Las autoridades de la República Democrática del Congo han enseñado a los medios, el día 7 de marzo, más de 100 personas arrestadas por supuesta conexión con el frustrado ataque a la residencia del presidente Joseph Kabila, el pasado 27 de febrero.
La nueva cifra oficial es de más de 126 personas arrestadas, muchas más de las 30 que se habían detenido inicialmente por el incidente en Kinshasa, que el gobierno de Kabila describió como un intento de golpe de estado, pero luego negó esa teoría.
También ha aumentado la cifra de muertos durante el ataque, de los 7 iniciales a 19 en el último informe.
“Kinshasa fue víctima de un ataque armado llevado a cabo por elementos problemáticos de fuera del país, con algún tipo de apoyo de cómplices que se encontrarían aquí, en Kinshasa”, explica el portavoz de la policía en un comunicado.
Una base militar, el aeropuerto internacional y una emisora de radio también han sido atacados, y los atacantes planeaban matar al presidente Kabila, según la policía.
Muchas de las personas arrestadas han protestado enérgicamente insistiendo en su inocencia, mientras que el comunicado era leído en la sede de la policía de Kinshasa y tras lo cual, no se permitió a los periodistas hacer ninguna pregunta.
“”Yo no sé nada, yo no sé nada. Yo no soy militar”, decía un hombre. Otro, con una gran herida abierta en su pierna estaba llorando. Al menos había dos mujeres entre las personas detenidas que la policía “expuso” ante los medios.
La RDC sigue sumida en la inestabilidad, 10 años después del final de la guerra que dejó más de cinco millones de muertos, según las cifras oficiales.
Kabila llegó al poder después de que su padre Laurent fuera asesinado en 2001, y después ganó las primeras elecciones democráticas del país, en 2006.
A pesar de haber supervisado un crecimiento económico y animar la inversión extranjera en los vastos y en su mayoría sin explotar recursos mineros del país, Kabila se enfrenta a una creciente impopularidad, con la mayoría de la población viviendo con menos de dos dólares al día.
Sus críticos le acusan de haberse convertido en un gobernante autocrático y haber fracasado en garantizar la seguridad del país. En enero, Kabila impulsó cambios a la constitución del país que se cree que van a aumentar de manera muy significativa sus posibilidades de ser reelegido en las elecciones previstas para finales de este año, 2011, eliminó la segunda ronda de votaciones.
(IOL, 08-03-11)