La pesadilla de la trata de personas en Sudáfrica

22/10/2015 | Crónicas y reportajes

Debido a la falta de estadísticas fiables sobre la trata de personas, no hay datos definitivos, reales y fiables de lo amplio que es realmente el problema, lo que lo hace aún más difícil para la policía.

La trata de personas es un delito mundial que afecta a innumerables víctimas en todo el mundo. Sin embargo su alcance real hoy en día sigue siendo un misterio. Las metodologías utilizadas para intentar determinar con fiabilidad su dimensión han sido ampliamente criticadas como deficientes o carentes de rigor científico.

En Sudáfrica, las afirmaciones de los activistas contra la trata de personas y las ONG consideran que 30.000 niños son objeto de la trata en el país anualmente como parte del comercio sexual. La misma cifra es la que ha utilizado el Departamento de Asuntos de Interiores para justificar los cambios introducidos recientemente en los reglamentos que atañen a los visados para luchar contra el tráfico de niños. La trata de personas se ha convertido en tema de discusión en el país en el país a raíz de la introducción de estos nuevos y onerosos requisitos para el visado. Además, se espera que nuevas medidas para la prevención de la trata entren en funcionamiento en las próximas semanas. Se trata de incluir en el delito de la trata la captación, el transporte, etc. mediante el engaño, el abuso de vulnerabilidad y el abuso de poder con fines de explotación.

La falta de estadísticas fiables significa que no hay transparencia sobre la magnitud del problema.
Datos inflados continúan siendo utilizados por los que intentan detener el crimen. Pero el resultado es que se crea un problema de credibilidad en detrimento de una conversación constructiva y se frustran los esfuerzos para comprender las realidades del problema.
A pesar de la falta de cifras fiables, el problema es frecuente en Sudáfrica. El número de casos que son denunciados va en incremento. La situación, puede ser de hecho mucho más crónica y severa de lo que sabemos.

Está perfectamente documentado que Sudáfrica es un país de tránsito y destino final de la trata de personas. Esto queda respaldado en el libro, “El largo camino hacia ninguna parte: la migración forzada, la explotación y la trata de personas en Sudáfrica”, del sociólogo Philip Frankel. El autor arremete contra los escépticos y expone algunos casos desconocidos sobre la trata de personas en el sector de la minería.

Las investigaciones se basan en las experiencias de los jugadores de rol en el tráfico de la trata de seres humanos. Entre estos podemos incluir a la sociedad civil, los sobrevivientes y los ex perpetradores.
También destacan múltiples casos indocumentados que cuentan con la complicidad directa e indirecta de las élites políticas y de los funcionarios de la burocracia, la falta de control de las fronteras, la corrupción y la cultura de la impunidad. Este brebaje tóxico hace de la trata de personas un negocio atractivo con alta rentabilidad y bajo riesgo. Por ejemplo, la trata de personas con fines de explotación sexual es de los casos más documentados de la trata, a nivel local e internacional. Sin embargo, ninguno de los sindicatos internacionales que dominan el comercio sexual, han sido jamás-procesados con éxito en Sudáfrica.

La preocupación, justificada, en la sociedad con las cifras para entender el alcance del problema hace poco para promover la comprensión de las complejas cuestiones asociadas con la trata de personas. Las medidas para combatir el comercio no pueden separarse de numerosas cuestiones estructurales. Estas incluyen el racismo, la pobreza, el desempleo, la educación y la desigualdad.
El problema se agrava aún más por la falta de una base de datos oficial de la trata de personas. Los delitos de tráfico de personas se siguen sumando a delitos tales como violación, agresión sexual, secuestro, rapto y violencia doméstica. Gran parte de esto se debe a los largos años de incapacidad por parte de los funcionarios de la policía e investigadores para identificar positivamente los casos de tráfico humano. Muchas víctimas del tráfico sexual ni siquiera saben que son víctimas de un delito.

La conciencia sobre la trata de personas en todos los sectores de la sociedad sigue siendo muy baja. Además, las percepciones están sesgadas y a menudo alimentadas por las influencias mediáticas.
La desinformación está alimentada por el hecho de que los elementos más significativos tales como el engaño, el fraude, los traumas y la manipulación a menudo no se denuncian.

La posible conexión entre las personas desaparecidas y la trata de personas pide a gritos ser investigada. En febrero de 2014, la oficina de Personas Desaparecidas de la policía de Sudáfrica informó de que 2.641 adultos y 754 niños seguían desaparecidos actualmente de casos denunciados entre 2011 y 2013, un número muy significativo en apenas dos años.

Angie Motaung de “Bana Ba Kae” (¿dónde están los niños?), una ONG que trabaja para mitigar la difícil situación de los niños en las comunidades pobres de Pretoria, capital de Sudáfrica, dice que «podría haber hasta 1.000 niños desaparecidos de sus hogares por toda la ciudad”.

Los datos cuantitativos y cualitativos

En lugar de tratar de cuantificar el problema en términos de número de víctimas en la trata de personas, la cuestión que debería estar en la mente de todos es: ¿qué comunidades son las más vulnerables a la trata de personas?
Esto abriría la puerta a la identificación de conexiones entre cantidades medibles, por un lado, y características, que aunque no se puedan contar se deberían tener en cuenta, por el otro. Tal conexión es crucial para entender la configuración de las relaciones en las que el problema de la trata de personas tiene sus raíces.

La naturaleza oculta de los delitos requiere metodologías flexibles y formas de pensar no convencionales para llegar al fondo del problema. Cada miembro de la sociedad debería tener la facultad de ser un co-participante en la recogida de datos cuantitativos y cualitativos. Se podrían utilizar métodos de investigación participativa con una base comunitaria para hacerlo. ¿Podría esto ayudar a descubrir temas importantes en los acontecimientos aparentemente insignificantes de la vida cotidiana que podrían estar relacionados con la trata de personas?

El tráfico de personas presenta una confluencia de complejidades. Esto nos niega la conveniencia de una comprensión inequívoca y cuantificada. La clave está en el aprovechamiento de la complejidad del problema y en el reconocimiento de sus profundos y densos abismos sociológicos.

Tenemos que redefinir el éxito de una manera que sea sensible a las limitaciones estructurales de un contexto dado. Al hacerlo nos movemos hacia una mejor comprensión del alcance y la naturaleza del problema de la trata de personas.

theconversation.com Africa – (Fundación Sur)

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