La oposición de Zimbabue pide que se libere a los miembros de la oposición y activistas humanitarios antes de volver a negociar

16/01/2009 | Crónicas y reportajes

Morgan Tsvangirai, el líder de la oposición de Zimbabue, ha dicho que todavía está comprometido con el acuerdo de reparto de poder con Robert Mugabe, el presidente del país, pero que los activistas detenidos deben ser liberados antes de reanudar las negociaciones.

Tsvangirai, que preside el Movimiento para el Cambio Democrático, MCD, reiteró su disponibilidad para reactivar el acuerdo estancado, de cara a las nuevas conversaciones que va a impulsar Suráfrica, que impulsó el acuerdo de unidad firmado hace cuatro meses.

El acuerdo permite a Mugabe seguir en el poder mientras que su rival tendrá el cargo de primer ministro.

“Un acuerdo político sigue siendo la mejor manera de prevenir que Zimbabue acabe siendo un estado fracasado. Estoy comprometido con formar un nuevo gobierno inclusivo en Zimbabue y lo único que me falta es la disponibilidad de la otra parte”, declaraba Tsvangirai.

“No tengo un contrincante creíble en Mugabe, pero tenemos que negociar con él”, continuó.

Estos comentarios de Tsvangirai llegan después de que la nominada para ser la próxima embajadora de los Estados Unidos en la ONU dijo a un comité del Senado en Washington, que la nueva administración de Obama trabajará para aumentar la presión sobre Mugabe.

Susan Ricce, aseguró que trabajaría para emprender una campaña internacional para aislar al actual presidente de Zimbabue. “Espero de verdad que el gobierno del presidente electo Obama, trabajará con el África del Sur para trasladar su condena privada a la esfera pública, para que el sufrimiento de la gente de Zimbabue, pueda terminar al fin”.

Crisis en escalada

Tras las disputadas elecciones del año pasado, se firmó un acuerdo de reparto de poder entre Mugabe y Tsvangirai, pero se estancó por el desacuerdo entre los partidos por la distribución de los principales ministerios.

Tsvangirai culpa al partido Zanu PF, de Mugabe, de permitir que la crisis humanitaria de Zimbabue empeore, con una grave escasez de alimentos que afecta a la mitad de la población y más de 2.100 personas muertas por la epidemia de cólera que brotó en el país, de recursos sanitarios limitados.

También culpa a Mugabe de seguir con los arrestos de los seguidores de la oposición, alegando que era una infracción de una condición del acuerdo que garantiza que los partidos políticos puedan operar “libres de acoso e intimidación”.

El pasado día 13, Human Right Watch denunció que habían sido detenidos ilegalmente 32 miembros de la oposición y de grupos de defensa de los derechos humanos, mientras que otros 11 todavía seguían en paradero desconocido. Tsvangirai asegura que a pesar de ser el partido en el gobierno, el Zanu PF de Mugabe, no hace lo que tiene que hacer por falta de voluntad política.

“El MDC no puede resolver los problemas porque carece de poder”, asegura Tsvangirai, “necesitamos que se transfiera el poder de los funcionarios del Zanu PF que no van a resolver los problemas a los del MDC que sí lo harán”.

Tsvangirai también indicó que no estaba dispuesto a que las negociaciones durasen indefinidamente, alegando que tendrán que decidir alguna vez “si merece la pena este gobierno o no”.

“Si todo se derrumba, el MDC tendrá que buscar planes alternativos para continuar con la lucha hasta que se alcancen los objetivos. No podemos quedarnos sentados llorando y lamentándonos”, sentenció.

(Aljazeera, 16-01-09)

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