La tradición culinaria, celosamente conservada y transmitida de generación en generación de Marruecos, se enfrenta ahora a los retos de la estandarización impuestos por los estilos de vida extranjeros.
En muchos sentidos, el ritmo frenético de la vida contemporánea, junto con los imperativos de la rápida globalización, han afectado significativamente los hábitos alimenticios de los marroquíes con el riesgo de que el país pierda una pieza central de su identidad: el antiguo arte culinario.
Para la nutricionista, Asmaa Zriouel, el estilo de marroquí es de tipo mediterráneo y es conocido por sus beneficios dietéticos, como un régimen pleno y saludable, ya que reduce el riesgo de diferentes enfermedades, incluyendo la obesidad en los niños.
En una declaración a menara.ma, deplora la alarmante escala de cambios por los que está pasando esta dieta bajo la influencia de los rápidos cambios en los estilos de vida, marcados por la occidentalización, la estandarización dictada por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, y asegura que estos estilos de vida extranjeros invaden todos los segmentos de la sociedad a través de técnicas que manipulan la opinión pública.
«Estimulan el modo de consumo y comercialización de productos occidentales a menudo perjudiciales para la salud (patatas fritas, margarina, refrescos, comida rápida …), que son los alimentos sin valor nutricional», asegura.
Las franquicias y cadenas de comida rápida han afectado a la forma de vivir marroquí y se han convertido en un punto de atracción que, como un imán, atrae a personas de todas las edades a descubrir este nuevo mundo, señaló.
También explicó que los cambios debidos al acceso de la mujer al mercado de trabajo y la adopción de la jornada continua, «impiden que las familias coman en casa entre el mediodía y las 14h y que se lleven al trabajo alimentos por lo general de rápida preparación y de muy mala calidad nutricional».
«Esta dieta rica en calorías, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer, sobrepeso, diabetes y engorda a los niños, lo que puede llegar a favorecer la aparición de generaciones enteras de enfermos, advirtió.
Ella aconseja hacer más ejercicio, alejarse del consumo de comida rápida y promover los alimentos completos y naturales, mientras se varían los menús para volver a conectar con el auténtico menú marroquí y una dieta equilibrada que consiste principalmente en «aceite de oliva, granos enteros, verduras, frutas y pescado ….”
En cuanto a la dieta, «los marroquíes se encuentran en una fase de transición» ha observado que, examinando la tasa de obesidad no queda duda de que ésta supera el límite, pero los marroquíes están en riesgo de contraer la diabetes tipo 2 si no equilibran su tipo de alimentación.
Por su parte, el chef El Hadi, lamenta la desaparición de diferentes platos de la mesa de Marruecos, con el argumento de que la apertura sobre lo que viene de fuera no significa abandonar su propia cultura, hay que abrirse a cocinas extranjeras, pero preservando nuestra identidad culinaria.
«Los papeles se han invertido, ya que en el momento en el que los occidentales se dieron cuenta de las virtudes de la dieta marroquí, nuestros compatriotas se alejaron de sus tradiciones consumiendo más y más productos industriales a ajenos nuestra cultura», subrayó.
«Antes, la gente se tomaba su tiempo para cocinar con productos frescos y naturales, a diferencia de hoy en día con la industrialización, las prisas (la olla a presión) y el congelador (productos congelados) que han impactado en nuestro estilo de vida», se lamenta la nutricionista. Los restaurantes también contribuyen a este cambio, favoreciendo los platos occidentales como lo demuestran los menús a los clientes, «la mayoría de los platos que proponen son ajenos a nuestra cocina”.
Los platos de temporada son otra característica de la cocina marroquí también en peligro de extinción, informó. «En Marruecos, cada temporada es conocida por ciertos platos. Hoy en día, con el desarrollo de las técnicas agrícolas e las importaciones, todos los productos están disponibles en el mercado durante todo el año, pero con una peor calidad . “Las nuevas generaciones no tienen esta cultura de platos de temporada», argumentó.
Tal es el caso de Nadia, funcionaria y madre de tres hijos, que tiene que lidiar diariamente para que sus hijos coman verduras y legumbres ya que prefieren hamburguesas, patatas fritas y pizzas con kétchup y mayonesa.
Mientras que el sector de la restauración está en pleno auge con las franquicias, la cocina marroquí, clasificada entre las mejores cocinas del mundo, continúa su lucha por la supervivencia y para preservar su carácter auténtico, sus sabores, riqueza y sus virtudes nutricionales.
menara.ma
Fundación Sur
