Tombuctú, en el norte de Malí, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, sufrió, entre abril 2012 y enero 2013, la invasión de fuerzas yihadistas. Aqmi (Al-Qida en el Magreb Islámico), Ansar eddine (los partidarios de la religión) y Mujao (Movimiento para la Unicidad y el Yihad en África Occidental) habitualmente rivales, se unen para destruir los mausoleos de los “santos” musulmanes que dan fama a la “ciudad de los 333 santos”. Acusando a los habitantes de practicar la idolatría, al acudir a los mausoleos o tumbas de los walis (protectores), a pedir favores o a dar gracias a Dios, los invasores desean con este gesto purificar el territorio y también la sociedad de todo lo que es haram (prohibido religiosamente).
Sin embargo, los trabajos de reconstrucción de dichos monumentos ya empezaron el pasado 1º de abril gracias al apoyo de la UNESCO: Tres de los catorce mausoleos destruidos ya están reconstruidos y un tercio del presupuesto previsto (11 millones de dólares) ya ha sido conseguido. Une ceremonia, en presencia de numerosos diplomáticos africanos y del director de la UNESCO en Malí, tuvo lugar para lanzar las obras. También se realizó una ceremonia para “resacralizar” los lugares y se distribuyeron raciones de carne a la población civil.
Aunque aún queda mucho por hacer para restablecer la paz en la región, según Abderrahmane Ben Essayouti, imán de la gran mezquita Djingarey Ber de Tombuctú, hay que reconocer el hecho de que la fe musulmana unifica a las diferentes etnias que componen la población de la ciudad y que su apego al sufismo de las cofradías es un segundo elemento de unidad frente a la intransigencia importada por los yihadistas y otras corrientes musulmanas radicales.
Pero los mausoleos no son el único tesoro de la ciudad: los manuscritos de sus bibliotecas, salvados muchos de ellos in extremis mediante una improvisada evacuación antes de la invasión islamista o escondidos en casas, también esperan quién se ocupe de ellos. Curiosamente, desde hace siglos, una parte de manuscritos provenientes de Tombuctú están guardados en el Escorial, donde llegaron tras ser apresado el barco del pirata francés que los había robado en Marrakech. Es un elemento más que nos une a esta ciudad en la que los andalusíes y moriscos españoles jugaron un importante papel. ¡El mundo es muy pequeño!
Algunos enlaces de interés:
– Tombuctú: Al Andalus y la curva del Níger (1989):
– Presentación de «Tombuctú. El Reino de los Renegados Andaluces» (2009):
– El al Ándalus mítico en la historia de Tombuctú (2014):
– Andaluces en la curva del Niger
[Editor de AfroIslam: José María Cantal Rivas]
[Fundación Sur]
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