En los últimos años, el consumo de carne roja en Túnez ha experimentado una notable disminución, reduciéndose de 9,5 kg anuales por persona a 8,3 kg en la actualidad. Para muchos tunecinos, la carne roja se ha convertido en un lujo inaccesible. En ciertas regiones, los precios pueden alcanzar los 50 dinares por kilo (14,74 €), una cifra prohibitiva para la mayoría de los consumidores. La inflación desenfrenada y la especulación en los mercados han elevado significativamente los costos, alejando este alimento básico de la mesa de muchas familias. A esto se suma una gestión ineficaz del sector, incapaz de estabilizar los precios y asegurar una distribución justa. El poder adquisitivo de las familias tunecinas ha sufrido un deterioro considerable en los últimos años. En 2018, una familia promedio destinaba alrededor de 1065 dinares anuales (314,13 €) en la compra de carne roja y aves. Hoy, ante el aumento del costo de vida, muchas familias se ven obligadas a reconsiderar sus prioridades alimentarias, optando por alternativas más asequibles y dejando la carne roja fuera de su dieta regular.
Lotfi Riahi, presidente de la Organización Tunecina para Informar al Consumidor (OTIC), ha instado a las autoridades a intervenir para regular los precios de la carne roja antes de Eid Al-Adha. Esta propuesta busca reducir los precios de los corderos de sacrificio, cuyos costos han escalado hasta niveles inasequibles para el ciudadano promedio. La producción nacional de carne roja en Túnez es de 127.000 toneladas anuales, insuficiente para cubrir una demanda estimada en 130.000 toneladas. Esta brecha se agrava debido a problemas estructurales, como la disponibilidad de ganado y la competencia con países vecinos como Argelia.
Los ganaderos tunecinos enfrentan desafíos significativos, incluyendo la gestión de recursos, altos costos de producción y dificultades para acceder a mercados rentables. La insuficiente producción tiene un impacto directo en los precios, haciendo la carne roja aún más inaccesible. Según Tunisie Numérique, el sector necesita modernizarse y una mayor inversión para responder adecuadamente a la creciente demanda y estabilizar el mercado. Los profesionales del sector claman por una reforma integral para frenar esta tendencia decreciente. Según ellos, es esencial revitalizar la producción mediante inversiones específicas, controlar los precios a través de una mejor gestión de los recursos y revalorizar el oficio de carnicero mediante formación y modernización de prácticas.
Autor: Mohamed Ben Abderrazek
Fuente: Tunisie Numérique
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]
