Con las continuas protestas en Marruecos por el grupo GenZ212, a causa del desgaste de los recursos sanitarios y médicos, cada vez existe una mayor presión sobre los partidos para “preservar la estabilidad nacional proponiendo una moción de censura para eliminar la confianza que tienen en el gobierno”.
Una de las continuas demandas de estas protestas era la destitución del primer ministro Aziz Akhannouch, debido a sus numerosas implicaciones en casos de corrupción, malversación de fondos o conflictos de interés. El primer ministro ha decidido no reconocer que sus políticas han sido la razón principal por la cual las protestas han tenido lugar, y en una entrevista con Noufal Al-Aouamla, en Medi1 TV, ha reaccionado ante sus preguntas sobre las manifestaciones de manera arrogante, declarando que “los manifestantes no han pedido ninguna dimisión en el gobierno”.
Una de las soluciones que más aparecen para poner fin a estos momentos de turbulencia política, sería que el rey Mohammed VI ejerza el poder constitucional y “rechace el gobierno actual”, ya que el artículo 96 de su constitución le permite revocar la cabeza de gobierno “disolviendo una o dos de las cámaras del parlamento”. Al mismo tiempo, si se activase este mecanismo, quizás formaría un precedente para que ante cualquier molestia por parte de la población se espere que el rey actúe.
La oposición, conformada por Nabil Benabdallah, el secretario general del Partido del Progreso y Socialismo, así como Abdelilah Benkirane, el secretario general del partido Justicia y Desarrollo, deberían poner en marcha estos mecanismos si realmente quieren mostrar su seriedad sobre “cumplir con sus roles políticos y mostrar a los marroquíes que aún quedan políticos con liderazgo, visión y coraje” que puedan volver a ganar la confianza de la población marroquí y especialmente la joven.
Fuentes: Morocco World News– TelQuel
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