El Partido Nacional de la Umma (en inglés, NUP) y la recién formada alianza de las «Futuras Fuerzas del Cambio» (FFC) están de acuerdo en desarrollar un mecanismo conjunto para alcanzar la unificación de las fuerzas sudanesas de la oposición.
El nuevo paraguas de las FFC, en el que se incluyen 41 grupos de la oposición, nació la semana pasada en Jartum e hizo un llamamiento para que el resto también se les uniera y así lograr alcanzar el objetivo común: el cambio de régimen.
La nueva coalición fue recibida con escepticismo por parte de algunos partidos políticos porque cuenta con algunos miembros islamistas, mientras que otras fuerzas, como los rebeldes del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán/Norte (SPLM-N por sus siglas en inglés), la recibieron sin entusiasmo.
En unas declaraciones conjuntas que siguieron a la reunión entre el NUP y las FFC del pasado martes, ambas partes aseguraron que los mecanismos del trabajo conjunto para lograr que las alianzas políticas actuales cambien deben ser complementarios y no contradictorios.
«Las condiciones actuales del país requieren que (nosotros) resolvamos las crisis del pasado y le neguemos al decrépito régimen la oportunidad (de sobrevivir). El régimen se ha alejado de sus deberes constitucionales y sólo busca aferrarse al poder», declararon.
Ambas partes destacaron la necesidad de coordinar el trabajo de movilización pública con la campaña de «Here are the people» (aquí está el pueblo) que impulsó el NUP el mes pasado para crear un efecto acumulativo que pueda llevar al cambio de régimen y al establecimiento de una alternativa democrática.
En esas mismas declaraciones se dio la bienvenida a las FFC, que se describieron como una «ruptura positiva» que serviría a los intereses de las fuerzas del cambio.
Subrayó también la importancia del serio y responsable trabajo con el que se pretende alcanzar la unidad de la oposición sudanesa gracias a unos mínimos comunes con los que se logren superar los desafíos actuales y determinar las prospectivas de futuro.
En la reunión se dijo que el diálogo interno nacional que se está llevando a cabo en este momento es una mentira, y que no es más que un intento del régimen para ganar tiempo y legitimidad.
En esa reunión también se denunciaron la interminable guerra, el bombardeo a civiles, los desplazados internos en Darfur, Kordofan del Sur y el Nilo Azul, aparte de los desplazamientos forzosos a las zonas de represas del Sudán del Norte. Asimismo, condenaron las largas campañas de detención, los juicios injustos, las violaciones de libertades y derechos humanos, y las restricciones a los medios y a las organizaciones de derechos civiles.
Sudan Tribune