La predicción de un joven poeta sudanés sobre su destino se hizo realidad el pasado mes de agosto cuando se ahogó en el Mediterráneo. Abdel Wahab Yousif, más conocido como «Latinos«, murió cuando una lancha neumática repleta de inmigrantes africanos se hundió en el mar poco después de zarpar de Libia rumbo a Europa.
Latinos eran bien conocido entre la joven generación de fanáticos de la poesía en Sudán. El cóctel de privaciones que había soportado en su corta vida coloreaba sus versos con espesos matices de melancolía.
Nacido en Manwashi, sur de Darfur, en el seno de una familia pobre, Latinos logró, contra viento y marea, abrirse camino a la Universidad de Jartum. Pero ni siquiera la licenciatura que obtuvo en la Facultad de Economía le abrió una ventana de esperanza. Como decenas de jóvenes de Darfur su último recurso fue Libia, una puerta a través de la cual sucesivas oleadas de africanos continúan enfrentando todos los peligros con la esperanza de llegar a salvo a las costas europeas.
La trágica muerte de Latinos el pasado mes de agosto provocó conmoción entre sus amigos y fanáticos de la poesía en Sudán. Además de la tragedia, se dieron cuenta de que la forma en que murió fue una demostración perfecta de un escenario que se describió en su verso reciente:
Morirás en el mar.
Tu cabeza mecida por las rugientes olas,
tu cuerpo meciéndose en el agua,
como un barco perforado…
Poemas de Abdel Wahab Yousif
«Morirás en el mar.
Tu cabeza mecida por las rugientes olas,
tu cuerpo meciéndose en el agua,
como un barco perforado.
En la flor de la juventud te irás
antes de cumplir los 30 años.
Salir temprano no es una mala idea;
pero seguro lo es si mueres solo
sin que ninguna mujer te llame a su abrazo:
“Déjame abrazarte en mi pecho,
Tengo mucho espacio.
Déjame lavar la suciedad de la miseria de tu alma».
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«Huiré de una patria azotándome la espalda con latigazos día y noche;
de una mujer que no sabe cómo alimentar mi alma con el néctar de su cuerpo.
Huiré de todo
para abrazar con indiferencia la muerte».
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«Estás destinado a ir;
hoy, mañana,
o al día siguiente.
Nadie puede detener la pesada rueda de la destrucción
corriendo sobre el cuerpo de la vida.
Todo es en vano.
No vendrá ningún salvador de último minuto
a rescatar el cuerpo del mundo.
Todo es en vano.
Sin destello de luz
para espantar la oscuridad.
Todo está muriendo:
el tiempo, el idioma.
Carcajadas. Sueños.
Canciones. Amor. Música.
Todo en vano.
Todo se ha ido
excepto un vacío violento,
cadáveres envueltos en un silencio melancólico
y un fuerte aguacero de destrucción».
Fuente: arablit.org – Poemas y fotografía extraidos del Facebook de Maribel Méndez, bibliotecaria del Instituto Cervantes
[Fundación Sur]
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