Las lentejas de Diógenes, por Alberto Eisman

21/01/2010 | Bitácora africana

Dicen que en la antigua Grecia las lentejas eran el plato más humilde, asequible y barato. El sabio Diógenes, en su intento de buscar la sabiduría y la rectitud dejando de lado los honores mundanos, se mantenía casi exclusivamente de estas legumbres en su austera morada. Un día, unos pensadores que habían sido compañeros de juventud de Diógenes y que habían hecho carrera en el régimen le espetaron: «Querido Diógenes, si adularas un poquito al rey, no tendrías que comer lentejas cada día». A lo que el filósofo respondió: «Y si tú aprendieras a encontrarle el gusto a las lentejas, no tendrías que vivir adulando al rey cada día».

He recordado esta historia recientemente, ya que en Uganda el 2011 será año de elecciones y comienza ya a notarse fehacientemente cómo los que aspiran a servir al pueblo sacrificándose en puestos de autoridad comienzan a estar inquietos ante los comicios que se avecinan. En ese frenesí de preparaciones y de cábalas, los posibles candidatos locales no pierden oportunidad de ampliar su popularidad y se prodigan en todo acto social que atraiga a unos cientos de personas; muestran entonces su dadivosidad prodigándose con suculentos donativos, regalos, prebendas y pequeños y grandes favores para con diferentes estamentos sociales.

Hace pocos días le tocó el turno a los periodistas de la región de Lango, donde se encuentra Lira, la ciudad en la que vivo. En uno de los hoteles más lujositos de la ciudad, un magnate –no sé si realmente forrado, pero sí potente de dinero– invitaba a los periodistas de la región (unidos bajo el título de «Asociación Unida de Periodistas») para que asistieran a un cóctel a cargo íntegramente de este político. El organizador de tal evento vino a nuestra emisora y me invitó cordialmente. En un principio, una reunión de periodistas –especialmente dadas las circunstancias de este año tan crucial para el país– me parecía buena y pertinente y me alegré de que se hubiera tomado esta iniciativa.

Desgraciadamente, en el medio de la invitación, el nombre del mecenas aparecía de manera muy clara y, siendo este un personaje muy conocido por sus claras ambiciones políticas, hacía que la reunión se despojara de cualquier rasgo de imparcialidad. Se sabía ya entonces para qué se convocaba a los periodistas; obviamente en aquella reunión iba a haber cualquier cosa menos un debate abierto y a calzón quitado, estaba claro que era un preámbulo de la campaña electoral y el pollo iba a cantar humildemente sus alabanzas delante de un público que él esperaba se convirtiera en su corifeo mediático. Ante tal perspectiva y oliendo los visos sesgados de la invitación, le dije al organizador que lo lamentaba, pero que no asistiría y que los periodistas, si quieren ser tales con un plus de profesionalidad, deberían mantener su dignidad y no dejarse apesebrar de tal manera, ni siquiera al precio de una comida o unas cervecitas fresquitas.

Me quedé con ganas de contarle la historia de Diógenes, una historia añeja y quizás trasnochada con la friolera de dos mil años, pero según mi pobre opinión, de rabiosa actualidad. Al final decidí no decirle nada, ya que vi que el pobre hombre salivaba ya ante la perspectiva de un papeo gratis aunque entre plato y plato se tuviera que tragar algún sapo. Pobre hombre, la próxima vez que me lo encuentre le propondré hacer otro encuentro de periodistas –aunque sea debajo de un árbol y sin viandas mercenarias de por medio– y hablar de uno de los temas periodísticos más importantes: los grandes beneficios que tienen las lentejas para la salud… del alma y del cuerpo.

Autor

  • Alberto Eisman Torres. Jaén, 1966. Licenciado en Teología (Innsbruck, Austria) y máster universitario en Políticas de Desarrollo (Universidad del País Vasco). Lleva en África desde 1996. Primero estudió árabe clásico en El Cairo y luego árabe dialectal sudanés en Jartúm, capital de Sudán. Trabajó en diferentes regiones del Sudán como Misionero Comboniano hasta el 2002.

    Del 2003 al 2008 ha sido Director de País de Intermón Oxfam para Sudán, donde se ha encargado de la coordinación de proyectos y de la gestión de las oficinas de Intermón Oxfam en Nairobi y Wau (Sur de Sudán). Es un amante de los medios de comunicación social, durante cinco años ha sido colaborador semanal de Radio Exterior de España en su programa "África Hoy" y escribe también artículos de opinión y análisis en revistas españolas (Mundo Negro, Vida Nueva) y de África Oriental. Actualmente es director de Radio-Wa, una radio comunitaria auspiciada por la Iglesia Católica y ubicada en Lira (Norte de Uganda).

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