“La riqueza que África me ha dado es incalculable”

31/07/2009 | Crónicas y reportajes

Pedro Pérez ha viajado con Dentistas Sobre Ruedas a Mauritania y Senegal durante un mes. Es protésico dental.

Desde que Pedro Pérez, un viajero incansable gaditano, de 36 años, conoció Senegal, en 2007, algo se quedó rondando en su mente. Le picó ese bichito imaginario que es “descubrir la verdadera África Negra”. Nada que ver con la que presentan los medios europeos. Una picadura de la que uno ya nunca se cura. “Tú vas allí y lo que tú puedas hacer o dar no es nada comparado con lo que ellos te dan a ti, con lo que aprendes. Yo he ganado mucho más de lo que pueda haber dado”. Sus amigos bromean porque aprovecha cualquier ocasión para lanzarse de cabeza a proyectos relacionados con África. Menean la cabeza diciendo “África le llama”. Él insiste en que la riqueza que África le ha dado no se puede calcular en dinero, “es de un valor que no se puede comparar al dinero”.

Pedro es protésico dental en Madrid. Cuando estaba sondeando qué hacer para volver a África, cayó en sus manos una entrevista titulada “Un dentista solidario”. Era de alguien que había viajado a Mauritania y Senegal, con la organización Dentistas Sobre Ruedas. Le faltó tiempo para ponerse en contacto con ellos.

Pedro Pérez en Mauritania

No se trata de un viaje exótico con todos los gastos pagados, tampoco era eso lo que Pedro buscaba. Los dentistas, enfermeros, protésicos y demás profesionales que forman el equipo se pagan su viaje; cuando no se les proporciona alguna estancia donde alojarse o la comida, lo pagan a escote entre todos “aunque allí la manutención no supone nada”, explica Pedro, por el precio tan bajo para un europeo de la comida en estos pueblos del África Occidental. Pedro pidió una excedencia en su trabajo de un mes, se pagó los viajes, los seguros… Y se fue a trabajar jornadas de hasta más de 14 horas. Igual que él, el resto de voluntarios y socios de Dentistas Sobre Ruedas y la asociación AKABA, que este año se ha sumado al viaje con proyectos medioambientales.

Dentistas Sobre Ruedas surgió en Barcelona. Dos jóvenes, uno de Barcelona y otro de Mallorca, mientras estudiaban en la universidad para convertirse en dentistas, tenían la idea de ir a trabajar a los lugares más desfavorecidos, aquellos a los que nunca hubiera llegado un dentista. A la vez que sacaban adelante sus estudios, hicieron todo el trabajo previo de desarrollar la idea, realizar un estudio previo para seleccionar el destino, buscar donantes, hasta que al cabo de los años lanzaron el primer proyecto.

Empezaron a funcionar como organización en 2007. Su sede principal se encuentra en Puerto Pollença, Mallorca, también en Barcelona. En el primer viaje se embarcaron 8 personas. Llevaron un camión – clínica móvil, con un gabinete dental completo montado. Los lugares finalmente seleccionados fueron un pueblo de Mauritania, Maghama, 450 kilómetros al sur de Nuakchot, y Lompoul, al norte de Senegal. La expedición duró dos meses.

En 2009, aunque la expedición duró dos meses, Pedro sólo fue uno. Los dos meses consisten en 15 días de bajada con los camiones, un mes trabajando y 15 días de subida en los vehículos. Del mes, estuvieron 15 días en Mauritania y 15 en Senegal. “Yo fui en avión hasta Nuakchot y volví en avión desde Dakar, estuve sólo los 30 días de trabajo. La mayor parte de la expedición nos volvimos en avión desde Dakar. Se quedaron algunos voluntarios y socios para subir los camiones”.

La idea es que con las clínicas móviles los dentistas se puedan acercar hasta los poblados más alejados de la asistencia sanitaria de los grandes centros urbanos. Llegar a esos lugares, sobre todo a Maghama, que está en pleno desierto, sin carreteras, es difícil. El alcalde del pueblo, Isfra, que se puso en contacto con Dentistas Sobre Ruedas para ofrecerles su pueblo y alrededores como destino, les esperó en Nuakchot para ir en el camión a Maghama “¡y hasta él se perdía!”. La prioridad de la organización son los niños. También se le da mucha importancia a la prevención, la formación y el desarrollo.

El dinero para el proyecto ha salido de un duro trabajo consiguiendo subvenciones, ayudas y donaciones. De momento casi todas ellas de compañías privadas y de la administración de Cataluña y Baleares. Cada año el proyecto se amplía. Aprovechan el viaje para llevar otros proyectos asociados como el de la asociación AKABA, este año, con la creación de un huerto y la implantación de un programa de recogida y gestión de basuras en Maghama. Para ello han llevado un camión de basura, carretillas y otros utensilios necesarios, el equipo encargado de ello lo pone en marcha, en estrecha colaboración con los habitantes del lugar, para que continúen desarrollándolo ellos mismos. Se han creado 8 puesto de trabajo en Maghama y la iniciativa fue de Isfra, su alcalde.

Una ONG que no es “sanguijuela”

En 2008 se llevó por primera vez un equipo de protésicos dentales. Tras haber comprobado la necesidad de proporcionar dentaduras postizas a las personas que ya no tenían apenas dientes, la organización buscó los medios para trabajar ese campo. Viajaron 30 voluntarios, que fueron con 6 camiones. Así, se convirtieron en la primera ONG que hace prótesis dentales en África. No porque sea algo secundario para el resto de los sanitarios, Pedro cree que es por las altas temperaturas, que a veces superan los 50 grados. Para su trabajo se utiliza cera y por la falta de instalaciones aclimatadas, la cera se derrite y se deforma.

En 2008 hicieron 50 dentaduras. En 2009, han hecho 132. “Una gota en un océano, hay mucha más gente que lo necesita, pero no da tiempo a más”. En 2009, la expedición contaba con nueve camiones y casi 80 voluntarios que atendieron a alrededor de 1.000 personas en total.

En 2008 se donó una ambulancia a Maghama y un camión-clínica móvil al gobierno de Senegal. “A cambio, el gobierno de Senegal nos donó 2.500 metros cuadrados en el pueblo, para que montemos allí un centro de formación bucodental y una clínica dental”.

En noviembre de 2009, van a volver 6 meses, para centrarse en la formación en Maghama. “Hay que formar a la gente, hemos hecho formación cuando hemos estado allí, pero es muy poco tiempo y la formación que tienen ahora es demasiado básica. Nosotros dejamos material, pero necesitan más formación para trabajar cuando no estamos. Por eso queremos ir un periodo largo para que haya continuidad, para enseñar no sólo a retocar las prótesis, sino también a hacer una. También conocimientos básicos de enfermería”. Además de los dentistas y protésicos, la asociación AKABA volverá para supervisar y ampliar los proyectos de la recogida de basuras y un sistema de riego para el huerto que plantaron.

Las donaciones de los años anteriores, allí siguen en perfecto estado y funcionando. Se donó a Santée Sans Frontieres, de Nuakchot, una ambulancia que ellos la utilizan ahora. “Se le donó a esta gente porque siempre se quiere trabajar en colaboración con las otras organizaciones que haya allí y que colaboran con las autoridades de los sitios donde trabajamos”.

En 2008, en Senegal, donde hay una campaña muy fuerte contra las ONG, a las que llaman “sanguijuelas”, Dentistas Sobre Ruedas fue considerada como la ONG por excelencia, por parte del gobierno. “El ministerio consideró que el movernos en camiones, es una idea muy buena, porque así podemos llegar a las poblaciones rurales, que no se desplazan a las ciudades, por falta de medios, para tener asistencia sanitaria. En lugar de moverse ellos, nosotros vamos hasta ellos. Eso les gustó a los del ministerio de Sanidad de Senegal y somos la ONG más reconocida, por la forma de trabajar”.

“El terreno de 2.500 metros, de momento está allí. Se quiere llevar a cabo un concurso para que arquitectos diseñen un centro de salud con unas bases que proponga la ONG: gabinetes dentales, centro de curas, laboratorio dental, dormitorios, duchas, comedor, etc. Eso está ahí, en proceso”. Este año, los voluntarios lo han usado para alojarse en jaimas.

Más que medios necesitan sensibilización

En Maghama había un hospital totalmente abandonado, es lo que Isfra quería reactivar cuando contactó con los dentistas catalanes. De esa clínica cedieron una sala a la ONG donde “pusimos un gabinete dental con equipo de rayos, autoclave y el sillón dental, con todo lo necesario para trabajar y eso se quedó allí, está perfectamente conservado. Ahora, trabajamos allí aparte de en los camiones dentales móviles que llevábamos. Luego nos cedieron otra sala que utilizábamos como sala de extracciones. Y después otra que era la enfermería”.

Este año han dejado dos ambulancias más en Mauritania, y el “basurilla” como llamaban al camión de basura. En Senegal han dejado el camión que es buque insignia de la organización, el Máximus, con dos gabinetes dentales completos en su interior. Para cuando vuelvan el próximo año tendrán allí el camión de 2008 y el Máximus, sin perder el tiempo de bajarlo conduciendo desde España, tiempo que pueden emplear en la asistencia.

“Hemos comprobado, tanto en Maghama como en Lompoul, que hay una cantidad de caries impresionante. Por todo un poco, falta de salud, falta de higiene y de medios, además de la alimentación, que comen poca fruta, sobre todo en el desierto… y encima hemos visto que cada vez han ido llegando más productos industriales, como bollería industrial y otras cosas que están muy azucaradas”. “El que las mujeres se descalcifiquen con el embarazo, o los motivos por los que tienen tan mal los dientes, te lo explicaría mejor un dentista, que yo, que soy protésico”. A pesar de que la falta de medios es importante, lo que de verdad hace falta es sensibilización. La educación de los niños en cuanto a la higiene dental.

“En Maghama, el alcalde, a cambio de nuestra ayuda, nos ofreció la azotea de su casa, la casa donde él vive con su familia, que son 30 o 40 miembros, para que durmiéramos y dejáramos nuestras cosas. En esa azotea dormíamos 40 personas. Además, tres mujeres del pueblo nos hacían la comida”. Ni el mejor hotel del mundo impactaría tanto a Pedro como aquella azotea perdida en el desierto, no encuentra palabras para describir lo bien que se dormía arropado por millones de estrellas.

De los casi 80 voluntarios que han viajado, nunca se ha juntado un equipo mayor de 40 personas, unos llegaban y otros se tenían que volver a España. La mayoría de ellos han viajado o a Maghama o a Lompoul solamente. Además de los voluntarios que viajan a África, hay muchísimos más que trabajan entre bastidores en Barcelona y Mallorca para organizar, asistir, financiar…

Sistema de trueque

La asistencia de Dentistas Sobre Ruedas no es gratuita del todo. A los pacientes se les pide que a cambio realicen algún trabajo voluntario para la comunidad, en el marco de sus proyectos. Introdujeron un sistema del trueque, “la gente que iba a trabajar, tanto recogiendo basura, haciendo de intérprete, limpiando la zona del hospital…” se le daba el carnet de voluntario y se hacía una hoja de citas, en la que ellos tenían la asistencia asegurada. “Si les dabas cita a las 4, ¡a la 1 ya estaban allí!”.

Las colas que se forman para ser atendidos por los dentistas son tan inmensas que la policía debe intervenir para poner orden. Llevan un año esperando y conforme pasan los días se ponen nerviosos, porque, o logran que les vea un dentista ahora, o deben esperar al año siguiente. Esto es lo que pretenden evitar DSR con la formación.

Es curioso que lo que más se ve son mujeres, son las que van a todo como voluntarias, “¡con mil niños siempre alrededor!”, “pero a los hombres ¡no se les veía!, bueno, excepto el día que organizamos un partido de fútbol de voluntarios contra el pueblo, que allí estaban todos”. Estaba todo el pueblo: hombres mujeres, viejos, niños, policías, el alcalde… “Ahí vimos cuántos eran en realidad”. En el mismo tono amistoso del partido, que los dentistas perdieron estrepitosamente, les dieron “un pequeño correctivo” a los hombres, y “a partir de ahí empezó a ir mucha gente a trabajar”.

partido en Maghama

“El primer día teníamos una lista, que había hecho el alcalde, de unos 100 voluntarios para el huerto y la recogida de basura. Creo que aparecieron 4 o 5 mujeres. Estaban todos en la cola de la clínica esperando para ser atendidos. Así que el día del partido de fútbol les explicamos lo del sistema de trueque”.

En Senegal, el sistema de trueque se hacía igual, pero aquí no había servicio de recogida de basuras ni huerto. El proyecto en Senegal es íntegramente sanitario. Los voluntarios colaboraban como intérpretes, poniendo orden en las colas, limpiando, cocinando… Todos ellos tenían el carnet de voluntario. Además allí se implantó el trueque de alimentos. “El alcalde no nos daba ni el alojamiento ni la comida, como en Maghama. Teníamos las jaimas, pero la comida nos la pagábamos nosotros poniendo un fondo, la gente nos llevaba gallinas, zanahorias, cosas así. En ningún momento se acepta dinero”.

Así han tenido voluntarios que se han convertido en parte del equipo, como por ejemplo Aissata. “Aissata es una persona fundamental. Ella el año pasado se desplazó más de 200 kilómetros para ser atendida. Llegó con un problema dental horroroso. Se le tuvieron que hacer muchísimas extracciones. No se le pudo hacer la prótesis, porque aparte de los puntos tenía muchas infecciones y lo tenía todo hinchado. Así que tuvo que esperar al año siguiente. Tenía poco más de 40 años. Cuando llegamos a Nuakchot, ella nos estaba esperando allí y ya fue una más durante todo el viaje”.

Era un miembro más del equipo. Se le hizo la exploración, tenía la boca en buen estado y se le hizo la prótesis. “Le cambio la cara, qué digo la cara, ¡le cambió la vida!”. En agradecimiento, dejó a sus hijos con alguien y estuvo el mes y medio con los dentistas. Incluso acompañó a los camiones para arriba hasta volver a su pueblo en Mauritania. Básicamente era intérprete, pero también ayudó mucho poniendo orden, además de muchas otras cosas, “cocinaba, hacía de todo”. “Con los problemas en la frontera o cualquier cosa, ahí estaban Aissata y Antouan”.

Antouan, de 14 años, también estuvo los dos meses con la expedición. El año anterior, su padre contacto con los españoles para que se llevaran a su hijo con ellos durante los dos meses y que aprendiese. Este año volvió encantado. Antouan hablaba mucho en cualquier idioma que se le plantase por delante. Hacía de traductor, hacía recados con la mayor eficacia, ponía orden en las filas… “es muy espabilado… fundamentales… los dos han sido fundamentales”.

¿Cómo se vive sin apenas agua?

En Maghama, un pueblo del desierto, los dentistas sobre ruedas han aprendido muchas cosas fundamentales. La más importante: la vida cotidiana sin agua.

“Bueno (ríe) lo que es el aseo personal lo hacíamos como ellos, nos daban tres dedos de agua en un cubo, cada 4 o 5 días, y con eso te duchabas. A mí el primer día me faltó agua, la segunda vez que me duché me sobró. Porque te haces, te tienes que meter en su mundo y entiendes que no se puede tirar el agua”. “Desde luego si quieres, les pides otro cubo de agua y seguro que a nosotros nos lo darían, pero nadie lo hace”.

Cada uno de esos cubos de agua lo saca una niña de entre 7 y 11 años. De un pozo a 40 metros de profundidad, “como para que tú llegues luego ¡y te lo gastes en un segundo!”.

Senegal es diferente. “Allí no había problemas de agua, entre comillas, porque es África, pero nosotros teníamos duchas y aseos, lo necesario. De todas formas estábamos concienciados, porque allí también hace mucha falta el agua, el agua potable”.

Algunos voluntarios de DRS

Dentistas Sobre Ruedas, www.dentistassobreruedas.org , tiene una cuenta bancaria donde se pueden hacer donaciones:
Banca March: 0061 0092 93 0094160115

Fundación Sur

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