Trump lanzó recientemente un agresivo discurso contra los inmigrantes somalíes en Estados Unidos, describiendolos como “basura” y afirmando que no los quería en su país. Estas declaraciones fueron acompañadas de un endurecimiento de los controles migratorios por parte del gobierno estadounidense.
Desde hace décadas, en Minnesota reside una amplia comunidad somalí, concretamente en las llamadas «ciudades gemelas» (Minneapolis y St. Paul), Trump ha acusado a esta población de estar «tomando Minnesota”, justificación que ha usado para poder propagar libremente su discurso contra los somalíes, declarando abiertamente que no los quiere en su país.
Sus palabras provocaron una indignación generalizada en las esfera internacional y también en algunas nacionales. Evidentemente, la comunidad somalí se ha visto especialmente afectada por ellas. Los ciudadanos somalíes han exigido una respuesta internacional, indicando que no se puede consentir que semejante discurso provenga del presidente de un país. Por otro lado, parte de la población de Somalia, a pesar de repudiar la forma violenta del mensaje, han admitido ciertas carencias presentes en su nación, como la violencia, la corrupción, la pobreza o la presencia de grupos insurgentes.
La reacción de las autoridades también fue diversa. El primer ministro somalí, Hamza Abdi Barre, optó por una postura diplomática y expresó que algunas provocaciones no merecen respuesta, señalando que Trump ya ha insultado a otros países y sugirió que “es mejor ignorarlo” para no darle más notoriedad.
Fuente: Arab News
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