Las clases medias que están cambiando África

29/06/2011 | Crónicas y reportajes

El auge de las clases medias africanas atrae a los inversores extranjeros y favorece los cambios políticos en el continente.

África está en pleno cambio. Por todos lados se contribuye a desarrollar una clase media autóctona, con aumento de la construcción, un fuerte crecimiento demográfico y con políticas económicas sólidas. Esta tendencia interesa realmente a las empresas multinacionales que esperan acceder a los nuevos mercados en pleno crecimiento. Además, la mejora de la situación económica, el cambio en las preferencias de los consumidores, así como el surgimiento de una clase media, podría consolidar la democracia en la zona, aunque no de la misma manera en todo el continente.

Una década de crecimiento económico continuado (entre el 4% y el 7% de media anual en el África subsahariana) se traduce en un aumento del producto interior bruto (PIB) y en ingresos discrecionales que contribuyen al desarrollo de una clase media. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 5,5% en 2011 y de casi el 6% en 2011 para la región. En 2015 el PIB medio por habitante superará los 2.000 dólares (1.389 €) en 22 países subsaharianos, siempre según el FMI. Este nivel es un umbral significativo ya que representa el punto en el que la población comienza a tener apetencia por los bienes de consumo aparte de los que precisa para satisfacer sus necesidades básicas.

Fuerzas políticas

El surgimiento de una clase media tiene importantes implicaciones políticas. Lleva consigo el potencial de transformación de los gobiernos, anima a tener más responsabilidad y a impulsar reformas. En la mayoría de los casos la presión de esta clase es susceptible de provocar la reforma radical de gobiernos autocráticos en un corto plazo (como es el caso de Egipto). De cualquier forma desemboca siempre en un clima comercial más pujante, favorece el acceso al crédito y proporciona mejores servicios. Los ciudadanos que forman la clase media, sobre todo los empresarios que están interesados en las reformas económicas, son más propensos a rechazar la mala gestión de los monopolios del Estado, el exceso de burocracia y la apropiación de las industrias por la élite política.

Los pobres están demasiado ocupados en sobrevivir y los ricos sólo tienen interés en perpetuar su modo de vida. A veces ciertos grupos de clase media mantienen las políticas proteccionistas o la obstrucción sindical a las reformas necesarias (como en el caso de los sindicatos del sector público surafricano), aunque esto también sucede en las economías más desarrolladas del mundo. En general los intereses de la clase media estimulan las reformas económicas y políticas con mayor eficacia que la presión que puedan ejercer otros países, inversores o empresas multinacionales.

Contra poder

Una clase media fuerte también disfruta de otros beneficios políticos. En el mejor de los casos alienta a la sociedad civil y en otros juega un rol de control sobre el poder ejecutivo, constituye un grupo de presión que lleva a la moderación en momentos de tensión política fuerte, como por ejemplo, en los sangrientos días después de las elecciones keniatas de 2007; fueron grupos de la sociedad civil tales como ONGs locales, medios de comunicación, asociaciones comerciales e iglesias quienes forzaron a la élite política a contenerse en sus desmanes.

Con el tiempo una clase media que gana en importancia tiene mejores opciones para rechazar la política autocrática y corrupta que ha caracterizado a la mayor parte de los países africanos después de su independencia. Si la clase media de Nigeria no frena la cultura de corrupción a nivel nacional que hace que el gobierno esté efectivamente en venta, la plataforma comercial de Lagos y de los estados vecinos del suroeste continuará siendo el bastión de la oposición reformadora del partido “Action Congress of Nigeria” (ACN) erosionando el monopolio del partido en el poder. De la misma forma, en Suráfrica, a juzgar por las elecciones municipales de mayo de 2011, el partido “African National Congress” (ANC) que domina el mapa político después de la histórica investidura de Nelson Mandela en 1994 está en trance de perder terreno en provecho de las fuerzas opositoras. Después de medio siglo de violencia, inestabilidad y sufrimiento los principales países africanos podrían estar comprometidos en un futuro político y económico más posible.

Philippe de Pontet y James Clinton Francis

Especialistas en análisis de África para “Eurasia Group”.

Publicado en “Slate Afrique”, el 20 de junio de 2011.

Traducido al francés por Berengere Viennot.

Traducido al español por Juan Carlos Solís Santander.

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