Aminata Sidibé formó su familia en Costa de Marfil en 1960, el mismo año de la independencia del país. A día de hoy, otras tres generaciones de su familia le han seguido pero todavía no han aceptado su nacionalidad. Al igual que miles de fulanis, están atrapados por las barreras legales que los ponen en riesgo de considerarse apátridas.
Aminata Sidibe es extranjera en su propia tierra. Se casó en 1960, y 59 años después siguen intentando obtener la nacionalidad. Las autoridades en Costa de Marfil consideran que la familia de Sidibe es de Burkina Faso ya que no les basta con que sus hijos y su gran familia haya nacido en Costa de Marfil. Por otro lado, Burkina Faso tampoco se hace cargo de ellos por llevar tanto tiempo fuera del país.
Sidibe ha indicado: “Dios vio que mis padres vivieron aquí, que yo nací aquí y me casé aquí. He tenido a mis hijos y mis hijos han tenido hijos en este país. Si la gente dice que no soy de aquí, ¿qué puedo hacer?”.
En todo el mundo hay millones de personas apátridas que se enfrentan a toda una vida de desigualdad e impedimentos a los derechos básicos como la educación, la atención sanitaria, el empleo y la libre circulación.
Como muchas familias fulani, la familia Tall se dedica a la cría ganado pero no puede poseer tierras, sus derechos de pastoreo son generalmente acuerdos privados con los propietarios originales, lo que no confiere la propiedad legal real de la tierra. Esta familia tampoco puede solicitar trabajos formales, abrir cuentas bancarias ni obtener el carnet de conducir.
Cuatro generaciones de la familia de Amanita son apátridas y, aunque nacieron en Costa de Marfil, no tienen derecho a la ciudadanía, la cual se confiere únicamente a las personas cuyos padres ya tienen la nacionalidad.
El hijo de Sidibe ha explicado que ese es el país en el que vive y si no tienes documentos legales, estás excluído de muchas oportunidades, no eres nadie.
ACNUR colabora con las autoridades de Costa de Marfil para acabar con esta situación pero aún existen muchas personas que se encuentran en esta especie de limbo jurídico. El proceso de naturalización en Costa de Marfil es complejo incluso para las personas con certificado de nacimiento. Muchos Fulani no tienen una educación formal y no pueden leer, lo que dificulta aún más el proceso legal.
Fuente: Africa News
[Edición y traducción, María Murillo Luque]
[Fundación Sur]
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