Más de 250 personas han muerto en varios enfrentamientos tribales por separado, en las remitas partes de la región del Sur de Sudán, Darfur, durante la última semana, según los soldados de la misión de paz en Darfur.
El informe ha destacado la creciente inestabilidad en la región, donde las armas inundan la región para mantener activo el conflicto de cinco años de duración entre el gobierno y los rebeldes, que han intensificado las antiguas rivalidades tribales.
Muchos de los conflictos tribales de Darfur tienen sus raíces en la lucha por el control de la tierra y otros derechos tradicionales.
Pero fuentes de las Naciones Unidas aseguran que las relaciones tribales se han complicado enormemente, con el conflicto de Darfur, que comenzó en 2003, cuando la mayoría de los rebeldes no árabes se levantaron en armas contra el gobierno, acusando a Jartum de negligente con la región del oeste del país.
Los activistas han acusado a Jartum de intentar armar a grupos de algunas tribus que han tomado parte en los recientes combates, para comprar su lealtad, para utilizarles en una contra insurgencia contra los rebeldes y para crear divisiones con los demás grupos con la estrategia de “divide y vencerás”.
Los soldados de la misión conjunta de la ONU y de la Unión Africana, UNAMID, ha informado de más de 100 personas muertas en los continuos combates entre dos grupos de la tribu de Gimir, en los alrededores del pueblo de Saysaban, en el sur de Darfur.
Los enfrentamientos, que empezaron hace una semana, supuestamente estaban relacionados con una disputa por los puestos de la administración local, según un portavoz de la UNAMID.
La fuerza de paz añade que entre 70 y 150 personas más han muerto durante un ataque a la tribu árabe de Habbaniya. Al parecer, ha recibido informes sobre un ataque perpetrado por hasta 500 miembros de las tribus árabes Fellata y Salamat, a los Habbaniya, cerca de la ciudad de Buram, en la zona fronteriza con el Sur de Sudán y la República Centroafricana.
Alrededor de 5.000 personas se han visto obligadas a huir de sus casas, que fueron incendiadas, según los soldados de la UNAMID.
Este ataque supuestamente se produjo en venganza por un anterior ataque de los Habbaniya sobre el poblado de Tomat, el 4 de diciembre de este año, del que resultaron muertas aproximadamente 20 personas.
Se cree que la tribu de Gimir no tiene raíces árabes, pero tiene muchos miembros que se consideran a sí mismos alineados políticamente con los grupos árabes.
Human Right Watch y otros grupos de defensa de los derechos humanos han informado en otras ocasiones de que las fuerzas de los Gimir han luchado junto a las tropas del gobierno. Pero, en una señal de la creciente complejidad del conflicto, el experto en Sudán, Alex de Waal, en febrero, aseguraba que también algunas milicias Gimir se habían unido a las fuerzas rebeldes antigubernamentales del Movimiento para la Justicia y la Igualdad.
Expertos internacionales afirman que más de cinco años de combates en Darfur han matado a 200.000 personas y han desplazado a más de dos millones y medio de sus hogares.
El gobierno de Sudán niega las acusaciones de que sus fuerzas y milicias aliadas estén llevando a cabo atrocidades por toda la región, entre las que se incluyen matanzas y violaciones en masa. Asegura el gobierno que los muertos en estos cinco años son 10.000 y no 200.000 y acusa a los medios de comunicación occidentales de exagerar el conflicto.
En septiembre de 2006, la oficina del alto comisario de Naciones Unidas para los Derechos Humanos difundió un informe en el que se aseguraba que las milicias Habbaniya habían matado a un gran número de civiles en ataques a pueblos cercanos a Buram. El ataque parece haberse llevado a cabo con el conocimiento y el apoyo material de las autoridades del gobierno”, concluyó el informe.
Pero los observadores aseguran que los líderes de Habbaniya también se han resistido a los esfuerzos del gobierno por incluirles en su “contra insurgencia”, en el pasado.
Un oscuro grupo rebeldes de mayoría árabe, de Darfur, el Ejército del Frente Popular Democrático asegura que tiene entre sus miembros a combatientes de la tribu Habbaniya.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 15-12-08)
