La solución diplomática es preferible, pero hoy esto no está claro, estamos en un punto muerto. El mediador de la Unión Africana, el primer ministro de Kenia Raila Odinga, se ha desanimado por la situación, acusado por el bando de Gbagbo de parcial. Además, la reunión de los jefes de Estado Mayor de loa países de la región en Bamako, capital de Mali, la semana pasada, no ha arreglado las cosas, por haber optado por la utilización de la fuerza para retirar a Gbagbo de la presidencia de Costa de Marfil.
Los jefes de estado y de gobierno de la región se reúnen el día 24 en Bamako para tomar una decisión política. El día 22 volvían los ministros de Finanzas de la Unión Económica y Monetaria del África Occidental, ECOWAS, que han discutido sobre si Laurent Gbagbo puede continuar teniendo acceso a los fondos marfileños del Banco Central de Estados del África Occidental. La situación es confusa y se va a complicar con la toma de todas estas decisiones.
Es verdad que cuando dos elefantes se pelean es la hierba la que sufre, la población local es la que lleva la peor parte de esta situación y la que sufre sus efectos. Por ejemplo, a nivel económico, la bolsa de cebollas que hasta ahora costaba 11.000 francos CFA, ahora cuesta 25.000. El día 21, la naranja costaba 500 francos CFA. En el barrio Abobo, de Abiyán, el toque de queda se ha ampliado una vez más, aunque esta vez comienza a las 21.00 horas. Los maquis, los restaurantes del barrio, están parados, por lo que muchos han perdido su medio de subsistencia.
La llamada de la oposición para una operación de “país muerto” se ha seguido de manera desigual e irregular. Esto depende de la tendencia política de la región. En el barrio de Abobo, se ha seguido por lo general, y quien no quería hacerlo, se ha visto obligado a ello: no hay transporte, por lo que muchos se ven obligados a desplazarse a pié, las tiendas están cerradas, los pequeños comerciantes tenían miedo de exponer sus productos y los precios han subido terriblemente. Las escuelas a veces están abiertas y a veces cerradas, por lo que los estudiantes están desorientados. Desde finales de año, en el barrio Abobo están sin teléfono ni internet. Afortunadamente, hay teléfonos móviles, aunque no siempre están disponibles y accesibles las redes telefónicas.
(Corresponsal en Abidjan, 22 de enero 2011)
