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Inicio > REVISTA > Noticias > ![]() La precaria situación de los africanos en China amenaza su relación con África 22 de abril de 2020
Si no se abordan, estos informes amenazan no sólo con dañar las relaciones entre China y el continente africano, sino que también corren el riesgo de dañar la imagen creada por China y sus intereses en el continente. El gobierno chino ha declarado que no es política del país discriminar a los africanos, sin embargo esta declaración no ha conseguido eliminar la precepción que muchos africanos albergan sobre el país. Varias encuestas de opinión pública sobre las percepciones africanas de China han revelado que, aunque los africanos creen que sus países se han beneficiado de la relación con el gigante asiático, a través, por ejemplo, de la ampliación del comercio y la inversión, y el desarrollo de la infraestructura, también han señalado experiencias negativas, que incluyen las prácticas laborales y ambientales del país, los procesos de contratación opacos, la marginación de las empresas locales, el uso de mano de obra china, baja calidad de los productos y fomento de la corrupción. A esto se suma la percepción generalizada de que China es la "nueva potencia colonial" en África, extrayendo recursos para su propio beneficio. Zambia es un claro ejemplo de la desagradable experiencia de Africa con China. Un informe de 2011 publicado por Human Rights Watch, llamó la atención sobre las condiciones de salud, seguridad y trabajo abusivas en las minas de propiedad china, que violaban las normas nacionales e internacionales. A esto siguió la acusación contra dos supervisores chinos de intento de asesinato de 13 mineros en una disputa salarial en la mina de carbón de Collum. El expresidente de Zambia Michael Sata disputó y ganó el cargo más alto en las elecciones de 2011 con una campaña contra China. China es consciente de su imagen en el extranjero y, como parte de su Gran Estrategia, ha tratado de perseguir sus intereses a través de la cooperación y los incentivos. Esto es lo que el presidente Xi Jinping ha descrito como "poder blando con características chinas". La Gran Estrategia de Beijing está diseñada para restaurar al país como una gran potencia a través del crecimiento de su economía, afirmando su liderazgo regional y global y expandiendo su alcance financiero más allá de sus fronteras. África es vital para la realización de los objetivos de China y Beijing ha utilizado su poder para conseguir el apoyo de los países africanos. La proyección de China también se ha manifestado en la financiación del país (200 millones de dólares) de la construcción de la sede de la Unión Africana en Addis Abeba, la creación de institutos confucianos, la inversión en el Banco BRICS y la concesión de becas a estudiantes y líderes gubernamentales.Aunque significativas, estas iniciativas no pueden disimular las tensiones subyacentes en la relación entre China y el continente africano. La denigrante experiencia sufrida por los africanos en China podría agravar los sentimientos negativos en el continente contra China. El maltrato de los africanos por parte de los chinos ha desacreditado la imagen de apertura y ha revelado la intolerancia de la sociedad china con los extranjeros, y los inmigrantes africanos en particular.
En 2009, China reemplazó a Estados Unidos como el mayor socio comercial de África. China goza de un acceso sin problemas a los mercados africanos para sus exportaciones, mientras que también ha contado con el apoyo incondicional de varios países africanos a sus objetivos diplomáticos en foros internacionales como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por su parte, las naciones africanas se han beneficiado de la adquisición de capital muy necesario de China, el acceso preferencial al mercado más grande del mundo, la inversión en desarrollo de infraestructura y el alivio de la deuda. El acoso y la estigmatización de los africanos en China amenaza con poner en peligro las florecientes relaciones bidireccionales. Muchos países africanos han acogido a los chinos con los brazos abiertos. No son sólo las grandes empresas estatales las que se están extendiendo por todo el continente, sino también los comerciantes chinos, las microempresas, las empresas informales y los particulares. En la cumbre de Davos de 1917, el presidente Xi dio un discurso en el que presentaba a China como un defensor de la globalización y de un orden global abierto ante el creciente aislacionismo y el retiro nacionalista de los Estados Unidos y otros países occidentales. Dado que el mundo apenas conoce los compromisos intelectuales y normativos de China en materia de derechos humanos, esto sólo pueden observarse a partir de la forma en que el país trata a sus ciudadanos, a las comunidades inmigrantes y a sus vecinos. A medida que China se eleva como una potencia global, necesita actuar como un actor responsable que demuestre valores humanistas. Y los líderes africanos deben enfrentarse a China y encomendar al país que ejerza un mayor sentido de responsabilidad como una potencia mundial en ciernes. Fuente: Daily Maverick [Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco][Fundación Sur]
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