El presidente Pierre Nkurunziza se ha negado a aceptar un plan de paz de la Unión Africana (UA), alegando que eso equivaldría a una invasión.
Los ministros de Exteriores de la UE declararon el pasado lunes que estaban dispuestos a reforzar las sanciones económicas a Burundi tras el fracaso de las negociaciones para poner fin a una crisis política en el país de África central, en el que más de 440 personas han muerto.
Las Naciones Unidas han advertido en repetidas ocasiones a Burundi sobre no volver a caer en un conflicto étnico, más de una década después de una guerra civil que mató a 300.000 y añadieron que tiene informes de fosas comunes y violaciones en masa por las fuerzas de seguridad.
Pero el presidente Pierre Nkurunziza, cuya decisión en abril pasado de presentarse a un tercer mandato ha disparado nueve meses de violencia, se ha negado a aceptar un plan de paz de la UA, diciendo que equivaldría a una invasión.
Según un comunicado de los ministro de la UE, dado a conocer durante una reunión en Bruselas, «la UE está dispuesta a imponer medidas restrictivas contra aquellos cuyas acciones podrían haber dado lugar, o podrían dar lugar, a actos de violencia, represión y graves violaciones de los derechos humanos».
La UE impuso el año pasado la congelación de activos y la prohibición de viajar a cuatro funcionarios cercanos a Nkurunziza que fueron acusados de usar excesiva violencia durante los enfrentamientos en el período previos a la reelección.
Sin embargo, la Unión Europea, el mayor donante de ayuda a Burundi, aseguró que no suspendería la ayuda a uno de los países más pobres del mundo, aunque muchos de los fondos están siendo desviados directamente a las agencias humanitarias en lugar de al gobierno.
La UE tenía la esperanza de que, al invitar a funcionarios de Burundi a Bruselas para mantener conversaciones formales, pudieran trazar un venturoso camino para las nuevas elecciones, pero las conversaciones del 8 de diciembre no pudieron llegar a buen fin.
La situación se mantiene estancada y es probable que empeore a medida que la economía se vaya debilitando, creen los ministros de Exteriores de la Unión Europea.
Burundi es un país con una mezcla étnica similar a la de su vecina Ruanda, donde 800.000 personas murieron en el genocidio de 1994. De acuerdo con la agencia de refugiados de la ONU, ACNUR, casi un cuarto de millón de personas han huido de la violencia en Burundi y otros 25.000 son desplazados dentro del país
sabc.co.za (Sudáfrica)
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