El máximo candidato de la oposición de Togo fue rociado con gas lacrimógeno por segunda vez desde que prometió que saldría a la calle cada día para protestar por lo que él dice que han sido unas elecciones amañadas para favorecer al hijo del dictador que tanto tiempo gobernó el país.
“Estoy dispuesto a morir”, dijo el líder de la oposición Jean Pierre Fabre el día 7 de marzo, unos minutos antes de salir de la sede del partido, ante una columna de policías antidisturbios “Vamos a hacer que se les agoten las existencias de gas lacrimógeno. No podemos dejar que esto continúe así, de lo contrario se van a aferrar al poder los próximos 200 años”.
Los resultados provisionales fueron publicados en día 6 de marzo dan la victoria al actual presidente, Faure Gnassingbe, por 1.2 millones de votos, que le dieron el 60.9 % de los votos, frente a Fabre, que recibió 692.584 votos, o el 33.9 %.
Un informe publicado durante el fin de semana por la misión de observación de la Unión Europea asegura que dicha misión no vio muestras de manipulación de los votos o pucherazo, como alega la oposición, pero sí señaló que el partido en el gobierno podría haber intentado comprar a los votantes.
La misión de observación afirma haber estado presente en al menos cuatro regiones diferentes del país, cuando el partido del gobierno daba arroz a los potenciales votantes a tres o cuatro veces más bajo del precio del mercado.
Fraude a gran escala
Estas elecciones no eran más que las segundas desde la muerte de Eyadema Gnassingbe, que se hizo con el poder en 1967, con un golpe de estado y gobernó el país durante 38 años, hasta que tras su muerte, su hijo se hizo con el poder. La reciente victoria de Gnassingbe en las elecciones de la semana pasada, amplía la permanencia de la familia en el poder a 44 años, lo cual significará que la dinastía gobernará durante medio siglo.
Los primeros resultados indican que en las provincias, donde se distribuyó el arroz, la participación fue muy alta y la gente votó en su gran mayoría a Gnassingbe. Los resultados por distritos también muestran que la participación fue extremadamente baja en los distritos bastiones de la oposición, como Lomé.
La oposición asegura que sus seguidores fueron sistemáticamente intimidados y están traumatizados por los recuerdos de las pasadas elecciones, hace cinco años, cuando al menos 400 personas resultaron muertas en la violencia que se desató tras las elecciones, durante las cuales, milicias pro Gnassingbe persiguieron a los votantes de la oposición, matando a muchos de ellos, a algunos incluso en sus propias casas, según el informe de las Naciones Unidas, y una investigación de Amnistía Internacional.
Fabre, de 57 años, que estudió economía y finanzas en Francia, dice que los votantes de la oposición tenían demasiado miedo para acudir a los colegios electorales después de que se los dijera que la huella de tinta que deben llevar después de haber votado, serviría para poder identificarlos después. “El partido en el poder dijo a nuestros seguidores que cuando pongan su huella en la papeleta de voto, pueden ser identificados y perseguidos”, cuenta. “Han dado dinero para comprar la conciencia de la gente, se ha producido un fraude a gran escala, tenemos pruebas en nuestras manos”.
Granadas de gas lacrimógeno
El candidato de la oposición declaró que presentará las pruebas ante el tribunal constitucional, que formalizará los resultados de las elecciones la próxima semana.
Al menos 13 personas han sido arrestadas por sospechas de intentar incitar a la población a la revuelta desde que se anunciaron los resultados el día 6 de marzo, según el comandante de las fuerzas de seguridad especiales para las elecciones. Entre los detenidos, está un cercano colaborador del candidato de la oposición que repartió octavillas entre la población llamando a la oposición a no aceptar los resultados electorales.
El partido en el gobierno de Togo ha negado estas acusaciones de intento de comprar votos. El portavoz del presidente Faure Gnassingbe calificó a los de la oposición de “malos perdedores”, después de anunciar los resultados. Además explicó que el arroz distribuido en las provincias, conocido como el “arroz Faure” era donación de empresarios privados que querían mostrar su apoyo a Gnassingbe, Negó que el gobierno se haya gastado mucho más que los permitidos 100.000 dólares en la campaña, según la ley del país, . La capital entera está empapelada con grandes posters de Gnassingbe. En algunos muros los posters del partido del presidente eran 16 mientras que los de la oposición eran uno. La oposición sólo se podía permitir comprar un pequeño espacio publicitario en algunas vallas, pero la sonriente cara de Faure inundaba casi todas las grandes calles de la ciudad.
Los seguidores de Fabre hicieron un cordón humano a su alrededor durante la protesta del domingo, la cual fue dispersada con granadas de gas lacrimógeno por la policía, al igual que les había ocurrido el día anterior.
Varios de los botes explotaron cerca de Fabre, el grupo que lo rodeaba se refugió dentro de la sede del partido de la oposición, parte del gras lacrimógeno entró a través de las ventanas de la oficina de Fabre, afectando hasta a los ojos de los reporteros que estaban dentro.
(News 24, 08-03-10)