La admisión de Marruecos a la Unión Africana (AU) fue un error. En un movimiento, la AU desperdició una oportunidad para desalentar la agresión contra el Sahara Occidental. También demostró como la AU no puede hacer efectivos sus propios estándares y directivas.
Marruecos cumplía fácilmente los requsitos de admisión en la AU. Está geográficamente en África y la entrada fue votada democráticamente. Sin embargo, los requerimientos informales son un problema. La AU no hace ningún esfuerzo para determinar si los candidatos son democracias genuina antes de admitirlos. No se toma acción alguna para comprobar que un candidato tiene capacidad para implementar las políticas y normas democráticas correspondientes.
No es la primera vez que la AU ha admitido a un país sin haber investigado. A Sudán del Sur solo le llevo 18 días desde su independencia ser aceptado en la AU. En ese momento Sudan del Sur carecía de la infraestructura humana y física más básica para implementar las reglas de la AU. Desde entonces se ha convertido en un lastre para la unión.
Es el momento para la AU de mirar más alla de la geografía y el voto mayoritario. Debe empezar a demandar una adherencia estricta a los valores fundamentales democráticos.
Desde el momento en el que Marruecos envió su candidatura, la cuestión del Sáhara Occidental fue ignorada. La AU tiene reputación de llevar una pobre política disciplinaria. No hay ninguna garantía de que vaya a tomar ninguna acción seria contra Marruecos mientras este intensifica su agresión contra el Sáhara Occidental.
Obviando el asunto del Sáhara Occidental, la AU no ha hecho ningún esfuerzo para comprobar la capacidad de las instituciones de Marruecos para implementar las políticas democráticas y económicas de la Unión. Si la AU hubiera investigado a Marruecos, habría encontrado que su ocupación del Sáhara Occidental viola los principios de integridad territorial del Acta Constitutiva de la AU.
Además, la AU debería haber tenido en cuenta que el gobierno Marroquí es famoso por encarcelar a los disidentes tras juicios políticos amañados. El fracaso de considerar los valores democráticos como parte del proceso de admisión a la AU continúa teniendo efectos negativos. La ausencia de condiciones de adhesión estrictas ha impedido a la unión influir en el comportamiento de sus miembros más errantes.
Los estados miembros no solo ignoran sistemáticamente las normás democráticas más básicas, también se han negado a acordar un entendimiento común de estas normas. Incluso en casos donde los órganos de la AU han recomendado sanciones por serias violaciones de los derechos humanos como en el caso de Burundi, algunos estados miembros se han negado a votar a favor de la intervención militar colectiva.
Los estados miembros han mostrado poca intención de cumplir con las funciones democráticas de la AU, y no hay intención de mejorar la Unión más alla del plano retórico.
No es idealista sugerir que los criterios de adhesión a la AU deben ser más estrictos, particularmente en los valores democráticos, expuestos en el Acta Constitutiva.
El panorama de hacer más grande la AU para incluir a la Diáspora Africana presenta a la unión con la oportunidad de tener un proceso de admisión más estricto. Haiti probablemente pedirá otra vez la entrada a la AU y si es admitida podría abrir la puerta a otros paises del Caribe y América Latina.
Si esto pasa, la AU debería investigar cada candidato en un proceso que analice su capacidad y voluntad de cumplir con las normas democráticas.
Babatunde Fagbaybo
Fuente: The Conversation
[Traducción y edición, Fernando Martín]
[Fundación Sur]
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