El organismo panafricano se lanza a una reforma profunda, para lograr la autonomía financiera; pero los estados se resisten a ceder soberanía.
¿Qué es la Unión Africana?
La UA sucedió, en 2002, a la OUA como la realización del ideal panafricano de un África Unida. Hasta ahora se ha mostrado bastante ineficaz. Siempre ha tenido problemas de financiación y quizás sea esta la principal razón por las que sus decisiones no se ponen en práctica. En consecuencia los Estados miembros no se la tomen en serio, los africanos no confíen en ella y carece de credibilidad en el exterior.
¿Hay posibilidad de reformarla?
Esto es lo que concluye un informe promovido por el presidente de Ruanda, Paul Kagamé: una reforma profunda es necesaria y urgente, aunque encuentra obstáculos difíciles de superar, debido a que los estados más fuertes no quieren perder soberanía. El informe fue aprobado por todos los jefes de gobierno pero su aplicación no encuentra el camino.
¿Podrías especificar algunos de los obstáculos que encuentra la reforma?
El problema fundamental de la UA es la financiación. Para que consiga su autonomía económica se ha propuesto una tasa del 0, 2% a algunas importaciones; ese dinero iría a financiar la UA. Pero algunos países, entre ellos Suráfrica, se muestran reticentes. Sólo 13 de los 44 países africanos están aplicando dicha tasa.
Kagamé propone también que cada país contribuya con un mínimo de 170.000 euros anuales y endurecer las sanciones a los países que no cumplan. Hasta ahora el régimen de sanciones a los morosos era muy relajado. El retraso permitido de dos años se reduce a un año y los deudores no podrán intervenir en las cumbres de la UA.
¿Se ha conseguido algún avance real en estas últimas cumbres?
Se ha podido avanzar en el proyecto de creación de una Zona de Libre Comercio Continental. Cinco países más se sumaron al acuerdo, entre ellos Suráfrica. Quedan sólo seis países por firmarlo, entre ellos Nigeria. El hecho de que la firma de cada país tenga que ser ratificada por su respectivo parlamento retrasa el proyecto.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame insiste en que se implementen las decisiones que se van tomando. Para ello se ha nombrado un comité de implementación de las resoluciones que se van acordando, compuesto por cuatro mujeres y cinco hombres, todos ellos expertos en economía y política.