsqueda y extracción constituyen el principal sustento de muchas mujeres rurales del litoral, sobre todo cuando no es la temporada del marisco o de la cosecha del anacardo. En el proceso de elaboración el primer paso es cortar leña para el fuego. Una tarea que se hace muy temprano, desde las cinco de la mañana; luego suelen acarrear la leña en un fardo sobre la cabeza. En esta tarea ayudan las chicas por lo que no van a la escuela o abandonan pronto. Luego sigue un proceso de cocción y evaporación; cuando la sal está limpia hay que acarrearla al lugar de la venta, generalmente también sobre la cabeza.

¿No hay medios más fáciles de ganarse la vida

Una abuela nos asegura que aunque es duro recoger leña, acarrearla, respirar humo bajo el sol y cargar con kilos de sal sobre la cabeza “pero tengo que hacerlo”. Lo hace porque en ciertas épocas es la única ocupación que se le ofrece para pagar la escuela de su nieta, alimentarse y vestirse. “No quiero que mi nieta tenga mi vida”.

¿Consiguen estas mujeres algunas ayudas?

Salomé Dos Santos, abogada de profesión y diputada nacional, ha convertido la ayuda a estas mujeres en una causa personal y aprovecha cualquier ocasión para atraer la atención de la prensa hacia ellas. Con ayuda podrían producir la sal utilizando métodos más modernos. Dos Santos reconoce que, para este tipo de iniciativas, Guinea-Bisáu recibe apoyo internacional de la ONU y ONG. “Pero a zonas como esta, no llega la ayuda de dichas organizaciones”-nos dice.

¿Qué objetivos finales persiguen estas mujeres?

Hacen sal para pagar la escuela a sus hijos, para conseguir alimentos y comprar ropa. Transportan sacos de 50 kilos en la cabeza para guardarla en casa porque la lluvia puede estropearla. El drama de estas mujeres es que van envejeciendo y ese trabajo resulta cada vez más pesado para ellas. Necesitan lonas para construir un barracón y producir la sal sin estar al sol todo el día. Pero la ayuda que esperan no es solo para producir sal, porque solo con la sal no pagan los libros del colegio. Necesitan cultivar, pero no suelen disponer de tierras de cultivo. En definitiva su objetivo y sus deseos son que les rinda más la producción de sal, poder dedicarse a la agricultura, que sus hijos vayan al colegio y se formen, para que no tengan la vida que ellas tienen y romper así el círculo de la pobreza.

Bartolomé Burgos

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Burgos, Bartolomé

    Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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