Jóvenes y mayores, hombres y mujeres de la región de Kivu norte, en el este de la R.D. del Congo, continúan sufriendo los ataques con machetes, hachas y kalashnikovs, de varios grupos terroristas, particularmente: el ADF-NALU.
Sorprendentemente, incluso los soldados de la ONU (MONUSCO) no parecen inmunes a estos ataques terroristas.
Durante 2015, estos terroristas han eliminado a 467 personas pacificas e inocentes y secuestrado a 882 personas más, de las cuales tan solo 162 han podido regresar a sus familias. Según Caritas de Butembo, el paradero de las 720 otras personas secuestradas sigue desconocido.
Los terroristas han cambiado de tácticas. Sus ataques son ahora, no tanto masivos masacres en todo un poblado, sino que son más bien emboscadas a viajeros, quemando coches, mercancía y asesinando a los pasajeros y viajeros que encuentran.
Las consecuencias de estas masacres de simples caminantes, sobre el resto de la población, son deprimentes. La mayor parte de la gente en la región y ciudad de Beni, viven traumatizadas por el asesinato de amigos, familiares o conocidos.
Unas 14.400 familias están desplazadas y sin casa o tierra para vivir dignamente.
El obispo de Butembo-Beni: Sikuli Paluku Melchizedek sigue intentado conseguir alimentos, medicinas y ayuda asistencia que permita a esta población simplemente sobrevivir.
Mientras tanto, los gobiernos locales, regionales o extranjeros, asisten indiferentes al expolio cruel de los minerales de la región por parte de empresas y gobiernos vecinos y extranjeros.
Quizás la población local no tenga fuerza ni para levantar la voz, pero el clamor de tantas injusticias, sobre personas inocentes e indefensas, no deja de resonar y pesar sobre toda la humanidad.
AEFJN. Editado por AFS