Tanzania acudió el pasado miércoles a las urnas en medio de un ambiente cargado de tensión. En Dar es Salaam se registraron manifestaciones violentas poco después de iniciarse la votación, con jóvenes tirando piedras contra las fuerzas de seguridad y registrándose varios incendios. También hubo manifestaciones en la ciudad sudoccidental de Mbeya y en la ciudad fronteriza de Tunduma. La policía ordenó un toque de queda desde las 18:00 h. en Dar es Salaam. Estas manifestaciones vienen motivadas ante la previsible victoria de la actual presidenta del país, Samia Suluhu Hassan, y su partido Chama Cha Mapinduzi (CCM). Los principales líderes de la oposición fueron descalificados de la carrera electoral.
Además de la movilización en las calles, se produjo un esperado apagón parcial de internet a nivel nacional, lo que dificultó el flujo de información sobre el proceso electoral. La votación ha continuado en todo el país, no obstante estas protestas suponen claros signos de una crisis democrática que ya ha sido denunciada por la sociedad civil, señalando la creciente represión contra la disidencia. La baja participación en algunos centros de votación es motivada, según algunos ciudadanos, a una falta de “competencia real” y a una respuesta represiva del Estado sobre el orden público.
La campaña electoral estuvo definida por la ausencia de rivales reales, pues el principal partido opositor, el Partido de la Democracia y el Desarrollo, abreviado como Chadema, quedó descalificado del proceso y su dirigente más visible, Tundu Lissu, se encuentra detenido bajo cargos de traición, lo que ha avivado las críticas dentro y fuera de las fronteras del país acerca de la represión a la libertad de expresión. La oposición que ha podido concurrir a las elecciones, reducida a agrupaciones menores o liderazgos debilitados, ha denunciado obstrucciones administrativas, el veto mediático, y un clima de represión y control político.
Fuente: Africa news
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